ENDEUDADOS HASTA LA ETERNIDAD: ¿Quién y cómo va a pagar esta locura?

En la fracturada década de los años setenta una contrarrevolución en economía restauró las doctrinas neoclásicas prevalecientes antes de la Gran Depresión. Para mediados de los años ochenta, la profesión de economía le había proporcionado las directivas políticas del Occidente y, en particular a las instituciones de Bretton Woods, las justificaciones teóricas para las políticas del monetarismo, la liberalización, la desregulación, la privatización, los presupuestos balanceados y la independencia de los Bancos Centrales.

El capital estaba preparado para agenciarse las ganancias obtenidas por el trabajo en el mundo industrial occidental y usufructuar las políticas de desarrollo del Tercer Mundo. Los años noventa presenciaron crisis económicas y financieras devastadoras, con creciente frecuencia y severidad en América Latina, el sudeste asiático, Rusia, Brasil, Turquía y, de manera más dramática, Argentina. Para 1998, dos décadas de esas políticas habían llevado al mundo al borde de la primera recesión deflacionaria global desde los años treinta. Las economías en desarrollo fueron forzadas a dolorosas devaluaciones debido a la fuga de capitales y la especulación contra sus débiles monedas.

Como en el periodo de entreguerras, cuando la estabilidad del empleo y la gobernabilidad democrática fueron sacrificadas en aras de la estabilidad de las monedas, el sustento económico estaba ahora subordinado a las prescripciones macroeconómicas del Consenso de Washington. Unas complejas disposiciones de las agencias multilaterales estaban diseñadas para proteger a los intereses especiales de los acreedores e inversores de las presiones políticas populares. Las finanzas globales estaban minando las bases de la economía productiva.

Debemos señalar que ahora, como entonces, no hay instituciones internacionales efectivas para negociar el conflicto político y el desorden financiero. Los países sufren implacables presiones para abrirse al comercio y a los flujos de capital, lo que está erosionando la coherencia de las economías nacionales. Los trabajadores y los productores agrícolas están expuestos a la competencia a una escala mundial, lo que conduce a esa baja de salarios y precios de las materias primas para beneficiar a un número relativamente pequeño de grandes corporaciones transnacionales, las cuales controlan el acceso a la tecnología y los mercados. Los países ricos como Canadá ya no pueden sostener más el derecho universal a la educación gratuita y el cuidado de la salud al nivel en que estaban disponibles en una época en la que el PBI per capita era la mitad de lo que es ahora. ¿Por qué? Se nos dice que esto se debe a que necesitamos sacrificar la seguridad social para mantener la competitividad. Los gobiernos libran una competencia abocada a disminuir los impuestos para atraer y mantener a los inversores. La competitividad se ha entronizado como el principal operativo de la política pública.

Conforme la economía mundial se tambalea de una crisis a otra y los ahorros son atraídos a los mercados financieros especulativos, las tasas de crecimiento promedio en el núcleo de la industria del capitalismo están a un nivel históricamente bajo. Durante una década Japón se vio enredado en una trampa de liquidez keynesiana, en la que las tasas de interés cercanas a cero no lograban estimular el consumo y la inversión. Un prolongado auge impulsado por el efecto riqueza de un mercado de acciones próspero en Estados Unidos fue seguido de la liquidación de activos valuados en miles de millones de dólares. Estamos viviendo una pesadilla de Keynes: de una economía casino de capitalistas especuladores y rentistas y la falsa utopía del mercado autorregulado del que habla Polanye. Este orden económico neoliberal favorece a los acreedores sobre los deudores, a las finanzas sobre la producción y el consumo.

Cientos de millones de personas menesterosas en países pobres son simplemente tachadas de superfluas para los requerimientos de la economía capitalista global. El sistema es crónicamente inequitativo y endémicamente inestable. Al final es políticamente insostenible.

Según el último informe del (FMI) Fondo Monetario Internacional, la deuda mundial, tanto pública como privada, alcanzó los u$s 184 billones (nominal), lo que representa un 225% del PBI global. Esto significa que la deuda es más de u$s 86.000 por habitante del planeta, más de 2,5 veces el salario promedio a nivel global. En Argentina, la deuda pública y privada representa el 78% del PBI, que el FMI calcula en u$s 638.000 millones. Estados Unidos, China y Japón ocupan el 1°, 2° y 3° puesto, respectivamente, en el top ten de las economías más grandes.

La deuda china representa el 245% de su PBI, que es (nominal) de u$s 12 billones.

Según el FMI en 2019 el PBI asciende a 84.680.760MS y la deuda total asciende a 67.569.092 MS

En Argentina según ADN del 3/06/2019

Argentina emitió deuda por 187.298 millones de dólares en lo que va de la gestión de Cambiemos, de los cuales el 85,6% fueron colocaciones únicamente del Tesoro Nacional (aproximadamente USD 160.288 millones).

En tan sólo 3 años y 5 meses la Argentina ha tomado deuda por un total de USD 187.298 millones, el 82,3% son colocaciones en moneda extranjera y el 17,7% restante en moneda local.

Han salido del país divisas netas por: U$S 133.313 millones compuestos de la siguiente manera:

La fuga de capitales + Utilidades, Dividendos y Otras Rentas alcanza los 75.260 millones de dólares

La fuga + Turismo alcanza los 99.293 millones de dólares, y

La fuga + Turismo + Intereses de la deuda alcanza los 133.313 millones de dólares.

Lo que producimos está medido en el crecimiento del PBI. Veamos el cuadro histórico y centrémonos en la comparación de estos últimos años.

Y el crecimiento es

EVOLUCION PBI %
1998 3,9
1999 -3,4
2000 -0,8
2001 -4,4
2002 -10,9
2003 8,8
2004 9,0
2005 8,9
2006 8,0
2007 9,0
2008 4,1
2009 -5,9
2010 10,1
2011 6,0
2012 -1,0
2013 2,4
2014 -2,5
2015 2,7
2016 -1,8
2017 2,9
2018 -2,5
2019 -1,4

PBI A PRECIOS CORRIENTES EN MILLONES DE $

Y VARIACIÓN EN DOLARES CON SU COTIZACIÓN  CORRESPONDIENTE

FTE: INDEC

 

2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
$ 485.115 $ 582.538 $ 715.904 $ 896.980 $ 1.149.646 $ 1.247.929 $ 1.661.721 $ 2.179.024
U$S 163.064 U$S 192.257 U$S 233.956 U$S 285.663 U$S 333.313 U$S 327.876 U$S 417.938 U$S 506.397
Cotiz. $/U$S              
$2,975 3,03 3,06 3,14 3,45 3,8 3,976 4,303

 

2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 -Primer Trimestre
$ 2.637.914 $ 3.348.308 $ 4.579.086 $ 5.954.511 $ 8.228.160 $ 10.644.779 $ 14.605.790 $ 17.554.968
U$S 537.253 U$S 514.333 U$S 535.566 U$S 460.519 U$S 516.799 U$S 571.992 U$S 387.936 U$S 402,360
 Cotiz $/U$S              
$ 4,91 6,51 8,55 12,93 15,86 18,61 37,65 43,63

 

VOLVAMOS A LA DEUDA

 

Deuda externa por sector institucional (a valor nominal, 2016-2019, en millones de dólares). Fuente: Indec

A fin de marzo de 2019, el 62% de la deuda corresponde al Gobierno general; el 26% a sociedades no financieras, hogares e ISFLSH (instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares); el 9% al Banco Central; el 2% a las sociedades captadoras de depósitos y el 2% a otras sociedades financieras.

“El stock de deuda externa bruta total con títulos de deuda a valor nominal residual al 31 de marzo de 2019 se estimó en USD 275.828 millones, USD 2.104 millones menor que el trimestre anterior. Esta disminución se debió principalmente a la reducción del valor en dólares de la deuda emitida en pesos“, señala el apartado que detalla el total de lo adeudado por el Estado y los privados del informe oficial.

FORTUNA WEB

Proyecciones de deuda para 2017   U$S 3.441,9 millones

Proyecciones de deuda para 2018    U$S 2.692,85 millones

Proyecciones de deuda para 1er trimestre 2019    U$S 2.841,49 millones

 

Las cifras provisorias del año 2017 indican que la deuda ascendió a U$S 3.441,9, lo que determina que la deuda por habitante se ubique en U$S 1.123.

Para el año 2018 se ha estimado un crecimiento de la deuda a partir de la realización de operaciones de crédito público que rondarán los 15.000 millones de pesos

 

LAS PROVINCIAS NO SE QUEDARON ATRAS

La deuda de las provincias también se incrementó exponencialmente entre 2015 y 2018 hasta que los mercados le cerraron el grifo a Argentina. Medidos en pesos al cambio de septiembre del año pasado, los pasivos provinciales se quintuplicaron en ese período. Por su elevado stock, grado de extranjerización y perfil de vencimiento, las situaciones de Buenos Aires y Córdoba son las más complicadas.

Según un trabajo de Delphos Investment las provincias con mayor peso de deuda en dólares y euros son:

DEUDAS PROV % PESOS % DOLARES
CABA 46 54
SANTA FE 1 99
CORDOBA 5 95
NEUQUEN 30 70
MENDOZA 60 40
BUENOS AIRES 24 76
ENTRE RIOS 41 59
TIERRA DEL FUEGO 45 55
LA RIOJA 34 66
RIO NEGRO 60 40
SALTA 51 49
CHACO 65 35
CHUBUT 14 86
JUJUY 58 42

 

EN PROVINCIA DE BUENOS AIRES

En la provincia de Buenos Aires, en 2015 el endeudamiento público representaba el 6% del Producto Bruto Geográfico (PBG) y estaba nominado en un 58% en moneda extranjera (5.419 millones de dólares) y un 42% en pesos (equivalentes a 3.943 millones de dólares), totalizando unos 9.362 millones de dólares”.

Según la información oficial, al 31 de diciembre de 2018 la deuda pública estimada de la provincia de Buenos Aires se ubicó en 12.584,4 millones de dólares al tipo de cambio de cierre 2018, lo que representa un incremento del 34,4% respecto del stock de deuda registrado al cierre de diciembre de 2015 y una caída de 7,8% respecto al stock de cierre de 2017.

El stock de deuda informado al 31 de diciembre 2018, entonces, es de 474.431 millones de pesos (u$s 12.584,4 millones), lo que significa un incremento de 91.721 millones de pesos en tres meses

El principal canal de financiación fue la emisión de bonos tanto en pesos como en dólares. El ránking de endeudamiento a través de esta vía lo lideró cómodamente Buenos Aires, que la amplió en $363.010 millones (743%), medida al tipo de cambio de septiembre de 2018. La siguieron Córdoba, que incrementó su stock de títulos en $75.167 millones (1.358%); y la CABA, $66.045 millones (448%).

Cronología de la deuda libro “No Robarás…”,  3ra edición 2018

1866-1972      millones de dólares            1.524

1973-1975           “                 “                 4.524

1976-1983            “                 “              41.824

1984-1988           “                     “           55.424

1989-1999            “                     “        142.943

2000—2001         “                       “       145.500

2002-2003            “                       “       178.500

2004 -2015          “                       “        222.700

2018/2019          “                    “            389.225

 

INFORMACION EXTRACTADA DEL OBSERVATORIO FISCAL FEDERAL

Deuda Pública Nacional           millones de dólares                     351.452.000.000

Deuda Provincial                             “                                             37.773.000.000

 

Y COMO COMENZÓ ESTA HISTORIA.

1er empréstito del 1 de julio de 1824, siendo gobernador de Buenos Aires Martín Rodríguez y ministro de Gobierno Bernardino Rivadavia, se firma con la Casa Baring Brothers un empréstito de 1.000.000 de libras esterlinas.

El libre mercado para el dinero era por supuesto más antiguo: se situaba en la época de la abolición de las leyes que prohibían la usura, considerada pecaminosa por la doctrina cristiana. Junto a los mercados de trabajo de tierra y de dinero tuvieron el efecto de desincrustar a la economía de la sociedad. La economía asumió vida por sí misma y la sociedad fue reconfigurada para servir a los requerimientos de la economía. Esto era un estado de cosas muy extraño e históricamente sin precedentes, si bien todo ello liberó una enorme energía de crecimiento económico.

Respecto a la crisis de los años 30, que a su vez arrastró una crisis de la libra esterlina y el patrón oro, generó una determinada perspectiva de los países pequeños y débiles de Europa central ligados por lazos de crédito a la City de Londres y a la Bolsa de París. Los financieros u occidentales podían demandar cortes presupuestales, acabar con los programas públicos y despedir a los funcionarios, al igual que los países endeudados del Tercer Mundo hoy día están sujetos al tutelaje del FMI y del Banco Mundial.

 

  1. a) UNA FRUTILLA PARA EL POSTRE:

Según datos oficiales del propio gobierno, el resultado neto de las metas fiscales del primer semestre de 2019 fue el siguiente:

El superávit primario fue de 30.221 millones de pesos.

El resultado financiero arrojó un déficit de 287.202 millones de pesos, luego de haberse pagado intereses por 317.423 millones, más del doble que en el primer semestre del año pasado. Es decir, pago de intereses (- 317.423 millones) + superávit primario (30.221 millones) da un déficit de  -287.202.

– Los intereses de 317.423 millones es el 1,5% del PBI, diez veces el superávit primario. En el mismo período del año pasado, los intereses habían sido de 145.362 millones y equivalían a 1 % del PBI.

– Los intereses que paga la Nación son la tercera parte que necesita la provincia de Buenos Aires para todo el presupuesto del año 2019.

– De acuerdo al último informe de deuda pública de la provincia de Buenos Aires, correspondiente al 31 de marzo de 2019, el monto total alcanzaba los 518.429 millones de pesos, lo cual representa el 9,3 por ciento del producto bruto geográfico. Al cierre del año 2015, esa proporción era del 5,9 por ciento, lo cual brinda una dimensión de la expansión de la deuda de la provincia, pese al retroceso en el nivel de actividad económica en el mismo período (Raúl Delatorre, “Uno peor que la otra”, en Página12, edición del 14 de julio de 2019)

 

  1. b) OTRA FRUTILLA PARA EL POSTRE: Más endeudamiento externo para beneficio del sector privado

El 11 de julio los medios de comunicación informaron que el directorio del Banco Mundial aprobó un nuevo financiamiento a nuestro país de 500 millones de dólares, “para apoyar a la Argentina en su proceso de recuperación económica con el fin de promover un crecimiento inclusivo liderado por el sector privado”, dando a conocer que este apoyo al presupuesto nacional completa un primer desembolso por la misma suma, efectuado en noviembre de 2018.

El proyecto está destinado a “consolidar las bases para el crecimiento liderado por el sector privado” y “fortalecer las redes de protección social y la equidad de la política fiscal”.

El fortalecimiento de las redes de protección social busca “mitigar los impactos inflacionarios al mantener el poder adquisitivo de programas sociales como la Asignación Universal por Hijo” y apoyar “los esfuerzos por brindar servicios de salud de manera equitativa en las provincias”

Este nuevo financiamiento es reembolsable en 32 años, con un período de gracia de 7 años.

(Ver: https://www.infobae.com/economia/finanzas-y-negocios/2019/07/11/el-banco-mundial-aprobo-un-credito-para-la-argentina-por-usd-500-millones/

Esta información confirma que hasta ahora el crecimiento económico ha sido excluyente o exclusivo, sólo para pocos, y que como en gran parte de nuestra historia política y económica, el Estado argentino se endeuda externamente para promover el crecimiento económico del sector privado. Nada nuevo bajo el sol.

Y de pasada esta información también confirma que la famosa Asignación Universal por Hijo no se nutre de fondos públicos genuinos sino que forma parte de la deuda externa contraída con el Banco Mundial, ya desde los mismo inicios del plan, y es constantemente sostenida por la entidad bancaria: para la creación de la AUH, “el Gobierno argentino recurrió a la asistencia del BM. A través del préstamo LN 7703-AR6, el Banco otorgó 450 millones de dólares para financiar la implementación de la AUH (según informara en ese momento el mismo Banco, en http://go.worldbank.org/VTF6V1O8W0), entre otras medidas de protección social, y en marzo de 2011 otorgó un préstamo adicional de 480 millones de dólares, tal como está detallado en la investigación de Horacio Javier Etchichury, “El Banco Mundial y las políticas sociales argentinas: la Asignación Universal por Hijo desde una perspectiva de derechos humanos”, en Revista Electrónica del Instituto de Investigaciones “Ambrosio L. Gioja”, Año VII, n. 11, 2013.

Es decir, el Estado nacional “atiende” a los pobres y necesitados con deuda externa, o dicho de otra manera, todos los que reciben la Asignación Universal por Hijo en realidad toman deuda con el Banco Mundial, que no pagarán ellos -porque no pueden- sino quienes puedan asumir esa deuda.

 

-Fuentes y gráficos extractados del Indec, Ministerio de Hacienda,

-El Cronista, “Economía y Política J. P. Morgan mayo de 2019

-Kari Polanyi Levitt, “De la gran transformación a la gran financiarización”, publicado en Bae Negocios, marzo de 2019, pp. 128, 129-130, 182 y 190.

Mabel Stella Secretaria de Formación

José Arturo Quarracino Secretario Político

Juan Carlos Vacarezza Secretario General

 

[Publicado en Política del Sur, 16 de julio de 2019, Año 13 No. 600]

 

EL KIRCHNERISMO NO QUISO INVESTIGAR LA DEUDA EXTERNA, ASÍ LE FUE

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Como es bien sabido, la deuda pública externa argentina se convirtió a partir de 1976 en el instrumento por excelencia del sometimiento de nuestro país al poder depredador de la plutocracia financiera internacional, además de haber sido en gran parte una estafa colosal, tal como demostró el juicio iniciado por Alejandro Olmos y que culminó con una sentencia lapidaria del entonces juez Jorge Ballesteros, en el año 2000.

En su gestión como Ministro de Economía, José A. Martínez de Hoz multiplicó por 6 la deuda externa; Raúl Alfonsín la multiplicó en un 50%, Carlos S. Menem la duplicó y Fernando de la Rúa la multiplicó en un 50%. Además de ser una estafa, como se probó reiteradamente, la deuda externa era también una gangrena para la economía argentina.

Es por eso que un grupo de argentinos, de distintas ideologías y fuerzas políticas, le propuso al entonces presidente de la Nación, Néstor Carlos Kirchner, la creación de una Comisión Nacional para Investigar la Deuda Externa, desde el año 1976 en adelante, para “determinar orígenes, responsabilidades, consecuencias directas y derivaciones en otros campos, además del económico”. Esta propuesta fue redactada el 18 de diciembre del 2003 y firmada por el ingeniero químico Juan Carlos Dima, el martillero público Miguel Ángel Lentino, el doctor Jorge Landívar, el diseñador industrial Walter A. Moore, el doctor Julio Carlos González (ex Secretario Técnico de la Presidencia de la Nación, 1974-1976), el dirigente político Mario Mazzitelli, el contador y abogado Juan Carlos Foester (Secretario Adscripto de Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal No. 2 [Juez Jorge Ballesterios], el contador Gustavo Calleja, el embajador Miguel Ángel Espeche Gil, el contador y abogado Eduardo Conesa, el contador Juan Carlos Vacarezza, el doctor Alejandro Herrera, el ingeniero Alberto Lapolla (+), el dirigente político Daniel Marcos, el doctor Carlos Brusco, el periodista Gabriel Fernández, el doctor Mario Giorgi, la doctora Mariana Madariaga, el periodista Jorge Almeida, el investigador Adrian Salbuchi, la ingeniera Gladys Sandra Soraya Pereyra, el empresario Francisco Norberto do Reis, el contador Rubén Milberg, el doctor Héctor H. Hernández, el sociólogo Alejandro Herrera, el señor Mario Giorgi, el periodista Víctor Hugo Morales, el periodista Raúl Dellatorre, el señor Héctor Sosa, el señor Jorge Landívar, el productor Aldo Barberis-Rusca y el director de cine Diego Musiak, realizador de la película documental sobre la deuda externa, La mayor estafa al Pueblo Argentino (2001).

Los objetivos sugeridos eran “realizar un estudio documentado sobre el proceso de endeudamiento externo de la Argentina”; “realizar un análisis de las variaciones de desarrollo, de salud, de empleo, de niveles alimentarios y/u otras variables sociales y económicas del país” para “establecer los casos en que se pueda definir una correlación de estas variaciones con el endeudamiento y/o pagos realizados”; “estudiar la legalidad y constitucionalidad de cada operación”; “determinar en cuanto disminuiría la deuda actual” si se comprobaran “pagos considerados sin causa”; “realizar la difusión pública de las investigaciones por vía impresa” e inclusive “elaborar una síntesis en idioma inglés” para darle alcance internacional al trabajo; y por último “realizar un conjunto de pautas o recomendaciones para futuras tomas y/o negociaciones de deuda externa, así como procedimientos y forma de auditoría de las mismas, para prevenir nuevos ilícitos, endeudamientos y/o pagos sin causa”.

El 29 de diciembre de 2003 el ingeniero Juan Carlos Dima presentó formalmente en Presidencia de la Nación el pedido de creación de una Comisión Nacional para investigar la Deuda Externa, por nota dirigida al entonces presidente Carlos Néstor Kirchner, la cual fue recibida.

El día 15 de enero de 2004 el doctor Héctor Marcovecchio, responsable de la Dirección General de Audiencias de la Presidencia de la Nación dirigió una nota al ingeniero Juan Carlos Dima, informándole que la solicitud presentada debía ser llevada al señor Secretario de Finanzas de la Nación, el licenciado Guillermo Nielsen.

El día 13 de febrero de 2004 el ingeniero Juan Carlos Dima presentó al doctor Marcovecchio una nota, haciéndole saber que consideraba inadecuada la derivación aconsejada, porque el tema en cuestión no constituía un problema técnico sino que era de naturaleza eminentemente política. En la misma nota le informó que una cita con el licenciado Nielsen acordada para el día 29 de enero había sido cancelada unas horas antes, y que en una nueva cita pautada para el día 5 de febrero había sido atendido por el Jefe de Asesores del licenciado Nielsen, lo cual –junto con otros detalles- mostraban la poca voluntad del Ministerio de Economía para ocuparse de la propuesta. A continuación el ingeniero Dima le reiteró al Dr. Marcovecchio el pedido de audiencia con el presidente de la Nación.

En una nota presentada el 30 de abril de 2004, el ingeniero Dima le presentó al Dr. Ojea Quintana, Director de Programas de Gobierno de la Presidencia de la Nación, un pedido de consulta (Pedido de Conveniencia) a otras áreas de gobierno respecto a la propuesta: Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Secretaría de Derechos Humanos del citado ministerio, Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Ministerio de Salud.

En la misma nota se reiteraba la necesidad de canalizar la propuesta de creación de la Comisión para investigar la Deuda Externa a través de la Presidencia, dado que el mismo doctor Kirchner se había comprometido, en futuras negociaciones, a impulsar “la reducción de los montos de deuda, la reducción de las tasas de interés y la ampliación de los plazos de madurez y vencimiento de los bonos”, lo cual era lo que estaba negociando justamente con los acreedores privados.

El 29 de mayo de 2004 el ingeniero Dima presentó y adjuntó al Dr. Ojea Quintana firmas de ciudadanos que adherían a la propuesta.

El 8 de junio de 2004 el ingeniero Dima presentó y adjuntó una segunda serie de firmas que adherían a la propuesta. En la misma reiteraba el envío o reenvío de los Pedidos de Conveniencia solicitados en la nota del 30 de abril de 2004.

Por nota del 16 de julio de 2004, en nombre de la Comisión propuesta, el ingeniero Dima reiteró ante el Director General de Audiencias de la Presidencia de la Nación, doctor Héctor Marcovecchio, el pedido de audiencia con el señor Presidente de la Nación, para definir la creación de la Comisión y su labor de investigación como una Política de Estado.

El 14 de julio de 2004 el diario Página12 publicó una nota informando la reiteración del pedido de creación de la Comisión de Investigación de la Deuda Externa por parte de los investigadores y profesionales mencionados al comienzo de este artículo.

Por último, en su edición del 2 de setiembre del 2004 (Año 7, N. 321), la revista Veintitrés publicó una nota de investigación del periodista Alberto López Girondo sobre el pedido de creación de esta Comisión, junto con pedidos paralelos por parte del sindicalista Luis Donikian, del historiador Norberto Galasso y del médico sanitarista Floreal Ferrara.

El autor del artículo pone en contexto el problema del endeudamiento de países como la Argentina, en relación con las políticas privatizadoras de servicios públicos impulsadas por los poderes financieros internacionales, la política de control del crecimiento poblacional impulsada oficialmente por Estados Unidos (Memorando 200/74, elaborado por Henry Kissinger cuando se desempeñó como Consejero de Seguridad Nacional) y las políticas restrictivas de salud impulsadas por la Organización Mundial de la Salud, lo cual muestra que lejos de ser un problema técnico, el problema de la deuda externa debe ser visto como un problema de Estado, en relación con otras políticas de Estado, puesto que “la deuda externa representa el método de dominación más refinado del neocolonialismo”.

Por último, hay que resaltar dos cuestiones fundamentales. La primera, es que los miembros de la Comisión propuesta se iban a desempeñar ad honorem, sin cobrar nada por su trabajo de investigación. Lo único que pedían era un lugar físico para trabajar y los elementos mínimos indispensables para llevar a cabo su labor (computadoras, fotocopiadoras, telefonía, papelería, etc.). La segunda, es que este pedido de creación de la Comisión se lo fue dejando morir paulatinamente, en silencio. Nunca hubo un rechazo al pedido, simplemente se lo enviando al… olvido.

¿Pensaba acaso el doctor Carlos Kirchner, sus adláteres y su sucesora que la Argentina podía encarar un proceso de crecimiento y desarrollo autónomo atado a las cadenas del endeudamiento externo crónico y eterno? Los resultados están a la vista.

 

José Arturo Quarracino                   Juan Carlos Vacarezza

Sub-coordinador general                     Coordinador General

 

[Publicado en Política del Sur, 23 de febrero de 2016, Año 9 No. 482]