Juan Domingo Perón, Patriarca y precursor de la Defensa de la Tierra

Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del Mundo

Por Juan Domingo Perón.

Desde Madrid, difundido el 21 de febrero de 1972

Hace casi treinta años, cuando aún no se había iniciado el proceso de descolonización contemporáneo, anunciamos la tercera Posición en defensa de la soberanía y autodeterminación de las pequeñas naciones, frente a los bloques en que se dividieron los vencedores de la Segunda Guerra Mundial.

Hoy cuando aquellas pequeñas naciones han crecido en número y constituyen el gigantesco y multitudinario Tercer Mundo un peligro mayor- que afecta a toda la humanidad y pone en peligro su misma supervivencia- nos obliga a plantear la cuestión en nuevos términos, que van más allá de lo estrictamente político, que superan las divisiones partidarias o ideológicas, y entran en la esfera de las relaciones de la humanidad con la naturaleza.

Creemos que ha llegado la hora en que todos los pueblos y gobiernos del mundo cobren conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobre-estimación de la tecnología y la necesidad de invertir de inmediato la dirección de esta marcha, a través de una acción mancomunada internacional.

La concientización debe originarse en los hombres de ciencia, pero sólo puede transformarse en la acción a través de los dirigentes políticos. Por eso abordo el tema como dirigente político, con la autoridad que me da el haber sido precursor de la posición actual del Tercer Mundo y con el aval que me dan las últimas investigaciones de los científicos en la materia.

 

Los hechos

El ser humano ya no puede ser concebido independientemente del medio ambiente que él mismo ha creado. Ya es una poderosa fuerza biológica, y si continúa destruyendo los recursos vitales que le brinda la Tierra, sólo puede esperar verdaderas catástrofes sociales para las próximas décadas.

La humanidad está cambiando las condiciones de vida con tal rapidez que no llega a adaptarse a las nuevas condiciones. Su acción va más rápido que su captación de la realidad y el hombre no ha llegado a comprender, entre otras cosas, que los recursos vitales para él y sus descendientes derivan de la naturaleza y no de su poder mental. De este modo, a diario, su vida se transforma en una interminable cadena de contradicciones.

En el último siglo ha saqueado continentes enteros y le han bastado un par de décadas para convertir ríos y mares en basurales, y el aire de las grandes ciudades en un gas tóxico y espeso. Inventó el automóvil para facilitar su traslado, pero ahora ha erigido una civilización del automóvil que se asienta, sobre un cúmulo de problemas de circulación, urbanización, inmunidad y contaminación en las ciudades y se grava las consecuencias de la vida sedentaria.

 

Despilfarro masivo

Las mal llamadas “Sociedades de Consumo”, son, en realidad sistemas sociales de despilfarro masivo, basados en el gasto, por el que el gusto produce lucro. Se despilfarra mediante la producción de bienes necesario o superfluos y, entre estos, a los deberían ser de consumo duradero, con toda intención se les asigna cierta vida porque la renovación produce utilidades. Se gastan millones en inversiones para cambiar el aspecto de los artículos, pero no para reemplazar los bienes dañinos para la saluda humana, y hasta se apela a nuevos procedimientos tóxicos para satisfacer la vanidad humana. Como ejemplo bastan los autos actuales que debieran haber sido reemplazados por otros con motores eléctricos, o el tóxico plomo que se agrega a las naftas simplemente para aumentar el pique de los mismos.

No menos grave resulta el hecho de que los sistemas sociales de despilfarro de los países tecnológicamente más avanzados funciones mediante el consumo de ingentes recursos naturales aportados por el Tercer Mundo. De este modo el problema de las relaciones dentro de la humanidad es paradójicamente doble: algunas clases sociales – la de los países de baja tecnología en particular – sufren los efectos del hambre, el analfabetismo y las enfermedades, pero al mismo tiempo las clases sociales y los países que asientan su exceso de consumo en el sufrimiento de los primeros, tampoco están racionalmente alimentados ni gozan de una auténtica cultura o de una vida espiritual o físicamente sana. Se debaten en medio de la ansiedad y del tedio y los vicios que produce el ocio mal empleado.

 

El espejismo de la tecnología

Lo peor es que, debido a la existencia de poderosos intereses creados o por la falsa creencia generalizada de que los recursos naturales vitales para el hombre son inagotables, este estado de cosas tiende a agravarse, mientras un fantasma – el hombre- recorre el mundo devorando 55 millones de vidas humildes cada 20 meses, afectando hasta países que ayer fueron graneros del mundo y amenazando expandirse de modo fulmíneo en las próximas décadas. En los centros de más alta tecnología se anuncia entre otras maravillas, que pronto la ropa se cortará con rayos láser y que las amas de casa harán compras por televisión y las pagarán mediante sistemas electrónicos. La separación dentro de la humanidad se está agudizando de modo tan visible que perece que estuviera constituida por más de una especie.

El ser humano cegado por el espejismo de la tecnología, ha olvidado las verdades que están en la base de su existencia. Y así, mientras llega a la luna gracias a la cibernética, la nueva metalurgia, combustibles poderosos, la electrónica y una serie de conocimientos teóricos fabulosos, mata el oxígeno que respira y el agua que bebe, y el suelo que le da de comer y eleva la temperatura permanente del medio ambiente sin medir sus consecuencias biológicas. Ya en el colmo de su insensatez, mata el mar que podía servirle de última base de sustentación.

 

Después de la tierra, el mar…

En el curso del último siglo el ser humano ha exterminado cerca de 200 especies animales terrestres. Ahora ha pasado a liquidar las especies marinas. Aparte de los efectos de la pesca excesiva, amplias zonas de los océanos, especialmente costeras, ya han sido convertidas en cementerios de peces y crustáceos, tanto por los desperdicios arrojados como por el petróleo involuntariamente derramado. Solo el petróleo liberado por los buques cisterna hundidos ha matado en la última década cerca de 600.000 millones de peces. Sin embargo seguimos arrojando al mar más desechos que nunca, perforamos miles de pozos petrolíferos en el mar o sus costas y ampliamos al infinito el tonelaje de los petróleos sin tomar medidas de protección de la fauna y flora marinas.

 

…Y el agua potable

La creciente toxicidad del aire de las grandes ciudades, es bien conocida, aunque muy poco se ha hecho para disminuirla. En cambio, todavía existe un conocimiento mundialmente difundido acerca del problema planteado por el despilfarro de agua dulce, tanto para el consumo humano como para la agricultura. La liquidación de aguas profundas ya ha convertido en desiertos extensas zonas otrora fértiles del globo, y los ríos han pasado a ser desagües cloacales más que fuentes de agua potable o vías de comunicación. Al mismo tiempo la erosión provocada por el cultivo irracional o por la supresión de la vegetación natural se ha convertido en un problema mundial, y se pretende reemplazar con productos químicos el ciclo biológico del suelo, uno de los más complejos de la naturaleza. Para colmo muchas fuentes naturales han sido contaminadas; las reservas cuando nos quedaría como último recurso la desalinización del mar nos enteramos que una empresa de este tipo, de dimensión universal, exigiría una infraestructura que la humanidad no está en condiciones de financiar y armar en este momento.

 

Alimentos y armas

Por otra parte, a pesar de la llamada revolución verde, el Tercer Mundo, todavía no ha alcanzado a producir la cantidad de alimentos que consume, y para llegar a su autoabastecimiento necesita un desarrollo industrial, reformas estructurales y la vigencia de una justicia social que todavía está lejos de alcanzar. Para colmo, el desarrollo de la producción de alimentos sustitutivos está frenado por la insuficiencia financiera y las dificultades técnicas.

Por supuesto todos estos desatinos culminan con una tan desenfrenada como irracional carrera armamentista que le cuesta a la humanidad 200.000 millones de dólares anuales.

A este maremagnum de problemas creados artificialmente se suman el crecimiento explosivo de la humanidad. El número de seres humanos que puebla el planeta se ha duplicado en el último siglo y volverá a duplicarse para fines del actual o comienzos del próximo, de continuar la actual ” ratio ” de crecimiento. De seguir por este camino, en el año 2.500 cada ser humano dispondrá de solo metro cuadrado sobre el planeta. Esta visión global está lejana en el tiempo, pero no difiere mucho de la que ya corresponde a las grandes urbes, y no debe olvidarse que dentro de 20 años más de la mitad de la humanidad vivirá en ciudades grandes y medianas.

Política demográfica

Es indudable pues, que la humanidad necesita tener una política demográfica. La cuestión es que aún poniéndola en práctica, ya por el retardo con que comenzaremos, no producirá sus efectos antes del fin de la década en materia educativa, y antes de fin de siglo en materia ocupacional. Y que además la política demográfica no produce los efectos deseados sino va acompañada de una política económica y social correspondiente. De todos modos, mantener el actual ritmo de crecimiento de la población humana es tan suicida como mantener el despilfarro de los recursos naturales en los centros altamente industrializados donde rige la economía del mercado, o aquellos países que han copiado sus modelos de desarrollo. Lo que no debe aceptarse es que la política demográfica esté basada en la acción de píldoras que ponen en peligro la salud de quienes la toman o de sus descendientes

 

Qué hacer

Si se observan en su conjunto los problemas que se nos plantean y que hemos enumerado, comprobaremos que provienen tanto de la codicia y la imprevisión humana, como de las características de algunos sistemas sociales, del abuso de la tecnología, del desconocimiento de las relaciones biológicas y de la progresión natural del crecimiento de la población humana. Esta heterogeneidad de causas debe dar lugar a una heterogeneidad de respuestas, aun que en última instancia tenga como denominador común la utilización de la inteligencia humana. A la irracionalidad del suicidio colectivo debemos responder con la racionalidad del deseo de supervivencia.

Para poner freno e invertir la marcha hacia el desastre es menester aceptar algunas premisas:

  1. Son necesarias y urgentes: una revolución mental en los hombres, especialmente en los dirigentes de los países más altamente industrializados; una modificación de las estructuras sociales y productivas en todo el mundo, en particular en los países de alta tecnología donde rige la economía de mercado, y el surgimiento de una convivencia biológica dentro de la humanidad y entre la humanidad y el resto de la naturaleza.
  2. Esa revolución mental implica comprender que el hombre no puede reemplazar a la naturaleza en el mantenimiento de un adecuado ciclo biológico general; que la tecnología es un arma de doble filo, que el llamado progreso debe tener un límite y que incluso habrá que renunciar alguna de las comodidades que nos ha brindado la civilización; que la naturaleza debe ser restaurada en todo lo posible que los recursos naturales resultan aceptables y por lo tanto deben ser cuidados y racionalmente utilizados por el hombre; que el crecimiento de la población es aumentar la reducción y mejorar la distribución de alimentos y la difusión de servicios sociales como la educación y la salud pública, y que la educación y el sano esparcimiento deberán reemplazar el papel que los bienes y servicios superfluos juegan actualmente en la vida del hombre.
  3. Cada nación tiene derecho al uso soberano de sus recursos naturales. Pero al mismo tiempo, cada gobierno tiene la obligación de exigir, a sus ciudadanos el cuidado y utilización racional de los mismos. El derecho a la subsistencia individual impone el deber hacia la supervivencia colectiva, ya se trate de ciudadanos o pueblos.
  4. La modificación de las estructuras sociales y productivas en el mundo implica que el lucro y el despilfarro no pueden seguir siendo el motor básico de sociedad alguna, y que la justicia social debe exigirse en la base de todo sistema, no solo para el beneficio directo de los hombres sino para aumentar la producción de alimentos y bienes necesarios; consecuentemente, las prioridades de producción de bienes y servicios deben ser alteradas en mayor o menor grado según el país de que se trate. En otras palabras: necesitamos nuevos modelos de producción, consumo, organización y desarrollo tecnológico que, al mismo tiempo que den prioridad a la satisfacción de las necesidades esenciales del ser humano, racionar el consumo de recursos naturales y disminuyan al mínimo posible la contaminación ambiental.
  5. Necesitamos un hombre mentalmente nuevo en un mundo físicamente nuevo. No se puede construir una nueva sociedad basada en el pleno desarrollo de la personalidad humana en un mundo viciado por la contaminación del ambiente exhausto y la sed y enloquecido por el ruido y el hacinamiento. Debemos transformar a las ciudades cárceles del presente en las ciudades jardines del futuro.
  6. El crecimiento de la población debe ser planificado, en lo posible de inmediato, pero a través de métodos que no perjudiquen la salud humana, según las condiciones particulares de cada país (esto no rige para la Argentina, por ejemplo) y en el marco de políticas económicas y sociales globalmente racionales.
  7. La lucha contra la contaminación del ambiente y de la biosfera, contra el despilfarro de los recursos naturales, el ruido y el hacinamiento de las ciudades, debe iniciarse ya a nivel municipal, nacional e internacional. Estos problemas, en el orden internacional, deben pasar a la agenda de las negociaciones entre las grandes potencias y a la vida permanente de la Naciones Unidas con carácter de primera prioridad. Éste, en su conjunto, no es un problema más de la humanidad; es el problema.
  8. Todos estos problemas están ligados de manera indisoluble con la justicia social, el de la soberanía política y la independencia económica del Tercer Mundo, y la distensión y la cooperación internacional.
  9. Muchos de estos problemas deberán ser encarados por encima de las diferencias ideológicas que separan a los individuos dentro de sus sociedades o a los Estados unidos dentro de la comunidad internacional.

 

Nosotros los del tercer mundo

Finalmente deseo hacer algunas consideraciones para nuestros países del Tercer Mundo:

1- Debemos cuidar nuestros recursos naturales con uñas y dientes de la voracidad de los monopolios internacionales que los buscan para alimentar un tipo absurdo de industrialización y desarrollo en los centros de alta tecnología a donde rige la economía de mercado. Ya no puede producirse un aumento en gran escala de la producción alimenticia del Tercer Mundo sin un desarrollo paralelo de las industrias correspondientes .Por eso cada gramo de materia prima que se dejan arrebatar hoy los países del Tercer Mundo equivale a kilos de alimentos que dejarán de producir mañana .

2- De nada vale que evitemos el éxodo de nuestros recursos naturales si seguimos aferrados a métodos de desarrollo, preconizados por esos mismos monopolios, que significan la negación de un uso racional de aquellos recursos.

3- En defensa de sus intereses, los países deben propender a las integraciones regionales y a la acción solidaria.

4- No debe olvidarse que el problema básico de la mayor parte de los países del Tercer Mundo es la ausencia de una auténtica justicia social y de participación popular en la conducción estará en condiciones de enfrentar las angustiosamente difíciles décadas que se avecinan.

La Humanidad debe ponerse en pie de guerra en defensa de sí misma. En esta tarea gigantesca nadie puede quedarse con los brazos cruzados. Por eso convoco a todos los pueblos y gobiernos del mundo a una acción solidaria.

 

De Retrógrado a Abortista Pre-cavernícola – Carta abierta a Eduardo Félix Valdés

Temperley (Lomas de Zamora), 8 de diciembre de 2019

 

Estimado Eduardo Félix Valdés

De mi mayor consideración:

 

Días pasados usted hizo unas declaraciones respecto a expresiones vertidas por el arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en el sentido que quien promueve o facilita la acción de abortar arbitrariamente (“on demand” [“a pedido”], como dicen los angloparlantes, deben ser excomulgados por la Iglesia.

Si no he leído mal, usted sostuvo que “monseñor Aguer es un retrógado”. Dijo además usted que “Francisco no va a estar jamás a favor del aborto, pero no va a excomulgar a nadie. Él va a ver que el mundo sigue, que avanza”, que ““La tendencia es que la Interrupción Legal del Embarazo va a ser ley” y que “La sociedad civil va por un lado y lo religioso va por otro lado. Digo esto siendo que yo no soy un fanático verde, pero entiendo a la sociedad por dónde va”.

  1. Respecto a que Francisco no va a estar jamás del aborto, es obvio, y que no va a excomulgar a alguien también es obvio, porque el abortista o promotor del aborto se excomulga solo y solito él mismo, lo único que puede hacer el Papa es explicitar públicamente la excomunión o, caso contrario, ser cómplice del crimen (Código de Derecho Canónico, canon 1398). Se llama excomunión latae sententiae, es decir, excomunión automática, que no necesita proceso ni juicio eclesiástico. Pero no es éste el tema que quiero debatir con usted, sino las bases conceptuales sobre las que usted ha calificado a monseñor Aguer de “retrógrado”.

 

  1. Para usted, el aborto y su legalización es un avance social, un progreso, y que tarde o temprano va a ser ley. Permítame preguntarle, estimado, ¿por qué es un avance y un progreso matar al hijo antes de que nazca? ¿En qué tradición cultural y jurídica usted se basa para afirmar esto, ya que usted se manifiesta “peronista” y “católico”.

Ahora bien, usted sabe que desde los tiempos del médico griego Hipócrates de Cos (siglos VI-V a. C.), el aborto ha sido considerado un crimen, el asesinato de un niño o niña en el seno materno.  Y como siempre fue entendido como un crimen, que lo es, su ejercicio constituye un acto criminal que debe ser penalizado y condenado. Por eso el famoso médico griego, 6 siglos antes de Cristo, lo repudiaba como acto de un médico, por ser un crimen.

Si usted es católico como dice, ¿en que tradición bíblica y doctrinal usted se basa para afirmar que matar al hijo es un derecho? ¿En qué parte de la Biblia está ese supuesto derecho? ¿En qué parte del Magisterio de la Iglesia está fundamentado el aborto como derecho? ¿En qué parte del Catecismo de la Iglesia Católica está estipulado que el aborto es un derecho de la mujer?

Si usted es peronista como dice, ¿en qué parte de la Doctrina Justicialista está instituido el aborto como derecho de la mujer? ¿En qué texto o discursos de Perón y de Eva Perón está afirmado ese supuesto derecho de “matar al hijo”? ¿Acaso no sabe usted que para el Doctor Ramón Carrillo el aborto constituía un delito que debía ser castigado, no tanto en la mujer que abortaba, sino en los profesionales y enfermeras que se prestaban a su implementación? Ramón Carrillo estaba “convencido que el aborto criminal constituye una práctica amoral y delictuosa, aun cuando la tomen a su cargo profesionales en el arte de curar, [por eso el Estado] ha orientado sus esfuerzos hacia la meta de desterrarla para siempre de entre nosotros[1].

Lo mismo le pregunté al diputado Agustín Rossi, y ahora se lo pregunto también: ¿Usted cree que el Ramón Carrillo era un ignorante o un retrógrado, que ignoraba que matar al propio hijo/a es un derecho? ¿No será que usted está equivocado?

   

Usted es un cuadro político bien formado, además es un buen jurista, como ha dado pruebas en sus intervenciones públicas. ¿Pero acaso ignora usted que el que inventó que el aborto (matar al hijo) como derecho ha sido el siniestro John Davison Rockefeller III, quien en 1972, en su famoso plan del control de natalidad para Estados Unidos, elaborado por pedido del entonces presidente Richard Nixon, en 1970, afirmó que “las mujeres deben ser libres para determinar su propia fertilidad, que el tema del aborto debe dejarse a la conciencia del individuo involucrado, en consulta con su médico, y que los Estados deben ser animados a sancionar estatutos positivos que promuevan un ámbito claro y positivo para la práctica del aborto a petición?[2].

¿No sabe usted que un años después Mr. Rockefeller III definió explícitamente que “el aborto es el derecho que tiene la mujer para determinar su propia fecundidad[3], que es lo mismo que usted dice?

Usted, estimado Valdés, se dice “peronista y católico”, pero en este tema tan delicado usted piensa igual y dice lo mismo que el patriarca y promotor del mayor holocausto demográfico que ha conocido la humanidad. Como usted dice, para considerar el tema del aborto usted se “descontruyó”, pero terminó “reconstruyéndose” como oligarca yanqui idéntico a los Rockefeller.

En otras palabras, estimado, el “derecho al aborto” no proviene de la tradición humanista y cristiana que nos caracteriza como justicialistas hispanoamericanos, sino de la pútrida oligarca financiera que el clan Rockefeller representa.

En este sentido, esta pútrida oligarquía financiera que ha institucionalizado al aborto como derecho, al imponer en casi todo el mundo la pena de muerte contra los seres humanos por nacer, absolutamente indefensos y totalmente inocentes de todo crimen, constituye el retroceso-retorno a la época pre-cavernícola, a un salvajismo propio de las bestias.

En este sentido, que usted califique a monseñor Aguer de “retrógrado”, por reafirmar la doctrina cristiana, y lo haga basándose en los principios criminales establecidos por la oligarquía financiera internacional representada por el clan Rockefeller, es evidentemente un acto de esquizofrenia política a la enésima potencia: Aguer no, Rockefeller sí; Aguer no, pero la época pre-cavernícola sí. Salvo que usted piense que los Rockefeller son “humanistas, nacionales y populares”, lo cual resultaría ser un pensamiento esquizofrénico ad infinitum.

¿No se da cuenta que usted habla de Perón, pero predica a John Davison Rockefeller III y su ideología criminal y genocida? ¿Acaso no sabe usted que para este siniestro personaje el aborto es un derecho porque “sólo deben ser traídos al mundo los hijos deseados”[4], lo mismo que usted dice: la mujer tiene derecho a continuar o no con su embarazo, aunque ello signifique el asesinato de su propio hijo. En última instancia, estimado “peronista y católico”, el suyo es un peronismo rarísimo, un “peronismo a la Rockefeller”, un “peronismo” pre-cavernícola.

   

  1. Y en tercer lugar, ¿no le parece que legalizar el aborto es implantar la pena de muerte contra seres absolutamente inocentes y absolutamente indefensos, y que la Constitución Nacional impide que una legislación de este tipo pueda ser aprobada, ya que la Convención Americana de Derechos Humanos (incorporada a nuestra Carta Magna) sostiene que “todo ser humano es persona” (como el niño o niña en el seno materno), que “toda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica” y a que “se respete su vida a partir del momento de la concepción”, que “nadie puede ser privado arbitrariamente de la vida” y que “no se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido”[5]?

Si usted pretende legalizar el aborto, es decir, implantar la pena de muerte para inocentes e indefensos en el seno materno, ¿no está yendo en contra de la Constitución Nacional y de la Convención Americana de Derechos Humanos, porque no puede implantar la pena de muerte, ya que legalmente no existe ni tiene vigencia en nuestro querido país , la Constitución Nacional lo impide?

Habiendo tanta basura con rostro humano que merece el “premio” de recibir la pena de muerte, usted sólo postula su aplicación en los niños por nacer. ¿En qué parte del pensamiento de Perón o de Evita se ha inspirado, estimado compañero?

Usted es abogado, bien debe saber que ya desde los tiempos del rey babilónico Hammurabi (siglo XVIII a. C.), una de las principales misiones de un gobernante era la de defender al débil de las prepotencias, arbitrariedades y violencias del fuerte y poderoso, y ésta fue siempre una constante en las legislaciones de todos los pueblos y naciones. Hasta en la modernidad el Estado está pensado como árbitro para conciliar intereses enfrentados e impedir que la prepotencia del más fuerte se imponga sobre el más débil.

Para el clan Rockefeller y el poder oligarca y plutocrático que representa, el Estado debe estar al servicio del más fuerte y, en este caso en particular, colaborar y cooperar en el asesinato de los niños por nacer. Usted está de acuerdo con esto, ¿y se dice “peronista y católico”?

 

Le reitero lo mismo que le expresé al diputado Agustín Rossi: En su discurso del 1º de mayo de 1974, ante la Asamblea Legislativa, Perón sostuvo (y sigue sosteniendo) que el Justicialismo desea llevar a cabo una revolución, pero una revolución en paz, sin que cueste la vida de ningún argentino. Con su propuesta a favor de la legalización del aborto, ¿no parece que usted apoya la idea de “edificar” una sociedad fundada en la eliminación sistemática y arbitraria, antes de que nazcan, de los seres humanos que vienen al mundo, porque parece ser que usted cree que se pueden eliminar los seres humanos de los que no se desea su existencia, tal como lo ha impuesto dogmáticamente John Davison Rockefeller III. Permítame preguntarle: ¿por qué entre Perón y Rockefeller usted elige a este último? ¿Acaso considera que Perón “ya fue”?

Millones de compatriotas, conocidos y anónimos, han ofrendado su vida y derramado su sangre para fundar una Argentina justa, libre, soberana, digna y abierta al mundo. La infame plutocracia financiera internacional pretende fundar un mundo sobre el asesinato de millones de seres humanos antes de nacer, para disfrutar “en paz” de las riquezas que se han robado en estas últimas décadas. Perón y Eva Perón se enfrentaron a ese poder inmundo y antihumano, para que el pueblo sea feliz y todo habitante en nuestro país viva una vida digna. Levantar en su nombre las banderas de sus enemigos y enemigos de la raza humana es la peor de las infamias que los que nos decimos justicialistas podemos cometer, es un crimen y una traición que claman al cielo.

 

Y para mayor información suya, ¿sabe usted quién afirmó que el aborto es el asesinato de un ser humano, de un bebé? Lo reconoció en 1952 la mismísima Federación Internacional de Paternidad Planificada (IPPF), la red británica abortista más grande del mundo, subsidiada y subvencionada en un 80% de su presupuesto por gobiernos nacionales y por fundaciones fuertemente vinculadas al poder financiero internacional[6].

Hoy, las mentes podridas y las almas muertas de los que se profesan “progresistas” promueven el asesinato que los promotores mundiales del aborto reconocen abiertamente.

 

Concluyendo, estimado Eduardo, la legalización del aborto es un proyecto de genocidio continuo de la más reaccionaria de las oligarquías parasitarias que haya conocido el mundo, es un proyecto político criminal y cobarde. ¿Usted pretende hacernos creer que eso es “militancia peronista”? Me parece que tomó de la mala.

Con toda humildad, me permito recomendarle que vuelva a Perón, a Evita y a Carrillo, don Eduardo, y evítese la esquizofrenia política de llevar en una mano la camiseta peronista y en la otra la ideología genocida de los Rockefeller. No impulse el genocidio del Imperialismo Internacional del Aborto enarbolando un trapo “peronista”. En todo caso, no cometa el mismo acto tramposo de presentar la cuestión del aborto como una discusión entre la “sociedad civil” y la Iglesia, el problema de fondo es entre Rockefeller o Perón, estimado, entre una hiena-rata o un mensajero de la paz y de la vida. Usted lo sabe bien, Eduardo, no se puede unir el mal y el bien, pretender hacerlo es delirio esquizofrénico, además de una estafa política incalificable e inadmisible.  O Rockefeller o Perón.

Quedo a su disposición, y reafirmando nuestra concepción justicialista “simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista” lo saludo atte. en Dios, nuestra querida Argentina y Perón

 

José Arturo Quarracino

 

 

P.D.: permítame acercarle el pensamiento retrógrado de Ramón Carrillo sobre los niños, que ya tienen el derecho de ser protegidos antes de nacer. Affte.

 

LOS DERECHOS DEL RECIÉN NACIDO

  1. Derecho a tener padre y madre.
  2. Derecho a ser deseado y recibido con alegría y tranquilidad.
  • Derecho a que se le suministre el mejor alimento: la leche de su propia madre.
  1. Derecho a que se le eduque desde su nacimiento.
  2. Derecho a que se investiguen las causas de su llanto.
  3. Derecho a la luz, al sol y al aire libre.
  • Derecho a tener un ajuar adecuado y limpio.
  • Derecho a dormir solo en su cuna.
  1. Derecho a no ser juguete de los mayores.
  2. Derecho a la higiene.
  3. Derecho a la asistencia médica.
  • Derecho a que sus padres sepan cómo se desarrolla.

[1] Ramón Carrillo, “Al margen de la ley”, Subsecretaría de Informaciones de la Nación, 1951.

[2] Rockefeller Commission Report, Population Growth and the American Future, New York 1972, Chapter 11. Ver en: http://www.population-security.org/rockefeller/001_population_growth_and_the_american_future.htm. La última cita es repetida literalmente por todas las feministas que promueven el aborto como derecho legal, seguro y gratuito. Toman como modelo de mujer y del ejercicio de su libertad el esquema del macho Rockefeller.

[3] John Davison Rockefeller III, La Segunda Revolución Norteamericana, Algunas observaciones personales, Ediciones Tres Tiempos, Buenos Aires 1975,  p. 55.

[4] Rockefeller Commission Report, Population and the American Future, New York 1972, Chapter 11

[5] Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969), Arts. 1 a 4.

[6] https://josequarracino.wordpress.com/2019/07/04/paternidad-planificada-en-1952-el-aborto-mata-la-vida-de-un-bebe/

1972 – 17 de Noviembre – 2019: * HAY QUE HACER VOLVER A PERÓN DEL EXILIO HISTÓRICO*

       

Como todos los años, los peronistas recordamos que hace exactamente 47 años Perón volvió a reencontrarse con el pueblo argentino, poniendo fin a un exilio infame que duró casi 18 años. Exilio infame, promovido por el odio irracional de la oligarquía argentina, consciente e inconscientemente al servicio de las finanzas internacionales y del imperialismo internacional del dinero. Pero a pesar de ese odio irracional, PERÓN VOLVIÓ ENVUELTO EN LA GLORIA.

Pero también conmemoramos el retorno del General, porque hoy es más necesario que nunca que Perón vuelva a hacerse presente en nuestro presente político, ya no físicamente, porque es imposible, pero sí a través de su legado y de sus mensajes, porque HOY LA ARGENTINA NECESITA QUE PERÓN VUELVA A TENER VIGENCIA EN NUESTRA HISTORIA PATRIA.

Más allá de su significado político, el retorno del querido y amado General constituyó el triunfo del amor por encima del odio y de la muerte. A pesar de todas las infamias y agravios sufridos (que incluyó la vejación del cadáver de Evita), Perón volvió a la Argentina predicando un mensaje de unidad nacional, echando a la espalda los malos recuerdos; exhortó a forjar una Revolución en paz, liberando a la Patria de las garras de un neocolonialismo saqueador y reconstruyendo las instituciones fundamentales para asegurar el pleno imperio de la Soberanía política, la Independencia económica y la Justicia social; pidió desarmar no sólo las manos, sino también los espíritus, para encarar un auténtico proceso de Liberación Nacional; recordó que nunca es la soberbia la que domina, sino la humildad la que gobierna.

El odio de la antipatria canalla envió a Perón al exilio físico, pero los justicialistas en general hemos enviado a Perón -y su mandato doctrinal y político- al exilio histórico, por motivos que cada uno sabrá evaluar en su justa dimensión.

Hoy, a punto de encarar un nuevo proceso de reconstrucción y salvación de nuestra Patria, al borde de la disgregación y de su extinción, PERÓN TIENE QUE VOLVER A HACERSE PRESENTE EN LA VIDA POLÍTICA NACIONAL, a través de NUESTRA ACCIÓN Y DE NUESTRA PRÉDICA, porque como él mismo nos enseñara muchas veces, “no es gritando la vida por Perón que se hace patria, sino manteniendo firme el Credo [justicialista] por el cual luchamos”.

Frente al amenazante futuro que nos acecha como Nación y frente a la degradación moral y espiritual padecida como nunca antes en la historia argentina, los Peronistas en particular y los Argentinos en general no tenemos otro camino que asumir el desafío de esta hora y forjar un nuevo retorno de Perón, rescatándolo del exilio histórico, actualizando su Legado inmortalizado en el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, en el que ya visualizaba el proceso de universalización del mundo, los desafíos que ese proceso planteaba y los caminos que la Argentina e Hispanoamérica debían recorrer para mantenerse dignamente en pie frente a los poderosos del mundo. Estamos llamados y obligados a institucionalizar un nuevo RENACIMIENTO de nuestra querida Argentina, para ser una nación autónoma y plena, en medio de un proceso de universalización neocolonialista, hasta ahora fuertemente plasmado en beneficio de los más ricos del mundo.

Hoy, 17 de noviembre de 2019, tenemos que RE-ENCONTRARNOS CON PERÓN para asumir el compromiso de cumplir con el mandato histórico que emana de nuestra historia patria: “tenemos la responsabilidad histórica de definir el País que deseamos y abandonar las luchas internas que desgastan nuestra esperanza y nos desvían del camino por el que podemos y debemos transitar.

Nuestra patria tiene todo lo necesario para que sus hijos sientan el gozo infinito de la vida. Dios nos ha brindado riquezas incalculables; sólo falta que asumamos la decisión irrevocable de realizar la empresa que nos aguarda”.

En su último discurso ante el Pueblo, antes de partir de este mundo, el General Perón nos dejó su bendición: “deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen”. Que la Divina Providencia nos dé la fuerza y la valentía para ser dignos de esta bendición.

A MI PUEBLO

(Mensaje de Perón al pueblo argentino al emprender su retorno a la patria después de dieciocho años de exilio, publicado en el diario Crónica el 16 de noviembre de 1972)

Compañeros peronistas:

Pocos podrán imaginar la profunda emoción que embarga a mi alma ante la satisfacción de volver a ver de cerca a tantos compañeros de los viejos tiempos, como a tantos compañeros nuevos de una juventud maravillosa que, tomando nuestras banderas para el bien de la patria, están decididos a llevarlas al triunfo.

También, como en los viejos tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora que, dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra. Vuelvo al país después de dieciocho años de exilio, producto de un revanchismo que no ha hecho sino perjudicar gravemente a la nación. No seamos nosotros colaboradores de tan fatídica inspiración.

Nunca hemos sido tan fuertes. En consecuencia, ha llegado la hora de emplear la inteligencia y la tolerancia, porque el que se siente fuerte suele estar propicio a prescindir de la prudencia.

El pueblo puede perdonar porque en él es innata la grandeza. Los hombres no solemos estar siempre a su altura moral, pero hay circunstancias en que el buen sentido ha de imponerse. La vida es lucha y renunciar a ésta es renunciar a la vida; pero en momentos como los que nuestra patria vive, esa lucha ha de realizarse dentro de una prudente realidad.

Agotemos primero los módulos pacíficos que para la violencia siempre hay tiempo. Desde que todos somos argentinos, tratemos de arreglar nuestros pleitos en familia porque si no serán los de afuera los beneficiarios. Que seamos nosotros, los peronistas, los que sepamos dar el mejor ejemplo de cordura.

Hasta pronto y un gran abrazo para todos.

15 de noviembre de 1972

Juan D. Perón

 

 

PERÓN HABLA A LA  JUVENTUD:

(7 de febrero de 1974)

-“Lo difícil es conseguir a los mejores, porque el hombre bueno no se viene a ofrecer. El que lo hace, generalmente, no lo es. Al hombre capaz hay que ir a buscarlo a su casa“.-

-“La juventud, como todos los demás argentinos, tiene derecho a pensar y a sentir como le parezca. Este es un derecho inalienable del hombre dentro de la democracia, que es lo que defendemos. Lo que no puede ser es que nos estemos tirando las suertes como los gitanos; decimos que somos una cosa y, a lo mejor, somos otra”.-

-“Esto es lo que necesitamos saber, pensando que más vale un buen hombre al frente de cinco que uno malo al frente de cinco mil. Yo me quedo con el que está con cinco y no con el que tiene cinco mil”.-

-“Prefiero un dirigente honesto que tenga diez detrás de él y no un deshonesto que tenga diez mil, porque ese es que me va a derrumbar a la larga“.-

-“Cuidado, organizarse no es juntar gente, ni poner engañado detrás de un dirigente que, a lo mejor, lo merece todo, menos ser dirigente“.-

-“Un dirigente que está diciendo una cosa y está queriendo hacer otra, es el peor dirigente que puede haber, porque en medio de todo es un estafador; un estafador de la fe de los demás”.-

-“El Movimiento ha demostrado, a lo largo de treinta años de existencia, su absoluta falta de sectorización. El Movimiento ha sido siempre cualquier cosa, menos sectario. Nosotros hemos brindado siempre dentro del Movimiento la amplitud más absoluta, pero esa amplitud tiene su límite”.-

-“No se obliga a nadie a estar en el Movimiento Peronista. A la juventud, en fin, la queremos toda y a todos. Sabemos el mérito que tienen en el trabajo y en la lucha que han realizado”.-

-“Para mi este es el concepto. Un profundo conocimiento de la situación me ha llevado a esta conclusión. Antes de organizarnos tenemos que pensar en el horizonte directivo. Quién es quien en ese horizonte. Nos interesa que represente mucho o poco; para mí un malvado, aunque represente mucho, es mucho peor que uno bueno que represente muy poco. Así veo yo el problema político”.-

-“No queremos liberar ruinas, queremos liberar una nación. No queremos liberar un cadáver~ queremos liberar un ser que trabaje y se desenvuelva. En estos momentos no podemos hablar todavía de liberación. ¿Liberación de qué, si todo lo tenemos hipotecado?”.-

45º Aniversario del Tránsito a la Inmortalidad de JUAN DOMINGO PERÓN (1974 – 1º de Julio – 2019)

«Perón está tan identificado con la Patria que yo veo en él a la Patria misma. […] Perón es un ideal encarnado. Perón es el ideal argentino hecho figura de hombre. Es el viejo ideal de todas las esperanzas hecho carne. Por eso el movimiento político puede tenerlo como Líder único sin correr el peligro de desaparecer el día infausto que falte Perón, porque siempre quedará Perón al frente de su pueblo como un ideal, como una bandera, como guía, como estrella para señalar en las noches el camino de la victoria»

(Eva Perón, 16 de diciembre de 1949)

Hoy se cumplen 45 años del día 1º de julio, cuando el General Perón partió hacia la inmortalidad. Un vacío inmenso e incomensurable se produjo no sólo en el “universo” peronista, sino también en la Argentina, ya que dejaba este mundo ese gran argentino que dividió en dos la historia patria. Partía aquél que, como definiera sabiamente Eva Perón, había sido, es y será para siempre el “rostro de Dios” en medio de estos tiempos tenebrosos y de un mundo cada vez más caótico. El amado y querido General recibió el premio de la gloria eterna por haber amado hasta el extremo a nuestra bendita Nación y al Pueblo de la patria por el que ofrendó su vida.

Mucho después, gracias al testimonio de historiadores y médicos, supimos que su retorno definitivo –desde noviembre de 1972- y la responsabilidad presidencial que asumió desde octubre de 1973 le significó a Perón vivir sus últimos meses de vida en medio de graves padecimientos físicos que supo disimular con la estoicidad propia de un soldado cabal, porque nada era más importante para él que cumplir con el ideal sagrado al que había consagrado su vida: forjar la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación. POR ESTOS IDEALES OFRENDÓ SU VIDA, y por estos ideales HOY NOS PIDE A LOS ARGENTINOS DE BIEN QUE PONGAMOS TODA NUESTRA VIDA Y NUESTRO SER AL SERVICIO de esos mismos objetivos por los que él vivió y murió.

Ese 1º de julio Perón ingresó a la inmortalidad que Dios le otorga a quienes ofrendan su vida al servicio de su pueblo. Por eso sabemos y estamos convencidos que PERÓN VIVE, en la vigencia perenne que tiene su Legado Doctrinal como reaseguro eterno del futuro de la Argentina. La mejor prueba que sigue vivo es el ataque alevoso que sufre hoy por parte de una intelectualidad gorila, tan llena de erudición como de mediocridad y pobreza espiritual, que pretende atribuirle todos los males que hoy aquejan y prostituyen la vida política nacional. Paradoja llamativa: para los gorilas, Perón está vivo, mientras que para muchos de los que se proclaman sus seguidoresel gran líder ha quedado en el pasado, y pretenden por eso ser los nuevos “líderes”, ya no de la argentinidad sino de “la gente” y de la “ciudadanía”. A todos ellos los condena la verdad peronista que afirma que “aquél que se cree más de lo que es, comienza a ser un oligarca”. En definitiva, la luz de Perón sigue brillando en medio de nosotros como llama épica y sagrada que ilumina el camino de la victoria.

Y también sigue vivo a pesar del sabotaje que practican y realizan quienes se auto proclaman como sus partidarios, pero que lo único que hacen es lucrar económica y políticamente con su nombre y su figura, postergando la necesaria renovación moral y personal que es necesaria para darle continuidad a la obra revolucionaria de Perón y llevando al fracaso toda posibilidad incipiente de reconstrucción nacional.

Por eso el homenaje que debemos hacer hoy no es el de recordar su memoria, ni seguir lamentando su partida. El homenaje que hoy se nos impone llevar a cabo es rescatar a Perón del exilio histórico al que lo ha pretendido enviar una dirigencia cansada y avejentada, y continuar su obra reparadora y redentora de nuestra Patria. DEBEMOS LLEVAR A CABO UN NUEVO RENACIMIENTO de nuestra querida Argentina, amalgamada en una matriz espiritual y doctrinal alimentada por la memoria viva de los argentinos que han sido testigos oculares de la gesta histórica ejecutada por Perón y por la energía heroica de las nuevas generaciones que están llamadas a hacer de la Argentina la Patria Grande por la cual vivieron y ofrendaron su vida los grandes próceres de nuestra América hispana, humanista y cristiana.

Como rostro de Dios y como estrella que señala el camino de la victoria, el general Perón ESTÁ PRESENTE EN MEDIO DE NOSOTROS, animando espiritualmente nuestras almas, modelando sabiamente nuestras mentes e inflamando de amor nuestros corazones, para que nos decidamos a ser fieles hijos suyo y a llevar al triunfo final su proyecto nacional, mediante la unión de todos los argentinos de bien.

Como bien definiera Isabel Perón en su momento, Perón fue “humilde en su grandeza y grande en su humildad” a lo largo de toda su vida. Dios quiera que nos dejemos impregnar e inundar de esa grandeza y de esa humildad, para servir a la gran causa del pueblo y de la Nación argentina que es la razón y el sentido de nuestra existencia en esta vida.

Querido General Juan Domingo Perón, tuyos son el poder y la gloria, para felicidad de nuestro Pueblo y para grandeza de nuestra Nación.

 

¡PERÓN VIVE en su LEGADO FILOSÓFICO Y DOCTRINAL!

 

Correo electrónico: primerolapatria45@yahoo.com.ar

RETORNO DEFINITIVO DE JUAN DOMINGO PERÓN. 1973 – 21 DE JUNIO – 2020

Hoy se cumplen 47 años del regreso definitivo del general Juan Domingo Perón a la Argentina, ocasión en la que pronunció el discurso que transcribimos a continuación, en el que expresa con toda claridad un conjunto de definiciones y consideraciones, ante las circunstancias turbulentas y confusas, no exentas de acciones contrarias al ideario justicialista y llevadas a cabo no tanto por parte de los adversarios políticos del gobierno de entonces, sino fundamentalmente por fuerzas internas del Movimiento Peronista que pretendían desviar y sabotear la estrategia y la táctica políticas trazadas por el Líder indiscutido de la Nación.

En medio de la degradación que hoy padece la política argentina, y en especial, el exilio histórico al que se condena hoy a nuestro querido General, es fundamental conmemorar el mensaje que Perón dirigiera al conjunto del Pueblo, en el marco de su retorno definitivo al país.

Esperamos que esta conmemoración nos sirva a los argentinos de bien a permitir que Perón vuelva a ingresar a nuestra historia patria y nos siga mostrando el camino de grandeza que él trazo para que la Argentina sea definitivamente libre, justa, digna y feliz.

“Deseo comenzar estas palabras con un sa­ludo muy afectuoso al Pueblo Argentino.

Llego del otro extremo del mundo con el corazón abierto a una sensibilidad patriótica que sólo la larga ausencia y la distancia pueden avivar hasta su punto más alto. Por eso, al hablar a los ar­gentinos lo hago con el alma a flor de labio y deseo que me escuchen también con el mismo estado de ánimo.

Llego casi desencarnado. Nada puede per­turbar mi espíritu porque  retorno sin rencores ni pasiones, como no sea la pasión que animó toda mi vida: servir lealmente a la Patria. Y sólo pido a los argentinos que tengan fe en el Gobierno justicialista, porque ése ha de ser el punto de partida para la larga marcha que iniciamos. Tal vez la iniciación de nuestra acción pueda parecer indecisa o imprecisa, pero hay que tener en cuenta las circunstancias en las que la iniciamos.

La situación del país es de tal gravedad que nadie puede pensar en una reconstrucción en la­ que no debe participar y colaborar. Este proble­ma como ya lo he dicho muchas veces, o lo arreglamos entre todos los argentinos o no lo arregla nadie. Por eso, deseo hacer un llamado a todos, al fin y al cabo hermanos, para que comencemos a ponernos de acuerdo.

Una deuda externa que sobrepasa los 6.000 millones de dólares y un  déficit cercano á los tres billones de pesos, acumulados en estos años, no han de cubrirse en meses sino en años. Nadie ha de ser unilateralmente perjudicado, pero tampoco ninguno ha de pretender medrar con el perjuicio o la desgracia ajena. No son estos días para enriquecerse desaprensivamente, sino para reconstruir la riqueza común, realizando a una comunidad en la que cada uno tenga la posibilidad de realizarse.

El Movimiento Justicialista, unido a todas las fuerzas políticas, sociales, económicas y militares que quieran acompañarlo en su cruzada, de liberación y reconstrucción del país, jugará su destino dentro de la escala de valores establecida primero la Patria, después el Movimiento  y luego los  hombres en un gran movimiento nacional y popular que pueda respaldarlo.

Tenemos una revolución que realizar, pero para que ella sea válida ha de ser de construcción pacífica y sin que cueste la vida de un solo argentino. No estamos en condiciones de seguir destruyendo frente a un destino preñado de acechanzas y peligros. Es preciso volver a lo que en su hora fue el apotegma de nuestra creación: “de casa al trabajo y del trabajo a casa”. Sólo el trabajo podrá redimirnos de los desatinos pasados.

ORDENEMOS PRIMERO NUESTRAS CABEZAS Y NUESTROS ESPÍRITUS. Reorganicemos al país y dentro de él al Estado que preconcebidamente se ha pretendido destruir y que debemos aspirar a que sea lo mejor que tengamos para corresponder a un pueblo que ha demostrado ser maravilloso Para ello elijamos los mejores hombres, provengan de donde provinieren, acopiemos la mayor cantidad de materia gris, todo juzgado por sus genuinos valores en plenitud y no por subalternos intereses políticos, influencias personales o bastardas concupiscencias.

Cada argentino ha de recibir una misión en este esfuerzo de conjunto. Esa misión será sagrada para cada uno y su importancia estará más que nada en su cumplimiento. En situaciones como la que vivimos, todo puede tener influencia decisiva y así como los cargos honran al ciudadano, éste también debe ennoblecer los cargos.

Si en las Fuerzas Armadas de la República, cada ciudadano, de general a soldado, está dispuesto a morir tanto en defensa de la soberanía nacional como del orden constitucional establecido, tarde o temprano han de integrarse al pueblo que ha de esperarlas con los brazos abiertos como se espera a un hermano que retorna al hogar solidario de los argentinos.

NECESITAMOS UNA PAZ CONSTRUCTIVA SIN LA CUAL PODEMOS SUCUMBIR COMO NACIÓN. Que cada argentino sepa defender esa paz salvadora por todos los medios, y si alguno pretendiera alterarla con cualquier pretexto, que se le opongan millones de pechos y se alcen millones de brazos para sustentarla con los medios que sean. Sólo así podremos cumplir nuestro destino.

Hay que volver al orden legal y constitucional como única garantía de libertad y justicia. En la función pública no ha de haber cotos cerrados de ninguna clase y el que acepte la responsabilidad ha de exigir la autoridad que necesita para defenderla dignamente. Cuando el deber está  por medio, los hombres no cuentan sino en la medida en que sirvan mejor a ese deber. La responsabilidad no puede ser patrimonio de los amanuenses.

Cada argentino, piense como piense y sienta como sienta, tiene el inalienable derecho a vivir en seguridad y pacíficamente. El Gobierno tiene la insoslayable  obligación de asegurarlo. Quien altere este principio de la convivencia, sea de un lado o de otro, será el enemigo común que debemos combatir sin tregua, porque no ha de poderse hacer nada en la anarquía que la debilidad provoca o en la lucha que la intolerancia desata.

Conozco perfectamente lo que está ocurriendo el país. Los que crean lo contrario se equivocan. Estamos viviendo las consecuencias de una post-guerra civil que, aunque desarrollada embozadamente no por eso ha dejado de existir. A ello se le suma las perversas intenciones de los factores ocultos que, desde la sombra, trabajan sin cesar tras designios no por inconfesables menos reales.

Nadie puede pretender que todo esto cese de la noche a la mañana pero todos tenemos el deber ineludible de enfrentar activamente a esos enemigos, si no querernos perecer en el infortunio de nuestra desaprensión o incapacidad culposa.

Pero el Movimiento Justicialista, que tiene una trayectoria y una tradición, no permanecerá  frente a tales intentos y nadie podrá cambiarlas a espaldas del Pueblo que las ha afirmado en fecha muy reciente y ante la ciudadanía que comprende también cuál es el camino que mejor conviene a la Nación Argentina. CADA UNO SERÁ LO QUE DEBA SER O NO SERÁ NADA.

Así como antes llamamos a nuestros compatriotas en “La Hora del Pueblo”. “El Frente Cívico de Liberación” y “El Frente Justicialista de Liberación”, para que mancomunando nuestros ideales y nuestros esfuerzos pudiéramos pujar por una Argentina mejor, el Justicialismo, que no ha sido nunca ni sectario ni excluyente, llama hoy a todos los argentinos, sin distinción de banderías, para que todos solidariamente nos pongamos en la perentoria tarea de la reconstrucción nacional, sin la cual estaremos todos perdidos. Es preciso llegar así, y cuanto antes, a una sola clase de argentinos: los que luchan por la salvación de la Patria, gravemente comprometida en su destino por los enemigos de afuera y de adentro.

Los Peronistas tenemos que retornar a la conducción de nuestro Movimiento. Ponerlo en marcha y neutralizar a los que pretenden deformarlo desde abajo o desde arriba. NOSOTROS SOMOS JUSTICIALISTAS.  Levantamos una bandera tan distante de uno como de otro de los im­perialismos dominantes. No creo que haya un argentino que no sepa lo que ello significa. No hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doc­trina ni a nuestra ideología: SOMOS LO OUE LAS VEINTE VERDADES PERONISTAS DICEN. No es gritando la vida por Perón que se hace Patria, sino MANTENIENDO EL CREDO POR EL CUAL LUCHAMOS.

Los viejos peronistas lo sabemos. Tampoco lo ignoran nuestros muchachos que levantan nuestras banderas revolucionarias. Los que pretextan lo inconfesable, aunque cubran sus falsos designios con gritos engañosos, o se empeñen peleas descabelladas, no pueden  engañar a nadie. Los que no comparten nuestras premisas, si se subordinan al veredicto de las urnas tienen un camino honesto para seguir en la lucha que ha de ser para el bien y la grandeza de la Patria, no para su desgracia.

Los que ingenuamente piensan que pueden copar a nuestro Movimiento o tomar el poder que el Pueblo ha reconquistado se equivocan.

Ninguna simulación o encubrimiento, por ingeniosos que sean, podrán engañar a un pueblo que ha sufrido lo que el nuestro y que está animado por una firme voluntad de vencer. Por eso, deseo advertir a los que tratan de infiltrarse en los estamentos populares o estatales que por ese camino van mal.

Así, aconsejo a todos ellos tomar el único camino genuinamente nacional: cumplir con nuestro deber de argentinos sin dobleces ni designios inconfesables. Nadie puede ya escapar a la tremenda experiencia que los años y el dolor y los sacrificios han grabado a fuego en nuestras almas y para siempre.

Tenemos un país que a pesar de todo no han podido destruir.  Rico en hombres y rico en bienes. Vamos a ordenar el Estado y todo lo que de el dependa que pueda haber sufrido depredaciones y olvidos.  Esa será la principal tarea del gobierno. El resto lo hará el Pueblo Argentino, que en los años que corren ha demostrado una madurez y una capacidad superior a toda ponderación.

En el final de este camino está la Argentina potencia, plena de prosperidad, con habitantes que puedan gozar del más alto “standard” de vida, que la tenemos en germen y que sólo debemos realizar. Yo quiero ofrecer  mis últimos años de vida a un logro que es toda mi ambición.  Sólo necesito que los argentinos nos crean y nos ayuden a cumplirla.

La inoperancia, en los momentos que tenemos que vivir, es un crimen de lesa Patria. Los que estamos en el país tenemos el deber de producir, por lo menos, lo que consumimos. Esta no es hora de  vagos  ni de inoperantes. Los científicos, los técnicos, los artesanos y los obreros que estén fuera del país deben retornar a él a fin de ayudarnos en la reconstrucción que estamos planificando y que hemos de poner en ejecución en el menor plazo.

Finalmente, deseo exhortar a todos mis compañeros peronistas para que, obrando con la mayor grandeza, echen a la espalda los malos recuerdos y se dediquen a pensar en el futuro y en la grandeza de la Patria, que bien puede estar desde ahora en nuestras propias manos y en nuestro propio esfuerzo.

A los que fueron nuestros adversarios, que acepten la soberanía  de pueblo, que es la verdadera soberanía, cuando se quiere alejar el fantasma de los vasallajes foráneos, siempre más  indignos y costosos.

A los enemigos, embozados, encubiertos o disimulados, les aconsejo que cesen, en sus intentos, porque cuando los pueblos agotan su paciencia suelen hacer tronar el escarmiento.

Dios nos ayude, si somos capaces de ayudar a Dios. La oportunidad suele pasar muy quedo. ¡Guay de los que carecen de sensibilidad e imaginación para no percibirla!

Un grande y cariñoso abrazo para todos mis compañeros, y un saludo afectuoso y lleno de respeto para el resto de los argentinos”.

 

Mensaje de Juan Domingo Perón al país

Por la cadena nacional de radiodifusión

Día 21 de Junio de 1973

LOS ÚNICOS PRIVILEGIADOS ERAN (¿SON?) LOS ÑIÑOS ¿AHORA HAY DERECHO A MATARLOS ANTES DE NACER?

En un artículo publicado el 20 de marzo en este mismo semanario, titulado “¿Aborto al servicio de las finanzas internacionales?”, mostramos que la promoción de este falso “derecho” de eliminar al hijo en el vientre materno, impulsado por el seudo progresismo pro-abortista vernáculo, liberal o izquierdista/izquierdoso, no hace otra cosa que reproducir el proyecto genocida planeado, diseñado y promovido por el Imperialismo internacional del Dinero para poder gozar “en paz” del disfrute de las riquezas que acumula insaciablemente, en perjuicio de los pueblos y naciones del mundo.

Que quienes sustentan su “ideario” político en concepciones y doctrinas que no tienen raíz histórica nacional, sino que provienen de otras latitudes, repitan al pie de la letra proyectos tan delicados y graves como impulsar la pena de muerte para inocentes e indefensos, como son los niños en el vientre materno, en definitiva no puede sorprender demasiado. Aunque sí llama la atención su coincidencia de fondo.

Pero que quienes se autoproclaman “peronistas” apoyen un proyecto de este tipo sorprende y llama la atención en grado sumo, porque se trata de un proyecto impulsado fundamentalmente por la familia Rockefeller, en nombre de la oligarquía financiera mundial. Son “peronistas” a la Rockefeller, verdadera impostura política propia de mercenarios.

No hay la más mínima alusión a políticas antinatalistas de ninguna especie, ni en Perón ni en Evita, ni tampoco en el ideario justicialista expresado en la Doctrina Peronista, como tampoco en La razón de mi vida ni en Historia del Peronismo, textos magistrales de Eva Perón.

Quiénes se dicen “peronistas” olvidan, ignoran o, peor aún, ocultan que Juan Domingo Perón declaró expresamente: “Es indudable, pues, que la humanidad necesita una política demográfica. Debe tenerse en cuenta que una política demográfica no produce los efectos deseados si no va acompañada de una política económica y social correspondiente. De todos modos, mantener el actual ritmo de crecimiento de la población humana no es tan suicida como mantener el despilfarro de los recursos naturales en los centros altamente industrializados donde rige la economía de mercado o en aquellos países que han copiado sus modelos de desarrollo. Lo que no debe aceptarse es que la política demográfica esté basada en la acción de píldoras que ponen en peligro la salud de quienes las toman o de sus descendientes” (Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, Primera Parte: “Antecedentes histórico-políticos que conducen al Modelo Argentino”).

Como se puede apreciar, para Perón toda política demográfica, para ser seria, debe estar acompañada de su correspondiente política económica y social. Impulsar un crecimiento y desarrollo económico e implementado políticas anticonceptivas es lo que se hace en China, es decir, crecimiento material asentado sobre un mar de asesinados antes de nacer. Pero para un país como el nuestro, sub-poblado, ni siquiera los anticonceptivos aceptaba Perón en el marco de un desarrollo nacional integral, mucho menos la implementación de facto y anticonstitucional de aprobar la aplicación de la pena de muerte para los niños en el seno materno. Es que en la concepción humanista y cristiana de la Doctrina Peronista (o Justicialista), todavía vigente, LOS ÚNICOS PRIVILEGIADOS ERAN Y SON LOS NIÑOS. Pero estos seudo dirigentes “peronistas” parecen haber olvidado las enseñanzas de Perón, si es que alguna vez las aprendieron.

Lo que aumenta la indignación es que algunos de estos personajes pro-pena de muerte para los niños por nacer se dan aires de “discípulos” o “continuadores” de Ramón Carrillo. Pero es lógico: si no tienen el más mínimo pudor ni vergüenza para usar la memoria de Perón, menos lo tendrán para usar y manipular la figura del gran patriota de origen santiagueño que murió en la pobreza, exiliado en Brasil.

Si realmente hubieran conocido o se hubieran informado de la obra de Ramón Carrillo. Si fueran peronistas en serio sabrían que en el año 1950 el Ministerio de Salud de la Nación promovió una campaña de Protección para los bebés en el seno materno, llamada “Protegido desde antes de nacer”.

Esta campaña fue el antecedente y prólogo de dos acciones a favor de los niños, llevada a cabo en el año 1951 por Carrillo: la proclamación de los “Derechos del Recién Nacido” y la proclamación de las “Necesidades del Niño”, que fueron recopiladas y publicadas en un libro de su autoría, Nace un hijo, que por resolución N. 41749, del 27/12/1951, fue distribuido gratuitamente (su primera edición) “entre todas las madres argentinas, dando especial preferencia a las que trabajan, en oficinas, fábricas o talleres”.

¿Cuáles son esos Derechos?

LOS DERECHOS DEL RECIÉN NACIDO

  1. Derecho a tener padre y madre.
  2. Derecho a ser deseado y recibido con alegría y tranquilidad.
  • Derecho a que se le suministre el mejor alimento: la leche de su propia madre.
  1. Derecho a que se le eduque desde su nacimiento.
  2. Derecho a que se investiguen las causas de su llanto.
  3. Derecho a la luz, al sol y al aire libre.
  4. Derecho a tener un ajuar adecuado y limpio.
  • Derecho a dormir solo en su cuna.
  1. Derecho a no ser juguete de los mayores.
  2. Derecho a la higiene.
  3. Derecho a la asistencia médica.

XII. Derecho a que sus padres sepan cómo se desarrolla.

 

A primera vista, se puede apreciar que a pesar de haber vivido 34 años en “democracia”, en la Argentina estamos muy lejos de vivir en la Argentina de Perón y Carrillo: son muy pocos los niños que tienen acceso a esos derechos.

¿Cuáles son las Necesidades del niño que hay o habría que contemplar en una sociedad “democrática”?

NECESIDADES DEL NIÑO

  1. PREVISIÓN. Necesita llegar a la vida con un máximo de seguridad y un mínimo de previsiones para su porvenir.
  2. HOGAR. Necesita un hogar bien constituido e ignorar las diferencias entre sus padres.
  3. ASISTENCIA. Necesita protección jurídica y sanitaria.
  4. COMPRENSIÓN. Necesita ser comprendido y tratado con amor y cariño.
  5. ALEGRÍA. Necesita jugar y gozar de la compañía de otros niños, para su esparcimiento.
  6. NATURALEZA. Necesita tener contacto con la naturaleza en un ambiente optimista.
  7. ROPA Y TECHO. Necesita poseer ropa higiénica y vivir bajo un techo confortable, protegido contra toda inclemencia del tiempo.
  8. ALIMENTO. Necesita una alimentación agradable, apropiada y suficiente.
  9. EDUCACIÓN. Necesita una educación formativa, intelectual, moral, social y física.
  10. VOCACIÓN. Necesita poder desarrollar sus nobles inclinaciones naturales y su propia vocación.
  11. PATRIA. Necesita tener Patria y amarla.
  12. DIOS. Necesita conocer a Dios y el eterno destino del hombre.

 

¿Qué pueden hacer esos pretendidos “peronistas” que militan activamente a favor de la implantación de la pena de muerte para los niños por nacer, si son honestos? Parafraseando la frase evangélica –“no se puede servir a dos señores a la vez, a Dios y al dinero”, tienen que decidir si van a seguir el ideario de Perón o el proyecto genocida de los Rockefeller, y dejar así de lado la hipocresía o la impostura. En todo caso, algunos de estos pretendidos “peronistas” a la Rockefeller tendrían que ser honestos y reconocer públicamente que anteriormente supieron trabajar al servicio del Proceso de Reorganización Nacional, en las intervenciones militares a los gremios Utedyc y Uocra, bajo las órdenes directas de los coroneles Pedro Coria y Juan Bautista Menvielle.

Es llamativo, pero lo que tienen en común la militancia en el Proceso de Reorganización Nacional y la militancia a favor del aborto es que ambas comparten una misma política de fondo: la desaparición forzada de personas, de militantes políticos y sociales en un caso y de los niños por nacer en el otro. Por eso, a estos personajes habría que pedirles que hagan una primera opción, antes de cualquier definición que adopten: o Perón o Rockefeller-Videla-Martínez de Hoz.

Pero no pueden mezclar ambas opciones: o uno o el trío de la muerte.

 

José Arturo Quarracino                               Juan Carlos Vacarezza

Secretario Político                                         Secretario General

Movimiento “Primero la Patria”

 

Publicado en Política del Sur, Año 13 – No. 570

¿POR QUÉ SE MERCANTILIZA Y SE CORROMPE LA POLÍTICA?

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Una máxima famosa expresada en los evangelios, en boca de Jesucristo, es que “no se puede servir a dos señores: a Dios o al dinero”. Significa que el que quiere acumular riquezas no puede vivir al servicio de Dios, y el que quiere servir a Dios no debe pretender hacerse rico.

No sólo en el mundo bíblico se piensa de esta manera. El famoso filósofo ateniense Platón escribió un famoso texto sobre la organización de la vida comunitaria, La República, en el que expresa que, para impedir que los gobernantes se corrompan y utilicen sus cargos para enriquecerse personalmente, no debían tener posesiones, propiedades ni riquezas, para no tentarse en el ejercicio de la función pública. Su subsistencia individual la garantizaba el Estado, pero no podían tener nada a su nombre ni considerarlo propio. La polis, la comunidad en su conjunto, formaba en la virtud y en la moral a los candidatos a gobernantes, para que administraran con justicia, pensando siempre en el bien de los gobernados y de la comunidad toda.

Refiriéndonos solamente a nuestra historia patria, tenemos numerosos ejemplos de varones y mujeres de nuestra tierra que vivieron en forma acorde a lo expresado líneas arriba. José Artigas, Manuel Belgrano, José de San Martín, Juan Manuel de Rosas, Manuel Dorrego, María de la Paz y Figueroa, Juana Azurduy de Padilla, Manuela Pedraza, Martina Céspedes, Ángel Vicente Peñaloza, Felipe Varela, Juan Bautista Alberdi, Leandro Alem, Lisandro de la Torre, Hipólito Yrigoyen, Arturo Illía, Juan Domingo Perón, entre otros. En todos estos casos, estas grandes personalidades históricas terminaron su vida pública con mucha menos riqueza que la que tenían al comienzo de su actividad política. Ejemplo paradigmático fue el Brigadier General Juan Manuel de Rosas, quien ya era muy rico al llegar al cargo de Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, a la que administró sin desviar un solo peso en beneficio personal suyo, tal como constataron sus enemigos luego de la derrota en Caseros en 1852.

En líneas generales, todas estas figuras nacionales recibieron como pago por su servicio a la patria la muerte, la pérdida de sus bienes y el exilio.

Distinta fue la actitud de un sector minúsculo –la oligarquía vernácula- pero poderoso de la sociedad argentina, subordinado históricamente al poder económico internacional angloamericano y que supo adueñarse del manejo del Estado para someter servilmente la Argentina a los intereses políticos-económicos de ese poder extranjero imperialista.

Para decirlo suavemente, uno de los mayores déficits que presenta la democracia post-Proceso, a partir de 1983, ha sido el predominio directo e indirecto de este sector oligárquico en la vida política nacional, que ha provocado la restauración de la condición colonial de nuestro país, el saqueo del Estado en beneficio de unos pocos y el empobrecimiento de la mayoría del pueblo, gran parte del mismo viviendo en condiciones miserables, a pesar de las “bondades” de una democracia “renga” o falsa. Decimos democracia “renga” o falsa ya que no sólo ha sido incapaz de extirpar la matriz económico-financiera instaurada por el Proceso cívico-militar iniciado en 1976, sino que además ha dejado intacto el corpus jurídico-legal que lo sustentó. Prueba de ello es que en los 32 años de vida “democrática” sigue vigente, vivita y coleando la Ley de Entidades Financieras 21526/77, sancionada el 14 de febrero de 1977 por Jorge Videla, José A. Martínez de Hoz y Julio Gómez. Democracia “renga” o falsa que ha elevado a niveles catastróficos e inverosímiles, imposible de pagar, una deuda pública externa e interna que consume todos los años el trabajo, la riqueza y el ahorro de todo el pueblo argentino.

Salvo honrosas y mínimas excepciones, la dirigencia política “nacional y popular”, “democrática” y progresista se ha sometido a las delicias crematísticas que el poder oligarca sabe compartir, en mínimas cantidades cuando se las compara con las cifras que saben rapiñar de las arcas públicas. En vez de combatir la injusticia social y el neocolonialismo instaurados estas últimas décadas, esa dirigencia se asoció en lo que podría calificarse como administración de la decadencia. No hay ningún dato económico que muestre una mejoría respecto al nivel de vida de las décadas 1970-1980: desde 1983 a la fecha nunca se logró que el salario real alcanzara el nivel de 1974; en los dorados años “nac&pop” los asentamientos-villas miserias se centuplicaron, a pesar del crecimiento económico declamado; el cacareado “modelo productivo de matriz diversificada con inclusión social” vivió exclusivamente de los ingresos de la soja y del endeudamiento externo.

En nombre del radicalismo y del peronismo la Argentina ha retrocedido a la condición que padecía en los años previos al surgimiento del peronismo. El mismo juicio formulado por Raúl Scalabrini Ortiz en 1936 (Política británica en el Río de la Plata) respecto a la Argentina sigue vigente hoy, 80 años después: menos de diez empresas manejan el comercio exterior argentino, los argentinos no somos dueños de nada, más de la mitad del país está en manos de empresas e individuos extranjeros (mayormente británicos) y los que habitamos en este suelo patrio ignoramos totalmente lo que pasa realmente en la vida económica nacional. En palabras de Scalabrini Ortiz, está sabiamente organizada la ignorancia de lo que nos pasa y de hacia dónde vamos. Por eso hoy, casi en su totalidad, la dirigencia nacional no piensa en una revolución que vuelva a dignificar a los trabajadores, forjar una nueva independencia económica y reinstaurar una nueva Justicia social. Sólo piensa en “gestionar”, que en buen romance significa muchas veces hacer negocios desde la administración pública. Por eso muchos “gestionadores” han alcanzado en la función pública un nivel de ingresos y de vida increíble e inexplicable.

Por primera vez en la historia argentina, la oligarquía portuaria y prebendaria llegó al gobierno por medio de los votos, gracias a los desastres seriales provocados por la “guerrilla nac&pop” de Puerto Madero-El Calafate y sus “comandantes de la obra pública y de la evasión fiscal”. Gracias a ello, hoy nos gobierna un presidente nacido en cuna de oro, que nunca pasó necesidades, cuya familia creció gracias a los negocios del Proceso y de la Democracia, que nos dice que “para salir de la pobreza hay que crecer durante 20 años”, cosa que no han hecho sus amigos y parientes, enriquecidos con la obra pública en menos de una década. Gobiernan los gerentes de multinacionales y las familias con empresas formadoras de precios, que subsidian a empresarios siempre oficialistas (presentes en todos los gobiernos, desde el Proceso hasta ahora, privatistas a la hora de los negocios con beneficios pero estatistas cuando sufren pérdidas), mientras les imponen ajustes a la mayoría del pueblo. Una muestra de cómo “cuidan la transparencia”: mientras el proyecto del muro Estados Unidos-México tiene un costo de 40 mil millones de dólares para una extensión de 1.600 km., el proyecto del soterramiento del tren Sarmiento nos costará 10 mil millones de dólares, para una extensión de 40 km. ¿Hace falta decir que la principal empresa beneficiaria de esta obra es aquélla cuyo dueño es el primo presidencial? En el ajuste tarifario de la luz de estos días, tanto Clarín como La Nación destacaron que “las empresas recibieron un aumento mayor al que esperaban” y que así “mejoraron sus balances”. ¿Hace falta decir que el socio y administrador de la fortuna presidencial, el señor Nicolás Caputo, es accionista de Edesur, y que el señor Marcelo Midlin, con su empresa Pampa Energy (socia del Consejo de las Américas), es uno de los dueños de Edenor? Y después nos quieren hacer creer que no gobiernan para los ricos.

Para no ser menos, varios ministros y sus empresas familiares se quedan con los mejores negocios de exportación (por ejemplo, la familia Braun, con la cuota Hilton de exportación de carne) o con grandes empresas productora de alimentos (por ejemplo, la familia Bosch, flamante dueña de la pollera Cresta Roja).

Como se puede apreciar, el Estado de Bienestar ha estado y está siempre presente: o a favor del pueblo (cuando gobernó Perón) o a favor de la oligarquía portuaria (ya sea con gobiernos neoliberales o progresistas, lo mismo da).

¿Qué hacer ante tanta mediocridad reinante? La misma situación padeció en el siglo I a. C. el imperio romano, en el cual muchas veces gobernaban los incapaces, los mediocres y los ineptos. Ante el pretexto del no compromiso en la vida pública, a causa del predominio de personajes no dignos de ejercer cargos públicos, el gran escritor y político Marco Tulio Cicerón responde que “los hombres honestos, enérgicos y dotados de valor no tienen causa más justa para participar en la vida política que el no vivir sometidos a los canallas, y no permitir que el Estado [la Patria] sea deshecho por ellos”. Pero esta participación rechaza el obrar impulsivo, reclama la capacitación y la formación serias: “no se puede acudir de improviso y cuando se quiere en defensa del Estado, aunque se vea cercado de peligros, si no estás en condiciones de hacerlo” (Sobre la República, Libro I).

Es que en última instancia, “un pueblo en el que se debilita la idea mística de patria, desaparece de la historia sin ni siquiera tener tiempo de recorrer las etapas de su decadencia”, tal como afirma el sociólogo y físico francés Gustave Le Bon.

 

José A. Quarracino                                           Juan Carlos Vacarezza

Secretario Político                                                           Secretario General

Movimiento “Primero la Patria”

 

[Publicado en Política del Sur, 15 de febrero de 2016, Año 10 No. 523]

¿QUÉ TE PASA, ARGENTINA, QUE NO ENCONTRÁS EL RUMBO?

En su retorno en 1972, luego del infame exilio que sufrió durante 18 años, Juan Domingo Perón sostuvo que el problema más grave que enfrentaba la Argentina de ese entonces era la destrucción del hombre, y después la destrucción del Estado. Para el gran estadista que era, el problema de fondo no eran los datos políticos ni económicos, sino la degradación espiritual y cultural que habían sufrido los argentinos y sus instituciones fundamentales.

Esa destrucción fue el fruto de las acciones que el poder político y económico británico –el verdadero autor y promotor de la contrarrevolución de 1955- había llevado a cabo para destruir la obra de gobierno peronista, que no sólo había promovido el crecimiento económico del país sino también su desarrollo social con justicia, todo ello sin endeudarse en lo más mínimo con el poder financiero internacional. Ese intento destructor británico resultó infructuoso en su aspecto material, de tal forma que el historiador anglo-canadiense Henry Stanley Ferns sostuvo que “sólo una guerra civil devastadora podía derribar la obra revolucionaria de Perón” (La Argentina, Editorial Sudamericana, Buenos Aires 1969, pp. 246-247). Pero sí fue exitoso en el debilitamiento cultural y espiritual de muchos miembros de la comunidad nacional, al sembrar incertidumbre, escepticismo en las propias fuerzas y olvido de las grandes causas que ennoblecen al ser humano y a los pueblos.

Para solucionar esa destrucción humana y estatal Perón propuso la unión nacional y la revolución en paz “sin que cueste la vida de un solo argentino” para reencauzar a la Argentina a su destino histórico. Aún habiendo obtenido el 62,9% de los votos del padrón electoral en las elecciones de setiembre de 1973, convocó a tal fin a la casi totalidad de las fuerzas políticas nacionales para que colaboraran con la tarea de liberación y reconstrucción de la Nación, resaltando, entre otras cosas, que “para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino”.

Perón ante la gloria

Luego de la muerte de Perón, el “matrimonio” entre el capital industrial-financiero multinacional y la ultraizquierda antiperonista en sus distintas versiones dio paso al nefasto Proceso cívico-militar de 1976, cuya autoría y paternidad corresponde al clan Rockefeller y al sistema de poder mundial que impulsó en 1973 con la conformación de la Comisión Trilateral. Este Proceso encaró con éxito la profecía del historiador citado, retrotrayendo a la Argentina a la situación neocolonial imperante hasta el 3 de junio de 1943 y encarando sin éxito la desaparición del Peronismo.

La restauración “democrática” de 1983 en adelante y en sus diversas variantes social-demócratas y liberales fue impotente e incapaz de recuperar la Argentina industrial y soberana instaurada por el Peronismo, más bien “se asoció” al gerenciamiento neocolonial impuesto a nuestra Patria. Prueba de ello es que las leyes ultraliberales implementadas por el Proceso (por ejemplo, la Ley de Entidades Financieras promulgada por Videla-Martínez de Hoz en 1977), las políticas desindustrializadoras y privatizadoras, la concentración y extranjerización económicas, nunca fueron revertidas, a pesar de los 32 años “democráticos” transcurridos. En última instancia, el “progreso revolucionario” impulsado se limitó a reemplazar el pleno empleo por la limosna clientelar, a promover asentamientos humanos en basurales contaminados e infectados, a asegurar ganancias extraordinarias a las multinacionales petroleras y mineras, a darle independencia plena de acción al poder financiero (local e internacional), a incrementar la deuda pública externa a niveles impagables, etc. Pero mucho peor fue la impotencia de gran parte de la dirigencia política (a veces acompañada de complicidad) de impedir la degradación de los valores morales y éticos fundantes del obrar político, la intención de imponer un falso conflicto ideológico entre “izquierda” y “derecha” y la pasividad frente a la agresión del narcotráfico y de su invasión en todos los sectores de la sociedad.

Todo esto contribuyó a que se agravara el diagnóstico de Perón respecto a la destrucción del hombre y del Estado. Una muestra visible de ello es que frente a los 12 años de gobierno peronista que erradicaron la miseria institucionalizada impuesta por gobiernos liberales extranjerizantes y edificaron una Argentina próspera, justa y digna, los últimos 32 años de gobiernos “democráticos” no han transformado ni erradicado la Argentina recolonizada por el poder financiero internacional, sino que la han consolidado en forma por demás paradójica, con un 30% de pobreza prácticamente estructural, pero con dirigentes políticos y testaferros enriquecidos a más no poder en el lapso de muy pocos años, ante la mirada cómplice y la pasividad culposa de gran parte de la comunidad argentina.

De muchas maneras se destruye espiritualmente al ser humano: Quitándole toda esperanza de progreso posible, convirtiéndolo en un ser individualista ajeno e indiferente al destino común, desarraigándolo de sus raíces históricas. De la misma manera se destruye o degrada el alma de un pueblo.

En este contexto, la Argentina parece haber perdido el rumbo y el sentido de su destino histórico, al verse maltratada por gerenciadores de la política y por advenedizos sin escrúpulos que la llevan a padecer constantemente crisis recurrentes, cada 10-11 años. Pero esta decadencia no es irreversible. Bien podemos los argentinos y nuestra Patria vivir una vida digna, fieles a nuestra tradición histórica, rescatando y recreando los principios y postulados doctrinales que sustentaron la obra de gobierno peronista y la planificación que la hizo posible. Así como en 1945 el pueblo se hizo presente en la historia rescatando a Perón de la prisión, hoy se impone rescatar a Perón de la prisión histórica a la que lo ha sometido una dirigencia incapaz de toda grandeza. O los argentinos nos abrazamos a una Causa que nos permita recorrer un camino de grandeza o nos veremos condenados a sufrir el destino que otros decidan para nosotros.

José A. Quarracino                                               Juan Carlos Vacarezza

Subcoordinador general                                         Coordinador General

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[Publicado en Política del Sur, 4 de octubre de 2016, Año 10 No. 511]

DIOS ESCRIBE DERECHO EN RENGLONES TORCIDOS Y ABRE EL CAMINO

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Desde la perspectiva histórica, está profusamente documentada la presencia del cristianismo como fundamento de la conformación social y política de la América española a lo largo de todo su devenir. Es bien conocida la profunda devoción religiosa que animó a los Padres de la Patria –José Artigas, Santiago de Liniers, José de san Martín, Manuel Belgrano, Martín Miguel de Güemes, Manuel Dorrego, Guillermo Brown, Juan Manuel de Rosas, Facundo Quiroga, los constituyentes de Tucumán, etc.- y a los pueblos del Interior en sus luchas por forjar una Argentina independiente.

Fiel a esta tradición histórica, el peronismo significó la expresión más concreta y lograda de esa unidad de la fe religiosa con la vida política, al ser configurado por su fundador como una “nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista”.

En la perspectiva de la Iglesia Católica, desde el papado de León XIII en adelante hasta nuestros días ha sido sistemática la ratificación efectuada por todos los pontífices, en su magisterio, de la proyección de la doctrina cristiana en la esfera pública, como sustento de la vida política de las comunidades humanas. Basta recordar las célebres palabras del papa Pío XII al decir que la acción política es la forma más excelsa de practicar la caridad, o las más actuales de Francisco, al decir que la política es una “altísima vocación, una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común” (Evangelii Gaudium n. 205).

La criminal conducta del ex secretario de Obras Públicas de la Nación, el “señor” José Francisco López, al pretender esconder en un monasterio una millonaria cantidad de dinero del cual no podía justificar su posesión, no sólo constituyó un bochornoso (¿y pornográfico?) espectáculo que casi convirtió a una casa religiosa en un tugurio o un aguantadero. Significó también un acto de prostitución de la política, al convertir a ésta en muestra evidente e innegable de una actividad criminal al más alto nivel, la apropiación de fondos públicos nacionales en un “sistema recaudatorio de acumulación” (Jorge Asís dixit).

Con esta acción criminal prostituyente, el señor López ha confirmado que el “proyecto político” por él invocado ha sido en esencia un progresismo trucho, una forma sutil de antiperonismo o la antiperonización del peronismo. Confirma que el auto-proclamado “mejor gobierno de la historia argentina” ha prostituido las banderas más nobles de la historia nacional y ha dejado en el más absoluto ridículo a toda una franja del pueblo argentino que creyó realmente que estaba en presencia de un liderazgo “revolucionario” nac&pop, que en realidad sólo es un fenómeno delictivo (nuevamente Jorge Asís dixit), una versión siglo XXI de la política liberal-oligarca de apropiación, apoderamiento y uso del Estado para enriquecimiento de un minúsculo grupo de incultos, soberbios y vulgares patrones de estancia.

Pero como dice la sabiduría popular, no hay mal que por bien no venga. Frente a un gobierno de vocación liberal que ha encarado un ajuste económico, que si bien era necesario hace recaer todo el esfuerzo y el peso de la carga en quienes son los eslabones más débiles de la comunidad (al mismo tiempo que posibilita el enriquecimiento de los más ricos, muchos de ellos funcionarios de gobierno, y reforzando el crónico endeudamiento externo esclavizante), y frente al derrumbe de un seudo-peronismo saqueador del Estado, se abre un amplio camino de posibilidad de reconstrucción nacional, en la que todos los argentinos de bien nos unamos firmemente y luchemos por la salvación de nuestra querida Argentina, gravemente comprometida en su destino por la depredación y el saqueo a la que la ha sometido ininterrumpidamente el imperialismo internacional del dinero desde el año 1976 hasta ahora, mediante un electoralismo que sólo ha promovido administradores de nuestra decadencia y de la entrega de nuestros recursos, salvo alguna que otra excepción.

 

 

José Arturo Quarracino                    Juan Carlos Vacarezza

Sub-coordinador general           Coordinador General

MOVIMIENTO “PRIMERO LA PATRIA”

 

[Publicado en Política del Sur, 21 de junio de 2016, Año 10 No. 498]

VIRGEN de LUJÁN – Oración de Juan Domingo Perón

En esta fecha tan cara al pueblo argentina, consagrada a la Virgen de Luján como Patrona de la Patria y de la Nación Argentina, queremos rendir nuestro homenaje con la oración que el General Juan Domingo Perón, en su carácter de Presidente de la República, le ofrendara a la Santísima Virgen el 15 de noviembre de 1953, oración con la que supo expresar el agradecimiento a la Virgen por su amparo a los humildes en nuestra historia patria y el compromiso de luchar por la Paz y la Justicia para cumplir con nuestro destino histórico de Nación

Virgen de Luján2

La oración del Presidente de la Nación, General Juan Domingo Perón

 

“Señora Nuestra de Luján: Muchas veces he levantado mis ojos hacia vuestra imagen que ha sido permanentemente compañía de mi fe por todos los caminos de mi vida.

“Pero en esta solemne ocasión extraordinaria se elevan hacia vuestro corazón las miradas y las voces que quieren expresar por mi intermedio los sentimientos y los pensamientos del Pueblo Argentino, que es la Patria, cuya representación humildemente invisto.

“El pueblo argentino, sus hombres y sus mujeres, sus niños y sus ancianos, sus pobres y también sus ricos de buena voluntad, sus obreros y también sus empresarios, sus fuerzas espirituales, sus fuerzas armadas, el pueblo argentino, con todos sus hijos, los que viven en los campos, en los pueblos y en las ciudades de la Patria, los que tienen nuestra Fe y aún los que sin tenerla, os respetan, señora de Luján, como símbolo de la unidad espiritual de la Nación, que vuestra pequeña imagen representa…todo el Pueblo Argentino os agradece, antes que nada, vuestra compañía permanente y humilde, cumplida desde vuestra villa de Luján a través de todas las jornadas y a través de todas las vicisitudes de nuestra historia.

“Os lo agradece como solemos agradecer los hijos, tarde o temprano, esa compañía espiritual que representa la inquietud de nuestras madres siguiéndonos, desde cerca o desde lejos, desde la tierra o desde el cielo, por todos los caminos de la vida.

CORONA~1“Desde la humildad de vuestra imagen, materializada en vuestra pequeñez y en vuestro rostro tostado por el sol de nuestra tierra criolla, y desde vuestra propia historia, que ensalzó la de los humildes y humilló a los soberbios para enseñarles el camino de la humildad, desde vuestra imagen donde fueron grabadas para siempre con divina inspiración, nos llegan vuestras dos consignas maternales: la paz y la justicia.

CORONA~2“En esta fecha extraordinaria os prometemos mantenernos dentro de nuestras posibilidades humanas y con vuestra ayuda, fieles a vuestro mandato.

Queremos la paz de todos los argentinos, de todos los pueblo de América y de todos los pueblos del mundo. Pero no la queremos si no es justa, según vuestra consigna.

CORONA~3“Precisamente para que se cumpla vuestro anhelo infinito de paz, nos proponemos y os prometemos, madre de los argentinos, a luchar por la justicia entre los hombres y entre los pueblos.

Os pedimos en cambio, la compañía eterna de vuestra humildad ejemplar, para que humildemente sepamos cumplir nuestro destino sin que jamás nos domine la soberbia”.

“Y os pedimos la ayuda de Dios para que mirando vuestra imagen nunca olvidemos que solamente los humildes salvarán a los humildes, y que para ser fieles a nuestra vocación de paz y de justicia, nos mantengamos todos unidos y en la humildad, la única y tal vez la última fuerza que Dios ha querido dejar sobre la tierra para que volvamos a la Fe, a la esperanza y al amor, donde reside la auténtica felicidad de los hombres y la grandeza fundamental de los pueblos”.