Protocolo para el Genocidio Prenatal y cómo miente el periodismo

PROTOCOLO PARA UNA LEY DE DERECHO A MATAR QUE NO EXISTE

 

 

Estimada Mariana Iglesias

De mi consideración:

Respecto a la nota que publicaste el 12 de diciembre ppdo. en Clarín, titulada “Protocolo para el aborto legal: una herramienta para garantizar que se cumpla la ley”, sorprende y llama la atención la falta de profesionalidad y la presencia de afirmaciones falsas o mendaces ya a partir del mismo título.

1) Hablás del “protocolo para el “aborto legal” como “instrumento para garantizar que se cumpla la ley”. Estimada, ¿podés informar cuál es la ley que ha tipificado el asesinato o la matanza de un bebé antes de nacer como derecho? ¿A qué ley te referís? ¿Cuándo se sancionó esa ley que legalizó el aborto? Si fue así, ¿POR QUÉ EL ABORTO SIGUE SIENDO UN DELITO CRIMINAL CONTRA LA VIDA DE LAS PERSONAS POR NACER? ¿No te parece un poco esquizofrénico hablar de una acción “legal” que está tipificada como “delito o crimen”. ¿No te resulta un poco crazy?

2)  Decís que “El derecho a la interrupción del embarazo por causales está contemplado en el Código Penal desde 1921”. Pero según el artículo 86 del Código Penal vigente, “El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no es punible: 1º Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios”. El texto dice que NO ES PUNIBLE, NO QUE ES UN DERECHO. Es un delito que no se castiga, porque LA VIDA o SALUD DE LA MADRE ESTÁ EN PELIGRO y ESTE PELIGRO NO PUEE SER EVITADO POR NINGÚN OTRO MEDIO. ¿En que parte habla de “derecho al aborto”? ¿Para vos es lo mismo “no punible” que “derecho”? En ningún momento el texto habla del “derecho a la interrupción del embarazo por causales” como afirmás olímpicamente con total desparpajo, inventando un texto que no existe.

3) Después de repetir casi literalmente lo que dijo días pasados el ex trabajador del Proceso de Reorganización Nacional, afirmás que “En nuestro país el aborto es legal por causales. Lo dice el Código Penal de 1921. Una mujer tiene derecho a interrumpir su embarazo si ha sido violada o si su salud o su vida corren peligro”. De nuevo: ¿en que parte del Código Penal de 1921 el aborto es legal por causales? Vos decís que “lo dice” el Código. ¿EN QUÉ PARTE? ¿No te parece que es poco ético decirles a los lectores que “el Código Penal dice” cuando EN REALIDAD NO DICE LO QUE VOS DECÍS QUE DICE?

4) Más adelante decís que “la Corte Suprema ratificó este derecho centenario en un fallo de 2012, conocido como fallo FAL […]” etc. Otra vez haces una afirmación mendaz: hablas de “derecho centenario” cuando NO EXISTE EL DERECHO AL ABORTO bajo ninguna causal. Si fuera un derecho, ¿POR QUÉ EL AÑO PASADO PRESENTARON UN PROYECTO DE LEY PARA LEGALIZARLO y ahora quieren insistir nuevamente?

En este sentido, mal puede haber ratificado la Corte Suprema ese derecho “centenario” cuando ese derecho no existe. Lo que vos decís sobre la Corte es que sacó una Acordada respecto al caso particular que mencionás -el caso F.A.L.-, que es lo único que puede hacer la Corte -sentenciar sobre un caso particular- y a partir de eso, excediéndose en su potestad y vulnerándola, pretendió que su Acordada tenía que valer como ley, PERO NO ES LEY UNA ACORDADA, que sólo tiene alcance para un caso particular.

Además, es una Acordada Nula, que no tiene ningún valor, porque sentenció sobre una cuestión abstracta, porque la bebé en cuestión YA HABÍA SIDO ELIMINADA, antes que el caso llegara a la Corte.

5) Además, ¿no sabes que con la Acordada F.A.L. la Corte violó la Constitución Nacional, al habilitar LA PENA DE MUERTE CONTRA UN SER HUMANO que es PERSONA DESDE EL MOMENTO DE LA CONCEPCIÓN (Artículo 75 de la Constitución Nacional: Convención Americana sobre los Derechos Humanos, arts. 1 a 4: en los Estados que no está vigente no puede implantar la pena de muerte)?

Además, ¿no sabés que el Código Civil y Comercial afirma que “la existencia de la persona humana comienza en la concepción” (art. 19). Por lo tanto, como el bebé gestado ya es persona NO SE LE PUEDE APLICAR LA PENA DE MUERTE, PORQUE YA DESDE EL AÑO 1984, cuando el gobierno del Dr. Raúl Ricardo Alfonsín ratificó, el 14 de agosto de ese año, la adhesión de la Argentina a la Convención Americana de los Derechos Humanos, EN LA ARGENTINA no se puede implantar la pena de muerte, y mucho menos contra personas absolutamente inocentes y totalmente indefensas.

6) Llama la atención que mujeres como vos, en los casos de “embarazos por violación”, sólo pidan la muerte del bebé gestado, PERO NUNCA PIDEN LA PENA DE MUERTE CONTRA EL VIOLADOR. En estos casos, dejan vivo al criminal y sentencian a muerte a una de las víctimas. De nuevo, ¿no es un poco crazy esto: VIDA A LA RATA QUE VIOLA, MUERTE AL INOCENTE QUE NO COMETIÓ NINGÚN DELITO?

7) ¿Sabías, Mariana, que la Federación Internacional de Paternidad Planificada -la verdadera redactora del Protocolo del 2015, a través de CASA FUSA- definió ya en 1952 EL ABORTO COMO ASESINATO DE UN BEBÉ? Si la entidad matrona del aborto dice que el aborto es un asesinato, ¿cómo se te ocurre decir que es un derecho?

8) Afirmas en tu nota, Mariana, que La Corte Suprema recordó que los casos de embarazo por violación “no deben judicializarse y que todos los establecimientos médicos deben garantizar este procedimiento”, aunque es un derecho que no existe. Según esta Acordada, el aborto se puede llevar a cabo con una simple declaración escrita, que no es jurada, con la simple denuncia de la mujer involucrada. Permitime la pregunta, estimada, ya que consideras que esto es un derecho y que te importa “ampliar derechos”: ¿POR QUÉ LA PENA DE MUERTE POR DENUNCIA SIMPLE SÓLO SE APLICA AL BEBÉ INOCENTE? ¿POR QUÉ NO PIDEN TAMBIÉN LA PENA DE MUERTE PARA EL VIOLADOR? No me vas a negar que es raro, Mariana: vos como mujer justificas que se mate a un bebé por una declaración simple, sin pruebas y sin jueces, pero no querés lo mismo para el criminal que violó. ¿Por qué tanta saña con una criatura inocente e indefensa y tanta piedad y olvido para el violador? ¿Para vos es más grave un embarazo que una violación? No me podés negar que es un poco raro esta actitud tan feminista con un ser humano débil en extremo y tan condescendiente con un macho violador. ¿Cómo se explica?

9) Ya que alabas tanto al Misoprostol “porque lo recomienda” la abortista y abortera OMS, ¿por qué la Federación Internacional de Paternidad Planificada hace tantas recomendaciones por los riesgos que conlleva el uso de este fármaco apto para asesinar personas inocentes: https://www.plannedparenthood.org/es/temas-de-salud/aborto/la-pildora-abortiva. Entre otras cosas, produce cólicos y sangrado del útero, PARA VACIARLO, y sólo lo recomienda hasta la 10ª semana. Pero tu ídolo abortista lo recomienda hasta más allá de la semana 13ª. Parece que es “más papista que el Papa”.

10) ¿Sabés, estimada Mariana, que no hay un solo instrumento jurídico, ningún Tratado ni Pacto a nivel internacional que defina el aborto como un derecho? ¿Sabés que quien definió el aborto como “derecho de la mujer para determinar su propia fecundidad” y “con toda libertad” ha sido el oligarca John Davison Rockefeller III (Population Growth and the American Future (1972), The Second American Revolution (1973)? Seguramente pensarás que en este tema sos progresista, pero en realidad repetís casi literalmente la ideología genocida de la plutocracia financiera angloamericana. En este sentido, sos “una progresista a lo Rockefeller”, pero no creo que vos formes parte de ese mundo tan selecto.

 

En fin, estimada, espero que tus próximas noticias sobre este tema tengan más rigor informativo y profesional, que no sean repeticiones casi literales de las sandeces de ex funcionarios del Proceso de Reorganización Nacional y ahora promotores de la legalización del genocidio prenatal.

 

Te saludo

 

De Retrógrado a Abortista Pre-cavernícola – Carta abierta a Eduardo Félix Valdés

Temperley (Lomas de Zamora), 8 de diciembre de 2019

 

Estimado Eduardo Félix Valdés

De mi mayor consideración:

 

Días pasados usted hizo unas declaraciones respecto a expresiones vertidas por el arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en el sentido que quien promueve o facilita la acción de abortar arbitrariamente (“on demand” [“a pedido”], como dicen los angloparlantes, deben ser excomulgados por la Iglesia.

Si no he leído mal, usted sostuvo que “monseñor Aguer es un retrógado”. Dijo además usted que “Francisco no va a estar jamás a favor del aborto, pero no va a excomulgar a nadie. Él va a ver que el mundo sigue, que avanza”, que ““La tendencia es que la Interrupción Legal del Embarazo va a ser ley” y que “La sociedad civil va por un lado y lo religioso va por otro lado. Digo esto siendo que yo no soy un fanático verde, pero entiendo a la sociedad por dónde va”.

  1. Respecto a que Francisco no va a estar jamás del aborto, es obvio, y que no va a excomulgar a alguien también es obvio, porque el abortista o promotor del aborto se excomulga solo y solito él mismo, lo único que puede hacer el Papa es explicitar públicamente la excomunión o, caso contrario, ser cómplice del crimen (Código de Derecho Canónico, canon 1398). Se llama excomunión latae sententiae, es decir, excomunión automática, que no necesita proceso ni juicio eclesiástico. Pero no es éste el tema que quiero debatir con usted, sino las bases conceptuales sobre las que usted ha calificado a monseñor Aguer de “retrógrado”.

 

  1. Para usted, el aborto y su legalización es un avance social, un progreso, y que tarde o temprano va a ser ley. Permítame preguntarle, estimado, ¿por qué es un avance y un progreso matar al hijo antes de que nazca? ¿En qué tradición cultural y jurídica usted se basa para afirmar esto, ya que usted se manifiesta “peronista” y “católico”.

Ahora bien, usted sabe que desde los tiempos del médico griego Hipócrates de Cos (siglos VI-V a. C.), el aborto ha sido considerado un crimen, el asesinato de un niño o niña en el seno materno.  Y como siempre fue entendido como un crimen, que lo es, su ejercicio constituye un acto criminal que debe ser penalizado y condenado. Por eso el famoso médico griego, 6 siglos antes de Cristo, lo repudiaba como acto de un médico, por ser un crimen.

Si usted es católico como dice, ¿en que tradición bíblica y doctrinal usted se basa para afirmar que matar al hijo es un derecho? ¿En qué parte de la Biblia está ese supuesto derecho? ¿En qué parte del Magisterio de la Iglesia está fundamentado el aborto como derecho? ¿En qué parte del Catecismo de la Iglesia Católica está estipulado que el aborto es un derecho de la mujer?

Si usted es peronista como dice, ¿en qué parte de la Doctrina Justicialista está instituido el aborto como derecho de la mujer? ¿En qué texto o discursos de Perón y de Eva Perón está afirmado ese supuesto derecho de “matar al hijo”? ¿Acaso no sabe usted que para el Doctor Ramón Carrillo el aborto constituía un delito que debía ser castigado, no tanto en la mujer que abortaba, sino en los profesionales y enfermeras que se prestaban a su implementación? Ramón Carrillo estaba “convencido que el aborto criminal constituye una práctica amoral y delictuosa, aun cuando la tomen a su cargo profesionales en el arte de curar, [por eso el Estado] ha orientado sus esfuerzos hacia la meta de desterrarla para siempre de entre nosotros[1].

Lo mismo le pregunté al diputado Agustín Rossi, y ahora se lo pregunto también: ¿Usted cree que el Ramón Carrillo era un ignorante o un retrógrado, que ignoraba que matar al propio hijo/a es un derecho? ¿No será que usted está equivocado?

   

Usted es un cuadro político bien formado, además es un buen jurista, como ha dado pruebas en sus intervenciones públicas. ¿Pero acaso ignora usted que el que inventó que el aborto (matar al hijo) como derecho ha sido el siniestro John Davison Rockefeller III, quien en 1972, en su famoso plan del control de natalidad para Estados Unidos, elaborado por pedido del entonces presidente Richard Nixon, en 1970, afirmó que “las mujeres deben ser libres para determinar su propia fertilidad, que el tema del aborto debe dejarse a la conciencia del individuo involucrado, en consulta con su médico, y que los Estados deben ser animados a sancionar estatutos positivos que promuevan un ámbito claro y positivo para la práctica del aborto a petición?[2].

¿No sabe usted que un años después Mr. Rockefeller III definió explícitamente que “el aborto es el derecho que tiene la mujer para determinar su propia fecundidad[3], que es lo mismo que usted dice?

Usted, estimado Valdés, se dice “peronista y católico”, pero en este tema tan delicado usted piensa igual y dice lo mismo que el patriarca y promotor del mayor holocausto demográfico que ha conocido la humanidad. Como usted dice, para considerar el tema del aborto usted se “descontruyó”, pero terminó “reconstruyéndose” como oligarca yanqui idéntico a los Rockefeller.

En otras palabras, estimado, el “derecho al aborto” no proviene de la tradición humanista y cristiana que nos caracteriza como justicialistas hispanoamericanos, sino de la pútrida oligarca financiera que el clan Rockefeller representa.

En este sentido, esta pútrida oligarquía financiera que ha institucionalizado al aborto como derecho, al imponer en casi todo el mundo la pena de muerte contra los seres humanos por nacer, absolutamente indefensos y totalmente inocentes de todo crimen, constituye el retroceso-retorno a la época pre-cavernícola, a un salvajismo propio de las bestias.

En este sentido, que usted califique a monseñor Aguer de “retrógrado”, por reafirmar la doctrina cristiana, y lo haga basándose en los principios criminales establecidos por la oligarquía financiera internacional representada por el clan Rockefeller, es evidentemente un acto de esquizofrenia política a la enésima potencia: Aguer no, Rockefeller sí; Aguer no, pero la época pre-cavernícola sí. Salvo que usted piense que los Rockefeller son “humanistas, nacionales y populares”, lo cual resultaría ser un pensamiento esquizofrénico ad infinitum.

¿No se da cuenta que usted habla de Perón, pero predica a John Davison Rockefeller III y su ideología criminal y genocida? ¿Acaso no sabe usted que para este siniestro personaje el aborto es un derecho porque “sólo deben ser traídos al mundo los hijos deseados”[4], lo mismo que usted dice: la mujer tiene derecho a continuar o no con su embarazo, aunque ello signifique el asesinato de su propio hijo. En última instancia, estimado “peronista y católico”, el suyo es un peronismo rarísimo, un “peronismo a la Rockefeller”, un “peronismo” pre-cavernícola.

   

  1. Y en tercer lugar, ¿no le parece que legalizar el aborto es implantar la pena de muerte contra seres absolutamente inocentes y absolutamente indefensos, y que la Constitución Nacional impide que una legislación de este tipo pueda ser aprobada, ya que la Convención Americana de Derechos Humanos (incorporada a nuestra Carta Magna) sostiene que “todo ser humano es persona” (como el niño o niña en el seno materno), que “toda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica” y a que “se respete su vida a partir del momento de la concepción”, que “nadie puede ser privado arbitrariamente de la vida” y que “no se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido”[5]?

Si usted pretende legalizar el aborto, es decir, implantar la pena de muerte para inocentes e indefensos en el seno materno, ¿no está yendo en contra de la Constitución Nacional y de la Convención Americana de Derechos Humanos, porque no puede implantar la pena de muerte, ya que legalmente no existe ni tiene vigencia en nuestro querido país , la Constitución Nacional lo impide?

Habiendo tanta basura con rostro humano que merece el “premio” de recibir la pena de muerte, usted sólo postula su aplicación en los niños por nacer. ¿En qué parte del pensamiento de Perón o de Evita se ha inspirado, estimado compañero?

Usted es abogado, bien debe saber que ya desde los tiempos del rey babilónico Hammurabi (siglo XVIII a. C.), una de las principales misiones de un gobernante era la de defender al débil de las prepotencias, arbitrariedades y violencias del fuerte y poderoso, y ésta fue siempre una constante en las legislaciones de todos los pueblos y naciones. Hasta en la modernidad el Estado está pensado como árbitro para conciliar intereses enfrentados e impedir que la prepotencia del más fuerte se imponga sobre el más débil.

Para el clan Rockefeller y el poder oligarca y plutocrático que representa, el Estado debe estar al servicio del más fuerte y, en este caso en particular, colaborar y cooperar en el asesinato de los niños por nacer. Usted está de acuerdo con esto, ¿y se dice “peronista y católico”?

 

Le reitero lo mismo que le expresé al diputado Agustín Rossi: En su discurso del 1º de mayo de 1974, ante la Asamblea Legislativa, Perón sostuvo (y sigue sosteniendo) que el Justicialismo desea llevar a cabo una revolución, pero una revolución en paz, sin que cueste la vida de ningún argentino. Con su propuesta a favor de la legalización del aborto, ¿no parece que usted apoya la idea de “edificar” una sociedad fundada en la eliminación sistemática y arbitraria, antes de que nazcan, de los seres humanos que vienen al mundo, porque parece ser que usted cree que se pueden eliminar los seres humanos de los que no se desea su existencia, tal como lo ha impuesto dogmáticamente John Davison Rockefeller III. Permítame preguntarle: ¿por qué entre Perón y Rockefeller usted elige a este último? ¿Acaso considera que Perón “ya fue”?

Millones de compatriotas, conocidos y anónimos, han ofrendado su vida y derramado su sangre para fundar una Argentina justa, libre, soberana, digna y abierta al mundo. La infame plutocracia financiera internacional pretende fundar un mundo sobre el asesinato de millones de seres humanos antes de nacer, para disfrutar “en paz” de las riquezas que se han robado en estas últimas décadas. Perón y Eva Perón se enfrentaron a ese poder inmundo y antihumano, para que el pueblo sea feliz y todo habitante en nuestro país viva una vida digna. Levantar en su nombre las banderas de sus enemigos y enemigos de la raza humana es la peor de las infamias que los que nos decimos justicialistas podemos cometer, es un crimen y una traición que claman al cielo.

 

Y para mayor información suya, ¿sabe usted quién afirmó que el aborto es el asesinato de un ser humano, de un bebé? Lo reconoció en 1952 la mismísima Federación Internacional de Paternidad Planificada (IPPF), la red británica abortista más grande del mundo, subsidiada y subvencionada en un 80% de su presupuesto por gobiernos nacionales y por fundaciones fuertemente vinculadas al poder financiero internacional[6].

Hoy, las mentes podridas y las almas muertas de los que se profesan “progresistas” promueven el asesinato que los promotores mundiales del aborto reconocen abiertamente.

 

Concluyendo, estimado Eduardo, la legalización del aborto es un proyecto de genocidio continuo de la más reaccionaria de las oligarquías parasitarias que haya conocido el mundo, es un proyecto político criminal y cobarde. ¿Usted pretende hacernos creer que eso es “militancia peronista”? Me parece que tomó de la mala.

Con toda humildad, me permito recomendarle que vuelva a Perón, a Evita y a Carrillo, don Eduardo, y evítese la esquizofrenia política de llevar en una mano la camiseta peronista y en la otra la ideología genocida de los Rockefeller. No impulse el genocidio del Imperialismo Internacional del Aborto enarbolando un trapo “peronista”. En todo caso, no cometa el mismo acto tramposo de presentar la cuestión del aborto como una discusión entre la “sociedad civil” y la Iglesia, el problema de fondo es entre Rockefeller o Perón, estimado, entre una hiena-rata o un mensajero de la paz y de la vida. Usted lo sabe bien, Eduardo, no se puede unir el mal y el bien, pretender hacerlo es delirio esquizofrénico, además de una estafa política incalificable e inadmisible.  O Rockefeller o Perón.

Quedo a su disposición, y reafirmando nuestra concepción justicialista “simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista” lo saludo atte. en Dios, nuestra querida Argentina y Perón

 

José Arturo Quarracino

 

 

P.D.: permítame acercarle el pensamiento retrógrado de Ramón Carrillo sobre los niños, que ya tienen el derecho de ser protegidos antes de nacer. Affte.

 

LOS DERECHOS DEL RECIÉN NACIDO

  1. Derecho a tener padre y madre.
  2. Derecho a ser deseado y recibido con alegría y tranquilidad.
  • Derecho a que se le suministre el mejor alimento: la leche de su propia madre.
  1. Derecho a que se le eduque desde su nacimiento.
  2. Derecho a que se investiguen las causas de su llanto.
  3. Derecho a la luz, al sol y al aire libre.
  • Derecho a tener un ajuar adecuado y limpio.
  • Derecho a dormir solo en su cuna.
  1. Derecho a no ser juguete de los mayores.
  2. Derecho a la higiene.
  3. Derecho a la asistencia médica.
  • Derecho a que sus padres sepan cómo se desarrolla.

[1] Ramón Carrillo, “Al margen de la ley”, Subsecretaría de Informaciones de la Nación, 1951.

[2] Rockefeller Commission Report, Population Growth and the American Future, New York 1972, Chapter 11. Ver en: http://www.population-security.org/rockefeller/001_population_growth_and_the_american_future.htm. La última cita es repetida literalmente por todas las feministas que promueven el aborto como derecho legal, seguro y gratuito. Toman como modelo de mujer y del ejercicio de su libertad el esquema del macho Rockefeller.

[3] John Davison Rockefeller III, La Segunda Revolución Norteamericana, Algunas observaciones personales, Ediciones Tres Tiempos, Buenos Aires 1975,  p. 55.

[4] Rockefeller Commission Report, Population and the American Future, New York 1972, Chapter 11

[5] Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969), Arts. 1 a 4.

[6] https://josequarracino.wordpress.com/2019/07/04/paternidad-planificada-en-1952-el-aborto-mata-la-vida-de-un-bebe/

Paternidad Planificada en 1952: el aborto “mata la vida de un bebé”

por Fr. Mark Hodges

 

WASHINGTON, D.C., 1 de mayo de 2017 (LifeSiteNews) — Paternidad Planificada promueve la “terminación del embarazo” como algo “muy seguro y simple”, como “seguro y efectivo” y como “uno de los procedimientos médicos más seguros que se pueden conseguir”, pero el proveedor más grande de abortos en el país no siempre hizo esta afirmación falsa.

En las décadas pasadas, el conglomerado para el control de la natalidad no solo admitió que el aborto es dañino para las mujeres, sino que las urgió a que nunca consideren al aborto como “control de la natalidad”.

La semana pasada, la activista africana provida Obianuju Ekeocha, miembro de Culture for Life Africa, encontró dos panfletos de la década de 1950-1960, elaborados por Planned Parenthood, que directa y sinceramente respondió una pregunta sobre el aborto. Ella los publicó online:

Los panfletos de Planned Parenthood afirman claramente que el aborto “mata la vida de un bebé”.  Además, Planned Parenthood admitió que el aborto es “peligroso para tu vida y tu salud”.

En su totalidad, el folleto responde a la pregunta: “¿El aborto es control de la natalidad?” El folleto de Planned Parenthood responde:

“¿El aborto es control de la natalidad?”

“Definitivamente no. Un aborto requiere una operación. Mata la vida de un bebé después que esa vida ha comenzado. Es peligroso para tu vida y para tu salud. Te puede hacer estéril, así que cuando quieres hijos no puedes tenerlos. El control de la natalidad simplemente pospone el comienzo de la vida; el aborto mata una vida”.

En el “Programa de Radio Glenn Beck” del lunes pasado, Beck describió la perspectiva de Planned Parenthood, afirmando que el monstruo del aborto “ahora está abogando por el asesinato de niños, según lo afirma su propio folleto”.

Beck agregó que desde la década de 1950, la ciencia médica ha confirmado abrumadoramente que el bebé en desarrollo es un [ser] humano y vivo. “¿Hemos descubierto que ese tejido no es un bebé?”, preguntó retóricamente. “¿Hemos desarrollado cosas que muestran que esa cosa de 15 semanas dentro de ti no es un bebé? No, hemos encontrado justamente lo contrario”.

The Resurgent informa que a la luz de lo que Planned Parenthood escribió en la década de 1950 contrario a lo que están diciendo ahora, el gigante del aborto es hipócrita. “A pesar de los eufemismos que ahora emplean para referirse al no nacido, saben lo que están haciendo”.

 

Publicado originalmente en inglés en https://www.lifesitenews.com/news/planned-parenthood-in-1952-abortion-kills-the-life-of-a-baby

Traducción al español por: José Arturo Quarracino

¿Aborto y “justicia social”? Plutocracia abortista – Carta abierta a Mariana Carbajal

Temperley, 3 de junio de 2019

Estimada Mariana Carbajal ¿de Rockefeller):

Le escribo estas líneas, para comentar algunos aspectos de su artículo “Aborto y justicia social”, publicado el 29 de mayo en el diario Pagina12 (en https://www.pagina12.com.ar/196889-aborto-y-justicia-social?cx_testId=2&cx_testVariant=cx_1&cx_artPos=2#cxrecs_s), dado que usted une dos conceptos absolutamente antagónicos entre sí, porque matar a un hijo antes de nacer nunca puede ser un acto de justicia social, más bien es la máxima injusticia de todas. Llamativamente, en esta cuestión usted piensa en forma idéntica al padre y patriarca del genocidio abortista, John Davison Rockefeller III, y repite textualmente sus mismas palabras[1]. En este sentido, es paradójico y contradictorio lo que usted plantea, porque aunque se pretenda progresista y de avanzada usted piensa igual que los oligarcas híper capitalistas estadounidenses.

En primer lugar, usted habla del “derecho al aborto legal”, etc., ¿pero podría informarnos cuál es la fuente jurídica en la que esté estipulado que matar al hijo antes de que nazca es un derecho, es decir, que el aborto es un derecho? Es cierto que a nivel internacional se habla mucho del derecho a matar (aborto), pero no existe ningún documento oficial de organismos supranacionales -ONU, por ejemplo,- , por ejemplo,- , en el que se proclame el aborto como derecho.

En este caso, lamento informarle que, a falta de un pronunciamiento oficial, hubo quien ya en la esfera privada proclamó en el año 1972 que el aborto -matar al propio hijo antes de que nazca- es un derecho: fue el Rockefeller mencionado líneas arriba, al afirmar que “las mujeres deben tener la libertad de determinar su propia fertilidad, la cuestión del aborto debe ser dejado a la conciencia de la mujer involucrada, en consulta con su médico, [… y] los Estados deben ser alentados a aprobar estatutos objetivos que creen un marco claro y positivo para la práctica del aborto a petición”[2]. Al año siguiente, en 1973, este mismo personaje reiteró que “el aborto es el derecho que tiene la mujer de determinar su propia fertilidad”[3], sobre la base del supuesto “principio ético” según el cual “sólo deben ser traídos al mundo los hijos deseados”[4].

En definitiva, usted piensa igual que los Rockefeller, en el sentido que el aborto es el derecho de matar al hijo. ¿Por qué entonces usted se considera progresista y ve en el aborto un avance y un progreso, si es idea y ejercicio político de la plutocracia financiera internacional que el clan Rockefeller representa?

En segundo lugar, usted afirma que el aborto es “un problema de salud pública y además, de justicia social”, ya que es una práctica que “atraviesa todos los sectores sociales”, en el sentido que “las mujeres y personas con capacidad de gestar más ricas y las más pobres abortan”, pero con diferencias, ya que “quienes no tienen recursos, quienes se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad, son las que pagan con su cuerpo y con su vida las consecuencias de la clandestinidad”.

Pero de nuevo usted coincide con la ideología abortista oligarca y con el señor Rockefeller III: que el aborto no es un crimen infame cometido contra el ser más indefenso e inocente de todos, sino que es un problema de salud pública también lo dijo en el año 1972 John Davison Rockefeller III, junto con su séquito de plutócratas: “[Creemos que el aborto no debe ser considerado un sustituto del control de la natalidad, sino (que se lo debe considerar) como un elemento en un sistema general de cuidado de la salud materna e infantil][5].

Sorpresa, estimada: de nuevo, por segunda vez, usted piensa igual que los Rockefeller, por lo tanto vale pregunta: ¿en qué sentido usted es progresista, si piensa igual que la plutocracia parasitaria yanqui que encarnan los Rockefeller?

     

En tercer lugarque el aborto es un problema de justicia social y que perjudica la libertad de las mujeres al no poder disponer del propio cuerpo ni de la propia vida es lo mismo que piensa el señor John Davison Rockefeller III y la plutocracia financiera angloamericana: “las diversas prohibiciones contra el aborto en todo el país son como obstáculos para el ejercicio de la libertad individual: la libertad de las mujeres para tomar decisiones morales difíciles basadas en sus valores personales, la libertad de las mujeres para controlar su propia fertilidad y finalmente, la libertad respecto a los pesos de la maternidad no deseada. Los estatutos restrictivos también violan la justicia social, porque cuando el aborto está prohibido, las mujeres recurren a abortos ilegales para prevenir nacimientos no deseados. Los abortos médicamente seguros siempre han estado disponibles para los ricos, para aquellos que podrían afrontar los costos elevados de los médicos y los viajes al extranjero; pero la mujer pobre se ha visto obligada a arriesgar su vida y su salud con remedios populares y profesionales de dudosa reputación”[6].

En definitiva, estimada Mariana, por más que usted se pretenda progresista y considere que “despenalizar y legalizar el aborto es un tema de salud pública, derechos humanos y sin, dudas, justicia social”, ¿la realidad no muestra que lo que usted promueve y promociona es la ideología genocida de la gran plutocracia oligarca internacional, la ideología genocida de los multimillonarios dueños y patrones del infame capitalismo especulador y depredador?

En última instancia, ¿no es evidente que usted estaría colaborando con los multimillonarios del mundo a favor de su política genocida, ya que repite literalmente sus argumentaciones criminales? ¿Usted piensa como los Rockefeller y cree que está promoviendo una política progresista? ¿De qué progreso está hablando?

En cuarto lugar, ¿usted es miembro-socia del CELS, que preside el señor Horacio Verbitsky? En tal caso, ¿usted no está enterada que a este organismo lo subvencionan, entre otros, la Embajada Británica en Buenos Aires, el Foreign Office, la Fundación Ford, la National Endowment for Democracy, la International Planned Parenthood Federation (Región del Hemisferio Occidental), la
International Women’s Health Coalition, la Open Society Foundations (George Soros/Banca Rothschild)? ¿No está enterada usted que las tres últimas instituciones mencionadas son activos acompañantes y donantes de cuantiosos fondos para imponer la pena de muerte a los niños por nacer? Usted se “sentirá” muy progresista y de avanzada, pero en realidad lo que usted hace es funcional y favorable al genocidio abortista implementado en casi todo el mundo? ¿A título de qué progreso usted promueve la pena de muerte abortista, en absoluta coincidencia con el plan genocida de los “ricos del Universo”? ¿Es a título oneroso o gratuito que usted colabora con instituciones multinacionales británicas y estadounidenses para imponer el genocidio demográfico para que el capitalismo financiero internacional, depredador y criminal, pueda “gozar en paz de su rapiña?

¿Le parece que usted puede reivindicarse como “progresista”, si trabaja en absoluta armonía con los depredadores de la riqueza mundial y promotores del más grande genocidio que ha conocido la historia humana? ¿Se puede ser “progresista” y estar al servicio de políticas que promueven el capital financiero internacional y el Imperio Británico?

My lady, la saludo atte.

 

José Arturo Quarracino

DNI: 10.801.385

[1] Rockefeller Commission Report, Population and the American Future, Chapter 11, New York, 1972.

[2] Ibidem: “women should be free to determine their own fertility, that the matter of abortion should be left to the conscience of the individual concerned, in consultation with her physician, and that states should be encouraged to enact affirmative statutes creating a clear and positive framework for the practice of abortion on request”.

[3] John Davison Rockefeller III, The Second American Revolution, New York 1973, Harper & Row Publisher, p. 64; La Segunda Revolución Norteamericana, p. 55.

[4] Rockefeller Commission Report, Population and the American Future, Chapter 11: “[,,,] all Americans, regardless of age, marital status, or income, should be enabled to avoid unwanted births. Major efforts should be made to enlarge and improve the opportunity for individuals to control their own fertility, aiming toward the development of a basic ethical principle that only wanted children are brought into the world”.

[5] Ibidem: “We believe that abortion should not be considered a substitute for birth control, but rather as one element in a comprehensive system of maternal and infant health care. For many, the very need for abortion is evidence of a social and personal failure in the provision and use of birth control”.

[6] Ibidem: “the various prohibitions against abortion throughout the United States stand as obstacles to the exercise of individual freedom: the freedom of women to make difficult moral choices based on their personal values, the freedom of women to control their own fertility, and finally, freedom from the burdens of unwanted childbearing. Restrictive statutes also violate social justice, for when abortion is prohibited, women resort to illegal abortions to prevent unwanted births. Medically safe abortions have always been available to the wealthy, to those who could afford the high costs of physicians and trips abroad; but the poor woman has been forced to risk her life and health with folk remedies and disreputable practitioners”.

RÍO NEGRO (ARGENTINA): de PROVINCIA FEDERAL a ABORTORIO de la IPPF

En Argentina, y en particular en la provincia de Río Negro, situada al sur del territorio nacional, en la región de la Patagonia, se estaría viviendo aparentemente en un estado de locura institucional y colectiva, dado que desde hoy, 13 de mayo, y hasta el 15 de mayo se llevará a cabo un juicio contra el doctor Leandro Rodríguez Lastra, médico obstetra y jefe de ginecología del Hospital Pedro Moguillansky, de Cipoletti (Río Negro), acusado de haber incumplido una ley que no existe y de, en consecuencia, haber salvado dos vidas en el año 2017. Primera aberración: el mencionado profesional es llevado a juicio por haber salvado dos vidas (¿???) y por no haber matado a un ser inocente (¿????). Pero en realidad, no se trata en esencia de una locura aberrante, sino de una ofensiva jurídica del Imperialismo Internacional del Aborto, es decir, del poder financiero depredador que se ha apropiado de las riquezas del mundo y, como contrapartida, necesita limitar al máximo el crecimiento poblacional en el mundo para poder “gozar en paz” de las riquezas apropiadas.

Segunda aberración: para promover esta parodia de juicio, se ha tomado como basa una norma legal un manual de procedimientos para matar a una persona por nacer, ya que el argumento-acusación utilizado por el fiscal acusador para justificar esta aberración es que el médico “no cumplió con la ley”, por eso lo acusa de “violación de los deberes de funcionario público”. El problema de fondo es que el médico acusado no cumplió con la ley provincial que legaliza anticonstitucionalmente y violando pactos internacionales (que tienen rango de norma constitucional) lo dictaminado por un documento administrativo -denominado Protocolo para la Atención Integral de las Personas con Derecho a la Interrupción Legal del Embarazo– elaborado en el año 2010 y actualizado en el 2015 por el entonces Ministerio de Salud de la Nación (en http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000875cnt-protocolo_ile_octubre%202016.pdf), que no tiene valor ni fuerza legal alguno, porque determina pautas de procedimiento que van en contra de la Constitución y las leyes que reconocen el carácter de persona del niño por nacer. Aunque el Protocolo permite y promueve matar a través de un aborto, nadie está obligado a obedecerlo ni cumplirlo, salvo que le guste matar. Su título mismo es engañoso: en Argentina no existe ninguna ley que tipifique el aborto como derecho.

El caso que sirvió de excusa para armar esta aberración-delirio abortista es el de una joven de 19 años que en enero del 2017 se presentó descompuesta en un hospital de Cipolletti, sin que los análisis que se le realizaron pudieran determinar la causa de su malestar. Pero a fines de marzo de 2017 se presentó nuevamente a una consulta, al haber aumentado de peso y tener la panza crecida, como ella misma manifestara. Al mostrar el análisis que le efectuaron que estaba embarazada, la joven pidió abortar, porque dijo que ese embarazo era producto de una violación.

Tercera aberración: si fue violada, la joven lo aceptó sin problema alguno, nunca lo denunció, pero al enterarse que estaba embarazada, “se acordó” que había violada. A algunos peritos médicos les pareció muy raro que una joven “se acuerde” que fue violada cuando se entera que está embarazada, como si el embarazo le provocara un trauma, pero no su violación previa.

Con esto, se ha querido hacer creer que las violaciones no afectan psicológicamente a las víctimas, pero sí el embarazo (¿????). Como afirmó el doctor Fernando Secin en la pericia que presentó, pero que la justicia rionegrina no aceptó (“porque ya había muchas”) es que “no resulta lógico que alguien diga ir al médico por aumento de peso y por crecimiento de la panza y luego decir que fue violada. Lo lógico es ir al médico por violación, mucho antes que crezca la panza”.

Cuarta aberración: La joven insistió con su pedido de aborto, y dos profesionales médicas que la atendieron la pusieron en contacto con una activista de una organización abortista, quien le proporcionó el fármaco (Oxaprost) para producir el aborto, lo cual constituyó un claro ejemplo de ejercicio ilegal de la medicina, porque esa activista no podía prescribir fármacos.

La joven ingirió el fármaco abortivo, pero comenzó a padecer fiebre, dolores abdominales y pérdidas, razón por la cual se dirigió al hospital, siempre con la intención de abortar. Fue atendida por el doctor Leandro Rodríguez Lastra, quien se negó a efectuar ese procedimiento, a causa del estado avanzado del embarazo -22 semanas-, razón por la cual el médico decidió estabilizar a la joven e internarla, hasta que el bebé pudiera nacer con posibilidades reales de supervivencia. Tan es así que luego de nacer el bebé fue entregado en adopción y hoy goza de perfecta salud. La misma joven lo definió así: “Me negaron el aborto para salvar la vida del bebé”.

El doctor Leandro Rodríguez Lastra salvó la vida del bebé y seguramente también de la madre.

Quinta aberración: a pesar de haber salvado dos vidas, en este punto comenzó el calvario del doctor Rodríguez Lastra, ya que fue denunciado judicialmente por la eterna diputada provincial Marta Milesi, médica pediatra a favor de la pena de muerte contra los niños antes de nacer (¿?????), lo cual constituye la quinta aberración: una pediatra a favor del aborto es como poner al Chapo Guzmán al frente de la lucha contra el narcotráfico.

Ya en el año 2006 esta señora había presentado en la legislatura provincial un proyecto a favor de la legalización del aborto, como una de las pioneras en este intento imperialista de imponer el asesinato del propio hijo como derecho exclusivo de la mujer y como ampliación de sus derechos. Ese proyecto que presentó contó para su redacción con la activa participación de Católicas por el Derecho a Decidir”, una ONG de origen estadounidense creada por la Fundación Ford (propiedad de la familia Rockefeller) para infiltrar el catolicismo americano e iberoamericano con la ideología abortista. Esta organización seudo no-gubernamental cuenta desde hace algunos años en Argentina con el apoyo financiero (subvenciones) de la International Planned Parenthood Federation (IPPF) para imponer como sea la legalización del aborto. Es decir, la señora “pediatra” partidaria de legalizar la pena de muerte para los niños por nacer parece actuar como vocera del imperialismo internacional del aborto, que es el brazo izquierdo-progresista del imperialismo internacional del dinero, es decir, el Poder Financiero Internacional de matriz angloamericano, dueño real del mundo y de sus riquezas y ejecutor del plan de exterminio masivo de niños por nacer que conozca la historia universal.

Sexta aberración: la denuncia original de la pediatria pro-aborto fue impulsada en el ámbito judicial por el “doctor” Santiago Márquez-Gauna, quien en su actuación previa como juez de garantías adquirió fama al haber desestimado la denuncia hecha contra el padre de dos hijos menores de edad, sobreseyéndolo de las acusaciones de ahorcar a un niño, castigarlo con un cinto y utilizarlo de sparring o puchin ball para golpes de puño y patadas, porque según el bárbaro letrado todo ello formaba parte del “derecho a educar” del padre, de su “poder de coerción” y de su “potestad de corregirlos” (cf. https://www.rionegro.com.ar/juez-concluyo-que-no-es-delito-ahorcar-y-castigar-a-un-nino-con-un-cinto-JY6230902/).

No se puede dejar de reconocer la “coherencia” de este “servidor” del Derecho, un verdadero diamante en bruto: golpear, maltratar y abusar a un hijo es un derecho, al igual que matarlo mediante un aborto (¿??????).

Séptima aberración: este juez-fiscal pro-abuso infantil y pro pena de muerte para niños por nacer “se olvidó” de investigar la denuncia de la supuesta violación de la joven afectada que estuvo decidida a hacer abortar a su hijo, cuando “se acordó” que había sido violada. El señor Márquez Gauna, ante la denuncia de este delito no movió un dedo ni hizo el mínimo ademán de investigar un acto criminal, sólo se ocupó de acusar al médico, conducta idéntica a la de la pediatra pro-muerte. En este punto es válido preguntarse: ¿el señor Márquez Gauna es fiscal de la Provincia o empleado servil de la vocera de Católicas por el Derecho a Decidir y la IPPF? ¿Tendría miedo el señor Márquez Gauna de descubrir que la joven “violada” podría ser en realidad víctima de una red de trata de personas, dado el estado en que se presentó inicialmente al hospital?

Octava aberración: este demencial juicio contra el doctor Rodríguez Lastra, impulsado por la pediatra abortista y el fiscal justificador del abuso infantil, se basa en denuncias y criterios que constituyen una clara violación de la Constitución Nacional, que protege la vida humana desde el momento de la concepción (arts. 23 y 75), y de la misma Constitución de la Provincia de Río Negro (art. 16), que no sólo “reconoce el derecho a la vida y dignidad humana”, sino que además afirma que “nadie puede ser sometido a tortura ni a tratos crueles, degradantes o inhumanos”, bajo pena de exoneración de su cargo.

Novena aberración: la pediatra abortista pone como fundamento de su acusación el incumplimiento de una ley provincial que da marco jurídico al Protocolo abortista nacional justificador del crimen del aborto en casos de embarazos por violación. Además de violar el mandato de la Constitución Nacional de proteger la vida desde la concepción, el Protocolo en cuestión fue actualizado en el año 2015 por el aporte técnico brindado por la llamada Casa FUSA (Fundación para la Salud del Adolescente), miembro de la International Planned Parenthood Federation (IPPF), la red abortista multinacional de origen británico más grande del mundo.

En definitiva, estamos claramente ante una nueva versión de David (el doctor Rodríguez Lastra) y Goliat (Marta Milesi, Santiago Márquez Gauna, “Católicas por el Derecho a Decidir”, IPPF), en la que un médico argentino se ha visto obligado a enfrentar el imperialismo abortista internacional. Así como David venció a Goliat, esperamos que en esta nueva versión el “David” argentino pueda vencer al Goliat invasor, tan criminal, mercenario y soberbio como el personaje del relato bíblico.

Evidentemente, en la provincia de Río Negro se viven tiempos apocalípticos, en los que salvar vidas constituye un acto criminal y matar a los hijos constituye un derecho ampliado de la “mujer”. Pero en última instancia dependerá de la voluntad del Todopoderoso y de la fuerza y garra espiritual que los argentinos de bien podamos mostrar frente a este aberrante acto criminal, mientras las autoridades civiles, políticas y eclesiásticas brillan por su ausencia, aunque se arriesgan a ser cómplices de este crimen jurídico y judicial.

José Arturo Quarracino

Temperley, 13 de mayo de 2019

CATÓLICAS POR EL DERECHO A DECIDIR: ¿DISPOSITIVO BRITÁNICO AL SERVICIO DE NUEVAS INVASIONES INGLESAS?

El 24 de abril ppdo. se llevó a cabo una sesión del debate organizado en la Cámara de Diputados de la Nación, sobre el intento de implementar la pena de muerte contra los niños por nacer, eufemísticamente denominado “despenalización de aborto” o “interrupción legal del embarazo”.

Sorprende que se intente aprobar una ley que es manifiestamente contraria a la Constitución Nacional y al Código Civil y Comercial de la Nación, porque ambos documentos normativos jurídicos afirman explícitamente que la existencia del ser humano como persona se inicia en la concepción[1], razón por la cual implementar “legalmente” la eliminación de un ser humano antes de su nacimiento significaría implantar la pena de muerte en nuestro país, aberrante desde dos puntos de vista: a) se aplicaría contra seres humanos que no han cometido ningún delito; b) violaría el Artículo 4, incisos 1, 3 y 5 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que afirma explícitamente que “todo ser humano es persona” y que no se puede implantar la pena de muerte en los países que no rige ni tiene vigencia al momento de firmar el citado documento[2]. Lamentablemente para los proabortistas, esta Convención tiene rango constitucional, de acuerdo con la última reforma de 1994.

Bandera del Reino UnidoCatólicas por el Derecho a Decidir-Logo

IPPF-Logo

Pero si es sorprendente y llamativo que se pretenda avasallar la Constitución Nacional y sus leyes fundamentales para “despenalizar o legalizar el aborto”, resulta francamente indignante y repugnante que para lograr este objetivo se mienta descarada y alevosamente en un recinto que se supone debe discutir ideas y cosmovisiones. Utilizar el palacio legislativo para afirmar mentiras rebaja una discusión como la planteada a una payasada y una burla, principalmente contra quienes han organizado este debate y en segundo lugar para el conjunto del pueblo, que espera de sus legisladores honestidad intelectual, no hipocresías ni mentiras alevosas.

El día 24 de abril, en una de las sesiones, la señora María Teresa Bossio, de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, ante una pregunta respecto a las fuentes de financiamiento con la que cuenta la organización de la que forma parte, dijo que quería hacer una aclaración sobre la organización International Planned Parenthood Federation [Federación Internacional de Planificación de la Familia].

En primer lugar, dijo que “quería limpiar” el nombre de esta institución, que en realidad “no se financia abortos, sino que se dedica a promover los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres”. O esta señora no sabe de qué está hablando, no ha leído documentos oficiales de la IPPF o MIENTE ALEVOSAMENTE.

Simplemente con leer las Financial Statements [Declaraciones Financieras] que se publican anualmente la “limpiadora” del supuesto buen nombre de la entidad sabría que, por ejemplo, que la IPPF “se asegurará que las mujeres puedan ejercer sus derechos y acceder al aborto seguro y a la planificación familiar” (p. 3); que “proporciona servicios basados en los derechos al aborto seguro […]” (pp. 6-7); que el programa Safe Abortion Action Fund [Fondo de Acción para el Aborto Seguro]“continuó proporcionando subvenciones para proyectos que promocionan el aborto seguro y previenen el aborto inseguro“ (11); que en el año 2015 el aborto fue una de las áreas estratégicas subvencionadas, otorgando 12.471.00 dólares a miembros y socios de la organización (p. 34)[1].

Ya que es tan enfática “limpiadora” de la IPPF, ¿la señora Bossio desconoce que esta organización británica administra desde hace años el programa denominado Global Safe Abortion Fund, que es en esencia “una reserva de recursos destinados a permitir la implementación de programas e iniciativas para incrementar el acceso a servicios generales de abortos seguros […]”?[2]. ¿Ignora u oculta que una de sus finalidades es “apoyar los trabajos que ayudan a mejorar el acceso a servicios de aborto seguro en países pobres?”[3].

La pregunta es: ¿POR QUÉ MIENTE LA “CATÓLICA” POR EL DERECHO A DECIDIR? ¿O es ignorante de todo esto? Si lo ignora o desconoce, ¿por qué habla con tanta firmeza? ¿O le han dado un libreto para que lo repita?

En segundo lugar, la “limpiadora” de IPPF reconoce que ésta última les ha proporcionado fondos, pero tratando de minimizarlos, como si fueran solamente para hacer cursos y actividades “académicas”, etc. etc. Pero como la verdad se abre paso siempre, no puede dejar de reconocer que una institución británica que se dedica a promover el imperialismo internacional del aborto las subvenciona, ¿pero solamente para actividades “académicas”? Lo que no dice esta “católica” es que en el período 2010-2016 la IPPF le ha “regalado” a CDD la suma de u$s 1.018.273 (un millón dieciocho mil doscientos setenta y tres dólares USA)[4].

Podemos preguntarnos: ¿qué tan argentina puede ser una supuesta ONG que es subsidiada y subvencionada por una supuesta ONG británica, que tiene como objetivo hacer implantar la pena de muerte para bebés en el seno materno? ¿”Católicas por el Derecho a Decidir” no cumple el mismo triste papel de los cipayos en la India, trabajando para el Imperio Británico, a través de una supuesta ONG que, en realidad, es una organización para-gubernamental, ya que el 60-65% de su presupuesto anual se nutre de aportes gubernamentales? ¿No es contradictorio que haya argentinas y argentinos que promuevan políticas y objetivos de instituciones extranjeras? ¿Tienen derecho a participar en debates legislativos que hacen a la vida de la Nación, cuando en realidad cobran de instituciones imperialistas y de gobiernos imperialistas, a través de la IPPF, claramente para impulsar políticas que le interesan a esos países?

¿No saben estas “católicas” cordobesas que la IPPF recibe subsidios de, entre otros países, Australia, República Popular China, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Japón, Corea del Sur, Holanda, Noruega, Pakistán, Suecia, Nueva Zelanda, Suiza y el Reino Unido? ¿Desconocen o no se dan cuenta que se trata de un dispositivo al servicio de la promoción del aborto a escala mundial?

En tercer lugar, la “limpiadora” del buen nombre” de IPPF parece que tampoco sabe (¿o encubre y oculta?) que la IPPF no sólo promueve el aborto a escala mundial, sino que además lleva a cabo también el comercio de restos fetales humanos? No sabe u oculta que IPPF no sólo promueve el asesinato de bebés en el seno materno, sino que después de asesinarlos comercializa sus restos, trozándolos y vendiéndolos, tal como ha salido a la luz en Estados Unidos, aunque esta última actividad “comercial” está prohibida por las leyes estadounidenses.

A modo de prueba, se pueden ver los videos en la plataforma de Youtube, para quien quiera conocer bien de cerca las actividades caritativas de las oligarcas del país del Norte:

ü  https://www.youtube.com/watch?v=1hKhQynKI4M (Planned Parenthood, venta de órganos fetales);

ü  https://www.youtube.com/watch?v=ht37Y0GVkzw (Planned Parenthood, venta de órganos fetales, video 5);

ü  https://www.youtube.com/watch?v=3X_O5958-7w (Planned Parenthood, venta de órganos fetales, video 7);

ü  https://www.youtube.com/watch?v=CYGkdtHeU14 (Planned Parenthood, venta de órganos fetales, video 10);

ü  https://www.youtube.com/watch?v=Yn34Td1pHx8 (Planned Parenthood, venta de órganos fetales, video 11).

 

Si para la señora Bossio esto forma parte de la “seriedad” y “buen nombre” de la IPPF, haría bien en explicar qué parte de su “catolicismo” es compatible con la carnicería y comercio de restos fetales humanos.

En cuarto lugar, la “limpiadora” ha pretendido hacer creer al Parlamento argentino, y nos quiere hacer creer, que la IPPF vive humildemente de “muchos donantes anónimos” y “apoya la salud y el derecho de las mujeres”. Evidentemente, esta señora o sufre de esquizofrenia o actúa de muy mala fe, porque si algo caracteriza a esta internacional imperialista del aborto es que informa en detalle los supuestos donantes anónimos, además de los gobiernos nacionales de países desarrollados, e incluso de la China “comunista”.

En el año 2016, sobre un total de u$s 50.604.000 (50 millones 604 mil dólares) aportados por organismos multilaterales y otras instituciones, u$s 18.889.582 (18 millones 889 mil 582 dólares) fueron de aportantes anónimos, es decir el 27,42%.

Las instituciones “humildes” y de “escasos recursos” que aportaron el 72,58% restante fueron, entre otras, Bill & Melinda Gates Foundation, William & Flora Hewlett Foundation, David & Lucille Packard Foundation, la Comisión Europea, la Fundación Ford, John and Katherine T. MacArthur Foundation, John Hopkins University, Open Society Foundations (George Soros), Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, Organización Mundial de la Salud, etc[5].

En síntesis: estamos en presencia de “católicas argentinas” que reciben subsidios y subvenciones de una institución británica imperialista, promotora de políticas culturales como instrumentos de dominación cultural y ejecutora de acciones que aplican la pena de muerte sobre los seres humanos más inocentes e indefensos de todos. No sólo trabajan al servicio de esos objetivos imperialistas británicos, cobran por ello y pretenden hacer creer que eso es “progreso democrático”.

En sus comienzos, el Imperio Británico utilizaba sus propios ejércitos para llevar a cabo sus conquistas territoriales. Posteriormente, como en el caso de la India, utilizó ejércitos nativos (cipayos) para someter a los habitantes de un país. En países como Argentina, se ocupó de promover dirigentes políticos nativos para que mantuvieran el estatus de colonia británica de los países ocupados “pacíficamente”. Ahora, promueven organizaciones “no gubernamentales” como la que nos ocupa para ejecutar la estrategia de la dominación cultural, más efectiva, más disimulada y menos sangrienta que la dominación militar.

Pero por más cultural y educada que pretenda ser, siempre se termina derramando sangre inocente. En este caso, la de los niños en el seno materno, antes que nazcan. Les guste o no a las “católicas progresistas”, son claras protagonistas de las nuevas Invasiones Inglesas, versión siglo XXI, tan protagonistas como la oligarquía “argentina” en los siglos XIX y XX.

[1] Código Civil y Comercial de la Nación, Libro Primero “Persona humana”, Capítulo 1 “Comienzo de la existencia”, artículo 19.

[2] Parte 1, Capítulo 1, Art.1 inc. 2; Art. 3; Art. 4, inc. 1 (Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente), inc. 3 (no se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido), inc. 5 (No se impondrá la pena de muerte a las personas que, en el momento de la comisión del delito, tuvieren menos de dieciocho años de edad o más de setenta, ni se le aplicará a las mujeres en estado de gravidez).

[3] Todas estas citas están tomadas de las respectivas páginas de la Financial Statements 2016, publicada por IPPF en mayo de 2017, con domicilio en 4 Newhams Row, London London SE1 3UZ, United Kingdom.

[4] Folleto titulado Global Safe Abortion Fund, “What is the Global Safe Abortion Fund”, p. 1.

[5] Ibidem, p. 3.

[6] En el mismo lapso, la IPPF le ha “regalado” a otra institución “argentina”, FUSA, la suma de u$s 3.112.260

[7] IPPF, Financial Statements 2016, p. 33.

 

LOS TROTSKOS DE WALL STREET, ROCKEFELLER Y KISSINGER

En varios anteriores artículos hemos mostrado y demostrado que la matriz política de la que ha surgido la política de control de la natalidad a escala planetaria hunde sus raíces en el proyecto concebido, diseñado y ejecutado por la familia Rockefeller, y en especial por uno de sus miembros -John Davison Rockefeller III- en nombre de la plutocracia financiera que no sólo ha llevado a cabo desde hace cinco décadas la brutal concentración de la riqueza que hoy está institucionalizada de hecho en el mundo (0,7% de los adultos del mundo -56 millones de personas- tienen en sus manos el 46% de la riqueza mundial -126 billones de dólares), sino que ha impuesto en la mayor parte del mundo el envejecimiento poblacional, tal como lo viene informando en las dos últimas décadas la División de Población de Naciones Unidas y el Population Reference Bureau, promoviendo e imponiendo políticas y prácticas anticonceptivas y antinatalistas, para evitar que los nuevos miembros de la comunidad mundial que vienen a la existencia pongan en peligro la concentración de la riqueza que han llevado a cabo.

En otras palabras: concentración de la riqueza y control del crecimiento poblacional, ambos a escala global, han tenido los mismos artífices y ejecutores, que han actuado en nombre y a cuenta de la ultraminoritaria oligarquía financiera internacional (no sólo dueña de las finanzas, sino también y por ello mismo dueña de las grandes multinacionales productivas, comerciales y de servicios que manejan hoy el mundo). El clan Rockefeller ha sido la dinastía que ha impulsado ambos proyectos.

Romina del Pla–Miriam Bergman–Vilma Ripoll

  1. Documentos fundamentales y básicos que han diagramado y planificado el control de la natalidad a escala global:                                                                                                                                                        a) Declaración sobre Población (1966), redactado por John Davison Rockefeller III y firmado por 30 líderes mundiales, que afirma que “el crecimiento poblacional no planificado pone en peligro la paz mundial”, convirtiendo el interés corporativo privado del clan de Ohio en problema de Estado, postulando dogmáticamente -como creencia- el supuesto derecho básico de todo individuo y pareja de determinar la cantidad de hijos que desea tener y el espaciamiento entre ellos: “Creemos que la gran mayoría de los padres desean tener el conocimiento y los medios para planificar sus familias; que la oportunidad para decidir el número y el espaciamiento de los hijos es un derecho humano básico”[1];                                                                          b) Población y el futuro estadounidense (1972), informe elaborado por una Comisión presidida por JDR III, a pedido en 1970 del entonces presidente Richard Nixon, manual que desarrolla al detalle y en forma exhaustiva los conceptos y tácticas para instituir el control de la natalidad en Estados Unidos. En este texto, en especial en su capítulo 11, titulado “Reproducción Humana”, se encuentran los argumentos y conceptualizaciones presentes en todos los proyectos de ley sobre despenalización de aborto, desde el ya mencionado “derecho básico de los padres” respecto a los hijos, y también el “principio ético” inventado por JDR III que “sólo deben ser traídos al mundo los hijos deseados”, que “la mujer tiene derecho a disponer de su cuerpo y de su libertad” como mejor le plazca y parezca; que la penalización del aborto “obstaculiza el ejercicio de la libertad de la mujer” y que “viola la justicia social”, porque “las mujeres ricas pueden abortar en condiciones seguras, pero las mujeres pobres ‘tienen’ que recurrir a prácticas clandestinas e inseguras; que “el aborto es el derecho que tiene la mujer para determinar su fertilidad”; que “el aborto es un elemento en el sistema general de cuidado de la salud materna e infantil”, no un crimen en el que se asesinan bebés por nacer, etc. En síntesis: que “las mujeres deben ser libres para determinar su propia fertilidad, que el tema del aborto debe dejarse a la conciencia del individuo involucrado, en consulta con su médico, y que los Estados deben ser animados a sancionar estatutos positivos que promuevan un ámbito claro y positivo para la práctica del aborto a petición[2].

En este esquema, es fundamental negarle al bebé en el vientre materno el carácter de persona, para cosificarlo y permitir así su eliminación, como un ejercicio de libertad de la mujer, para que tome las decisiones que quiera. En este sentido, para poder imponer el aborto como “derecho” y como práctica “sanitaria” John Davison Rockefeller III propone cuestionar al feto como persona, buscando “determinar cuándo termina su vida potencial y cuándo comienza realmente esa vida” (sic). Sólo es posible imponer el derecho a matar al hijo si se lo despoja de humanidad y personalidad, “transformándolo” nominalmente en una cosa, en una vida, en un conjunto de células.

Esto es lo que se ha hecho permanentemente y es lo que se pone en evidencia hoy con este simulacro de debate despenalizador del aborto. Si se leen con atención los proyectos de ley presentados, y se analizan en detalle las declaraciones de los distintos partidarios pro-aborto, se advierte que no dicen una sola palabra de los miles de niños que son matados. Es más, hablan de las 3.000 muertes maternas por aborto que ha habido en nuestro país desde 1983, pero no dicen una sola palabra de los 6.800.000 niños que habrían sido matados antes de nacer en ese mismo lapso. Es que siguiendo el razonamiento oligarca y homicida de JDR III, esos muertos no serían personas, sino cosas.

Así piensan los multimillonarios oligarcas angloamericanos, y así piensan sus “hijitos” de izquierda y derecha. Si aceptaran que los bebés en el vientre materno son personas, tal como define el artículo 19 del Código Civil y Comercial unificado (“la existencia de la persona humana comienza desde el momento de la concepción”), no tendrían manera de justificar la imposición de la persona de muerte sobre ellos.

Por eso, antes de matarlo realmente, antes matan al bebé conceptual y jurídicamente.

               c) Memorando Estudio de Seguridad Nacional 200. Implicancias del crecimiento poblacional mundial para la seguridad de Estados Unidos y sus intereses de ultramar (1974), elaborado por Henry Kissinger en su rol de Consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, constituye la aplicación a escala planetaria del informe antes mencionado, haciendo énfasis en que a menos hijos mayor crecimiento económico, y reiterando la “necesidad” de resaltar constantemente el “derecho básico” paterno de controlar el crecimiento poblacional, y de llevar a cabo este proceso “con agentes nativos”, para disimular el carácter imperialista y pro-estadounidense del tema; que se “debe dar prioridad a programas de desarrollo y estrategias de salud y educación que tienen un efecto decisivo en la fertilidad”; que ningún plan de control de la natalidad tiene éxito si no se legaliza el aborto; etc.

David Rockefeller                      Fidel Castro                            John Davison Rockefeller III

  1. Naciones Unidas asume el control del crecimiento poblacional como tema fundamental de su política oficial a nivel mundial. A partir del paso inicial de fundamentación del control de la natalidad y su imposición oficial como problema de Estado y como política oficial de Estados Unidos para promover el imperialismo demográfico, se pasó al mismo tiempo a la introducción del ideario antinatalista en las Naciones Unidas, para ser asumido como guía primordial de la política oficial del organismo, y así ser volcado en informes, congresos, conferencias internacionales, convenciones, tratados, etc.                                                                          a) Proclamación de Teherán (1968), en la que se incorpora como principio demográfico del accionar de Naciones Unidos el dogma del “derecho básico paterno a decidir la cantidad de hijos a tener” (n. 16), en el marco de la Conferencia Internacional sobre Derechos Humanos;                                                                                 b) Plan de Acción para la Población Mundial (Bucarest, 1974), cuya finalidad es ayudar a coordinar las tendencias poblacionales mundiales con las tendencias del desarrollo económico y social, para lograr una transformación socio-económica que permita el crecimiento económico de los países en desarrollo. En este contexto, se establece como uno de los principios básicos del Plan de Acción el dogma del “derecho básico paterno” a controlar la natalidad: “todas las parejas e individuos tienen el derecho básico de decidir libre y responsablemente la cantidad y el espaciamiento de sus hijos”[1]. Rockefeller puro al 100%.                                                c) Plan de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (El Cairo, 1995), donde se institucionaliza oficialmente la “existencia” de los Derechos Sexuales y Reproductivos, fundados y basados en el dogma rockefelleriano del “derecho básico paterno” varios veces mencionado: “[…] los derechos reproductivos abarcan ciertos derechos humanos que ya están reconocidos en las leyes nacionales, en los documentos internacionales sobre derechos humanos y en otros documentos pertinentes de las Naciones Unidas aprobados por consenso. Esos derechos se basan en el reconocimiento del derecho básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos y el intervalo entre éstos y a disponer de la información y de los medios para ello y el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva”[2].

En síntesis: la Organización de las Naciones Unidas inventó los “derechos sexuales y reproductivos” sobre los dogmas y objetivos del clan Rockefeller. Así, ha dejado de ser un organismo internacional de reunión de las naciones del mundo para convertirse en un dispositivo supra-nacional al servicio de la oligarquía financiera mundial representada por el clan Rockefeller y de su proyecto criminal de eliminación sistemática de las personas por nacer.  

  1. Fundaciones privadas y ONGs para difundir e implementar el holocausto demográfico planetario diseñado por los Rockefeller, Kissinger, Soros

Una vez oficializada a nivel planetario la doctrina y proyecto antinatalista de los ricos del mundo, como política de Estado y como política oficial de Naciones Unidas, el Poder financiero internacional ha difundido y divulgado su proyecto a través de distintas Fundaciones privadas y “ONGs” paragubernamentales, para introducir en todos los países, al nivel de la sociedad civil, la idea del control del crecimiento poblacional disfrazada con eslóganes y formulaciones progresistas y pretendidamente revolucionarias. Hewlett Population Council, Ford Foundation, International Planned Parenthood Federation [Federación Internacional de Paternidad Planificada], Open Society Institutes [de George Soros], Rockeller Foundation, Rockefeller Brothers Fund, Human Rights Watch, William & Flora Hewlett Foundation, International Women Health Coalition [Coalición Internacional para la Salud de las Mujeres], son algunas de las instituciones que el Poder financiero ha creado para llevar a cabo acciones de divulgación y promoción del proyecto del control de la natalidad a escala planetaria, en una verdadera acción imperialista: son organizaciones creadas y asentadas en los países desarrollados, que vuelcan anualmente fondos millonarios a “ONGs” nativas de los países en desarrollo que se nutren en gran parte o en su totalidad de esos fondos, para divulgar y difundir en el idioma nativo de los respectivos países el ideario y el proyecto antinatalistas elaborados por John Davison Rockefeller III en 1972 y Henry Kissinger en 1974. En el caso específico de nuestro país, han transmitido y transmiten en nuestro idioma hispano-criollo ese mensaje trotskista, progresista, social-demócrata, etc.

Son los zurdos y trotskos de Wall Street, Rockefeller y Kissinger, con el discurso oligarca y criminal de los dueños de las finanzas internacionales y del mundo, con la imagen de Marx, Trotsky, el Che Guevara y Hugo Chávez.

  1. De la revolución permanente y el anticapitalismo de Trotsky a los dólares del Imperialismo capitalista

Es evidente que en el plano del discurso existe este matrimonio trosko-ultracapitalista al que hicimos referencia, aunque haya un desacuerdo “ideológico” de fondo, entre “capitalismo” y “revolucionarismo de consignas”.

Pero existe un elemento que “bendice” este matrimonio aparentemente antagónico: los dólares del Imperialismo yanqui y las libras esterlinas del Imperio británico. Es que nuestros troskos son zurdos, pero no son estúpidos: cobran suculentas sumas para disimular la traición ideológico-doctrinal que practican, ya no combaten a los capitalistas, combaten a los niños por nacer.

Son los propios informes de las Organizaciones para-gubernamentales involucradas en el tema las que prueban que entre los dueños de las finanzas internacionales y el progresismo socialdemócrata y trosko-abortista existe esta comunión de fondos, canalizados a través de las organizaciones mencionadas líneas arriba.

  1. A) International Planned Parenthood Federation [Federación Internacional de Paternidad Planificada]: creada en 1952 en Londres, junto con el Population Council [Consejo de Población] de la familia Rockefeller, fue pionera en impulsar a nivel mundial políticas y proyectos a favor del control de la natalidad en todas sus ramificaciones (mutilación genital del varón y de la mujer, la anticoncepción y el aborto).

El lema oficial de la Federación es “Delivering sexual and reproductive healthcare services around the world, fighting for sexual rights” [Ofrecer servicios de salud sexual y reproductiva en todo el mundo, luchando por los derechos sexuales]. Imperialismo sexual-demográfico explícito.

A lo largo de los años se ha constituido en la red abortista más grande del mundo, organizada a través de su oficina central en Londres y seis oficinas regionales: África, Mundo Árabe, Este y Sudeste de Asia-Oceanía, Red Europea, Asia del Sur y Hemisferio Occidental.

Está presente en 170 países, con un número similar de entidades locales asociadas.

En el año 2016, el 60% de su presupuesto -u$s 78.749.000 sobre un total de u$s 130.391.000- lo aportaron en su gran mayoría los gobiernos nacionales de Australia, República Popular China, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Japón, Corea del Sur, Holanda, Noruega, Pakistán, Suecia, Nueva Zelanda, Suiza, Reino Unido.

Entre sus aportantes privados se cuentan the Bill and Melinda Gates Foundation, the Compton Foundation, the David and Lucile Packard Foundation, the Ford Foundation, the John D. & Catherine T. MacArthur Foundation, the Open Society Institute, the Rockefeller Foundation, John Hopkins University, the William and Flora Hewlett Foundation.

La presencia triádica de los Rockefeller con sus fundaciones, la Ford Foundation y la Open Society de George Soros es una constante en la mayoría de estas Fundaciones para-gubernamentales que impulsan el Imperialismo Internacional del Holocausto Demográfico.

En la Argentina, la IPPF está presente en forma indirecta a través de dos “ONGs”, promoviendo la legalización del aborto. Una de ellas es FUSA (Fundación para la Salud del Adolescente), que recibió subsidios de la IPPF, entre los años 2012-2016, por un total de u$s 2.117.825 (dos millones ciento diecisiete mil ochocientos veinticinco dólares).

La otra entidad es Católicas por el Derecho a Decidir (de Córdoba), que entre los años 2013-2016 recibió subsidios por un total de u$s 694.320 (seiscientos noventa y cuatro mil trescientos veinte dólares).

Este es el detalle de los subsidios que ambas instituciones recibieron de la IPPF en los últimos años:

FUSA                                                                  Católicas por el Derecho a Decidir

Dólares

2010:               176.003                                                                      2010:                 60.000

2011:               748.981                                                                      2011:               200.000

2012:               442.650                                                                      2012:                           0,00

2013:               942.797                                                                      2013:               453.000

2014:               451.718                                                                      2014:               244.320

2015:               182.111                                                                      2015:                 50.953

2016:               168.000                                                                      2016:                          0,00

TOTAL: u$s 3.112.260                                                                                 u$s 1.018.273

 

Todo esto demuestra que las dos entidades que más han “trabajado” en la promoción e imposición de la pena de muerte para los niños por nacer, impulsoras entre otras, de la “Campaña por el Aborto legal, seguro y gratuito”, han contado con millones de dólares para llevar a su cabo su militancia, aportados por los dueños de las finanzas mundiales, a través de las fundaciones y “ongs” propias.

Lo original y novedoso de esta campaña pro-aborto es que la misma es llevada a cabo por organizaciones y personalidades políticas que se supone están en las antípodas del capitalismo pro-abortista, en especial en la corriente política que reivindica la figura de León Trotsky: Vilma Ripoll, Romina del Pla, Myriam Bergman, Néstor Pitrola, Marcelo Ramal, etc.).

 

  1. B) Este maridaje trotsko-capitalista, bendecido por el Imperialismo Internacional del Dinero, no es un invento nuestro. Gracias a Dios, “nuestras trotskistas” autóctonas han recibido el reconocimiento de otra organización internacional estadounidense al servicio del imperialismo abortista: la International Women Health Coalition [Coalición Internacional para la Salud de las Mujeres], presidida actualmente por Françoise Girard (de la Open Society Foundations de George Soros), y que cuenta entre sus miembros directores con Jessie Clyde (IPPF), Marnie S. Pillsbury (Rockefeller y CFR), Helena Choi (Open Society Foundations), etc.

Este reconocimiento de la oligarquía abortista yanqui se puede encontrar en la página 4 del Informe Anual 2016 de la IWHC.

 

León Trotsky postulaba el principio de “la revolución permanente” socialista contra el capitalismo imperialista moderno. Sus discípulos “criollos” postulan “la recaudación permanente” de dólares y libras emitidos por el imperialismo internacional del dinero.

En definitiva, estos trotskistas a la Rockefeller forman parte del “ejército cipayo” de las finanzas internacionales, al servicio de sus políticas antinatalistas y genocidas, en la que mueren anualmente en el mundo 45 millones de seres humanos antes de nacer. Han hecho una síntesis magistral de Marx, Troski, Henry Kissinger y el clan Rockefeller, para matar niños antes de que nazcan.

Los trotskistas de antaño derramaban su propia sangre luchando contra el capitalismo. Los trotskistas de ahora derraman la sangre de los seres más inocentes e indefensos de todos, pero cotizándose en dólares.

“Rockefeller and Kissinger pay our Socialist Revolution”, dicen nuestras revolucionarias trotskistas, con la sangre derramada por millones de inocentes antes de nacer.

[1] Ver  https://josequarracino.wordpress.com/2013/02/20/declaracion-sobre-poblacion-por-parte-de-lideres-mundiales-documento-fundacional-del-holocausto-demografico-planetario/

[2] Rockefeller Commission Report, Population and the American Future, New York 1972, Chapter 11. Ver en: http://www.population-security.org/rockefeller/001_population_growth_and_the_american_future.htm. La última cita es repetida literalmente por todas las feministas que promueven el aborto como derecho legal, seguro y gratuito. Toman como modelo de mujer y del ejercicio de su libertad el esquema del macho Rockefeller.

[3] Conferencia de Naciones Unidas sobre la Población Mundial, Plan de Acción para la Población Mundial, Bucarest 1974, B. “Principios y Objetivos del Plan”, n. 14 f.

[4] Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, Programa de Acción, Capítulo VII, n. A, El Cairo 1994.

 

¿ROCKEFELLER SENTADO EN LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO?

Carta Abierta a MONSEÑOR MARCELO SÁNCHEZ SORONDO

 

 

Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo

Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias

Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales

 

vaticano-roma

Estimado monseñor:

Gracias a las enseñanzas e influencia de monseñor Michel Schooyans, desde el año 1997 me he estado ocupando de la defensa de la vida humana, sobre todo a partir del momento de la concepción. En particular, me he dedicado a desentrañar el contexto y el trasfondo político que hay detrás de las campañas sistemáticas y constantes contra la creación divina, y en especial contra los seres humanos que vienen al mundo y son condenados a morir sin poder llegar a ver la luz nunca jamás.

A lo largo de mi militancia política he trabajado en particular sobre esta temática, tan cara a la vida de los pueblos. Es por eso que me permito dirigirle estas líneas, porque he visto con gran asombro, estupor e indignación, que las Pontificias Academias de las que usted es Canciller han organizado para los días 27 de febrero-1 de marzo del corriente año un “Taller” sobre la Extinción Biológica, y que entre los expositores se cuenta uno en particular que es un paradigmático representante de los enemigos de la raza humana, en nombre del dios dinero que tanto condena el papa Francisco.

Es digno y encomiable que ambos institutos lleven a cabo una actividad sobre este tema que le compete a la Iglesia en su labor misionera, en cuanto uno de sus compromisos primordiales es el de hacerse cargo y custodiar la creación divina, junto con su misión fundamental de anunciar el Evangelio.

También es digno y encomiable que se lleve a cabo esta actividad, con el rigor y la seriedad científicos que suele ser habitual en ambas Academias, dado el excelente nivel intelectual y humano de sus miembros, que honran la labor tan importante y delicada que el Santo Padre san Juan Pablo II definió como “pastoral de la inteligencia”.

bongaarts-john2En este contexto, lo que asombra e indigna es que haya sido invitado como expositor el señor John Bongaarts, vice-presidente el Population Council, entidad fundada en el año 1952 por John Davison Rockefeller III, con el objetivo de desarrollar planes y programas a nivel mundial para llevar a cabo el control del crecimiento poblacional o el control de la natalidad.

Usted, monseñor, no puede ignorar que este señor está trabajando desde el año 1973 en la institución mencionada, ocupándose del impulso demográfico, de los determinantes de la fertilidad, del impacto de los programas de planificación familiar, las relaciones entre población y medio ambiente, etc. Usted no puede ignorar que los intereses de este señor están orientados fundamentalmente hacia el problema de la fertilidad y del impulso demográfico, para controlarlos y reducir el crecimiento poblacional global. Usted no puede ignorar que para “compensar el impulso de la población”, el señor Bongaarts recomienda “dar pasos para incrementar la edad en la que las mujeres tengan su primer hijo, mediante la inversión en educación para las niñas adolescentes”.

sanchez-sorondo-marceloUsted, monseñor, no puede ignorar estos datos, porque están presentes en la página oficial del Population Council: http://www.popcouncil.org/research/expert/john-bongaarts. Tampoco puede ignorar que hace poco tiempo, el 24 de febrero de 2016, el señor Bongaarts ha declarado con toda liviandad que el crecimiento demográfico es perjudicial para la humanidad, ya que “el potencial agregado de 4 mil millones de personas [hacia el año 2100] en las regiones más pobres del planeta es un obstáculo al desarrollo y dificulta que podamos ser optimista sobre su futuro. El rápido crecimiento poblacional, con su correspondiente consumo y derroche, tiene efectos adversos generalizados en las sociedades y en los ecosistemas mundiales. Muchos países estarían mejor con un crecimiento poblacional más bajo y con índices de nacimiento menores”. Para este “simpático” personaje, las economías de los “tigres asiáticos”, incluyendo a Corea del Sur y Taiwan, “en recientes décadas han visto rápidos incrementos per capita cuando declinaron los índices de natalidad” (http://www.popcouncil.org/news/development-slow-down-population-growth y en http://www.nature.com/news/development-slow-down-population-growth-1.19415).

Como puede apreciar, estimado monseñor, este señor sostiene que para dejar de ser pobres, los pueblos deben dejar de tener hijos. Al nivel en que se mueve, este “intelectual” no puede ignorar los informes del Credit Suisse y de la ong Oxfam, que muestran que desde el año 2000 en adelante, la concentración de la riqueza a nivel global ha sido tan violenta y brutal, que ha llegado a un nivel en el que 8 personas en el mundo tienen la misma cantidad de riqueza que las 3.500 millones de personas más pobres; que desde el 2015 el 1% más rico de la población mundial obtuvo más riqueza que el resto del planeta; que entre los años 1988 y 2011 los ingresos del 10% más pobre de la población mundial aumentó menos de 3 dólares por año, mientras que los ingresos del 1% más rico del planeta aumentaron 182 veces (OXFAM BRIEFING PAPER – SUMMARY JANUARY 2017, “An Economy for the 99%”, p. 2 y Credit Suisse, Global Wealth Databook 2016). En otras palabras: si hay pobreza y miseria generalizadas en el mundo, no es porque los pobres tengan hijos, sino porque un grupo minúsculo de personas (del que el señor Bongaarts forma parte) concentran para sí toda la riqueza.

Con este razonamiento del que hace gala, el señor Bongaarts muestra tener una mentalidad troglodita, reaccionaria en grado sumo. Afirmar que la pobreza en el mundo está causada por los hijos que tienen los pueblos es de un cinismo brutal. En el fondo, este personaje es simplemente un vocero del poder financiero anglosajón, parasitario, especulativo y depredador, cobra por ello. Lo que no se puede admitir es que un personaje de esta calaña acceda a ocupar un sitial en un encuentro o jornada organizada por la Santa Sede y que se le dé reconocimiento académico. Que alguien de esta calaña acceda a este privilegio es como pisotear la tumba de San Pedro y de tantos mártires y santos que han dado su vida por el Evangelio de Jesucristo y están enterrados en el Vaticano.

Es incomprensible e inadmisible que este vocero servil del imperialismo internacional del dinero dé cátedra sobre población ante las tumbas de Pablo VI y san Juan Pablo II, que tanto bregaron en contra de la mentalidad de personajes como el que nos ocupa. Sin temor a equivocarme, y con todo respeto, monseñor, me atrevo a asegurarle que darle lugar académico en el Vaticano al señor Bongaarts es insultar la memoria de tan magnos pontífices, y en el fondo, es denigrar el Evangelio que profesamos.

 

Pero el problema no es la personalidad individual del invitado, sino la organización que representa y de la cual es vocero y miembro activo desde hace décadas. Usted, monseñor, no puede ignorar que el Population Council, fundado en 1952 por John Davison Rockefeller III, es una de las instituciones pioneras en diseñar y llevar a cabo lo que san Juan Pablo II definió como el “holocausto demográfico planetario”, es decir, el asesinato anual a lo largo del mundo de millones de seres humanos en el vientre materno.

¿Acaso ignora usted, monseñor, que el “señor” Rockefeller III definió en 1966 al crecimiento poblacional no controlado como el “elemento” que ponía en peligro la paz mundial, y que a partir de entonces convirtió su proyecto corporativo privado de controlar la natalidad a nivel global en un problema de Estado, al asociar a 30 dirigentes políticos de varios países del mundo, entre ellos al mariscal Josef Broz (Tito), de Yugoslavia?

¿Acaso ignora usted que en el año 1969 este mismo personaje convirtió su proyecto corporativo privado antinatalista en problema que debía abordar la misma Organización de las Naciones Unidas?

¿Ignora usted que John Davison Rockefeller III definió como “derecho humano básico” la “decisión de cada individuo y de cada pareja respecto a la cantidad de hijos y el espaciamiento entre ellos”, desplazando el derecho a la vida como derecho humano básico?

¿No sabe usted que el 19 de julio de 1969 el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, dirigió al Congreso de los Estados Unidos un Mensaje especial sobre problemas del crecimiento poblacional, en el que sostenía que el crecimiento es uno de los temas más importantes que enfrentaba Estados Unidos, y que «sólo puede ser resuelto si hay un gran pacto de planificación anticipada»?

¿No sabe usted que en este Mensaje el sr. Richard Nixon decía que el excesivo crecimiento poblacional en los países en desarrollo perjudicaba el desarrollo económico y empeoraba la calidad de vida? Como podrá usted apreciar o evaluar, para el autor del «Watergate» la pobreza no radica en la injusticia social, sino en la cantidad de personas que habitan en el mundo «subdesarrollado». Según él, la pobreza y la ignorancia dificultaban a las familias pobres disminuir el número de hijos.

¿No sabe usted que el sr. Nixon afirmó en ese entonces que había pedido al Secretario de Estado y al Administrador de la Agencia para el Desarrollo Internacional «dar a la planificación poblacional y familiar suprema prioridad», porque «los elevados índices de crecimiento poblacional “deteriora los derechos individuales, perturba las metas nacionales y amenaza la estabilidad internacional”»? En otras palabras: asumiendo la ideología antinatalista de John Davison Rockefeller III, el señor Nixon afirmaba que el crecimiento poblacional de los pobres es una amenaza para la paz mundial. Pero la solución propuesta no era combatir la pobreza, sino eliminar niños pobres.

¿No sabe usted que en esa oportunidad el «ético» presidente norteamericano se preguntaba de qué modo se podía ayudar a las familias americanas «a no tener más hijos que los que desean»? ¿No sabe usted que «don Ricky» sostenía en ese entonces que «el parto no querido o inoportuno es uno de los motivos que están llevando a muchas familias a la pobreza o a mantenerlos en esa condición»? De nuevo habla el mensaje troglodita pre-cavernícola: los hijos causan y mantienen la pobreza de los padres, no los salarios miserables que los ultramillonarios “pagan” a los que trabajan.

Ya se imaginará usted cuál es la solución que proponía don Nixon: la creación de una Comisión sobre crecimiento poblacional y el futuro americano, la que entre sus objetivos debía determinar los recursos en el sector público de la economía que se requerirían para tratar el crecimiento anticipado de la población. De nuevo la vieja película de las oligarquías: recursos del Estado al servicio de sus objetivos estratégicos y geopolíticos.

De regalo, otro sofisma más del responsable del caso Watergate: «mi punto de vista es que a ninguna mujer americana se le debe negar acceso a los servicios de planificación familiar a causa de su situación económica». Es decir, servicios de planificación familiar gratuitos para los pobres, de acuerdo con la voluntad del presidente norteamericano. Como podrá usted apreciar, el entonces presidente estadounidense impulsaba el proyecto genocida del clan Rockefeller, el verdadero poder que gobernaba y gobierna en Estados Unidos.

¿Ignora usted, monseñor, que el 16 de marzo de 1970 el presidente Nixon firmó la ley que instituía la creación de una Comisión sobre crecimiento poblacional y el futuro estadounidense, aprobada por ambas Cámaras del Congreso americano, con lo cual el objetivo estratégico del clan Rockefeller de controlar el crecimiento de la población mundial se convirtió en política de Estado del gobierno estadounidense? ¿Ignora usted que fue puesto al frente de esta Comisión el ya mencionado John Davidson Rockefeller III, como presidente de la misma, al ser «la persona más íntima y ampliamente identificada con este problema», según palabras del mismo Nixon?

Maravilla la perversidad de esta astucia con rasgos diabólicos: una corporación privada traslada al Estado su problema, el cual se convierte en problema de Estado, y además el dueño de la corporación es puesto al frente del organismo estatal que se ocupará del problema. Este fervoroso plutócrata tan preocupado por el crecimiento poblacional de los pobres propondrá a través de la mencionada Comisión, entre otras cosas, convertir el crecimiento poblacional en un problema educativo, educación sexual disponible para todos, deslegitimar los matrimonios legales, que los Estados eliminen las restricciones e inhibiciones legales existentes que impiden el acceso a información, procedimientos y elementos anticonceptivos, legitimar y estatuir estos últimos, que los Estados adopten legislaciones positivas que permita a los menores recibir información y servicios contraceptivos y profilácticos en ámbitos apropiados sensibles a sus necesidades y preocupaciones, que se remuevan las restricciones legales existentes que impiden el acceso a la esterilización anticonceptiva voluntaria, que se liberen las restricciones legales al aborto para que éste último sea ejecutado a petición, que los gobiernos federales y locales proporcionen fondos para respaldar los servicios de aborto, QUE EL ABORTO SEA ESPECÍFICAMENTE INCLUIDO EN LOS BENEFICIOS GENERALES DE LOS SEGUROS DE SALUD, TANTO PÚBLICOS COMO PRIVADOS. En síntesis: aborto a petición (incluye el «embarazo no deseado»), financiado con fondos públicos y protegido por los Seguros sociales.

¿Ignora usted que “cumpliendo” estas directivas del presidente estadounidense, el señor John Davison Rockefeller III afirmó en 1972 que como principio ético que “sólo deben venir al mundo los hijos deseados o queridos”? ¿Qué el aborto –matar a un ser humano en el seno materno- no es un problema moral ni una cuestión judicial, sino simplemente una “cuestión sanitaria” que sólo compete a la mujer que desea abortar y a su médico”, desplazando al padre de la creatura gestada?

¿Ignora usted que fue este mismo señor quien en 1973 definió al aborto como “el derecho de cada mujer de determinar su propia fertilidad”?

¿Ignora usted, monseñor, que a pedido del presidente Nixon, el Consejo de Seguridad Nacional, el famoso Henry Kissinger, presentó el 24 de abril de 1974 el Memorando Estudio de Seguridad Nacional 200, sobre las «Implicancias del crecimiento poblacional mundial para la seguridad de Estados Unidos y sus intereses de ultramar». Este estudio estaba enfocado sobre las consecuencias internacionales políticas y económicas del crecimiento demográfico, por eso debía determinar, entre otras cosas, la probabilidad que este crecimiento produjera «políticas extranjeras perturbadoras e inestabilidad internacional». Como se puede apreciar, el crecimiento poblacional mundial constituye a partir de entonces UN PROBLEMA… DE SEGURIDAD NACIONAL ¡PARA LOS ESTADOS UNIDOS!

Para este servidor del poder plutocrático mundial, la reducción de las tasas de natalidad en los países en desarrollo «tendrán ventajas en el corto plazo, al disminuir la demanda de alimentación, salud, educación y otros servicios», para «incrementar la capacidad para contribuir a inversiones productivas, por lo tanto acelerando el desarrollo». Brutalmente dicho: menos gastos en salud, alimentación y educación para crecer económicamente, bajando la cantidad de nacimientos.

Llama la atención esta insistencia en la ecuación menos pobres = mayor desarrollo, pero en realidad esto le servía a sir Henry Kissinger para encubrir el problema que le preocupaba: al analizar los Efectos políticos de los factores de población, sostenía que las consecuencias políticas de estos factores «son dañinas para la estabilidad interna y las relaciones internacionales de países en cuyo progreso está interesado Estados Unidos», porque crean «problemas políticos e incluso de seguridad nacional para Estados Unidos», es decir, los pobres pueden convertirse en una fuerza volátil y violenta que amenace la estabilidad política.

¿Cuál es el argumento esencial que fundamenta y sostiene todo este razonamiento? Indicar y enfatizar el derecho de los individuos y parejas a determinar libre y responsablemente el número y espaciamiento de sus hijos. Es decir, el señor Kissinger invocó el derecho inventado por John D. Rockefeller III… para proteger la seguridad nacional de Estados Unidos y sus intereses en todo el mundo.

¿Ignora usted, monseñor, que el presidente Gerald Ford rubricó el 26 de noviembre de 1975 este informe del Dr. K., como Memorando Decisión de Seguridad Nacional 314, ratificando que «el liderazgo de los Estados Unidos es esencial para combatir el crecimiento poblacional […] y para promover la seguridad de los Estados Unidos y sus intereses de ultramar». Es claro y evidente entonces que ya en 1974 Estados Unidos declaró una guerra contra los pueblos pobres del mundo, para proteger su seguridad nacional y sus intereses de ultramar. Para librar esta guerra, el señor Ford formuló como estrategia básica de los Estados Unidos:

  1. «trabajar de cerca con otros, en vez de imponer su punto de vista», es decir, buscar cipayos que promuevan su proyecto de seguridad nacional;
  2. «enfatizar la relación entre una reducción del crecimiento poblacional y las ganancias económicas y sociales resultantes para las naciones más pobres», es decir, convencer que los culpables de la pobreza son los hijos;
  3. «reconocer la dignidad básica del individuo y su derecho para escoger libremente sus objetivos familiares y las alternativas de planificación familiar», es decir, establecer como axioma y dogma el principio formulado por John Rockefeller III que los padres son propietarios de la vida de los hijos, es decir, instituir la ley del más fuerte.

 

¿No sabe usted, monseñor, que toda esta ideología antinatalista y el control de la natalidad llevado a cabo a nivel global constituye la razón de ser del Population Council, como institución pionera responsable del holocausto demográfico llevado a cabo en las últimas décadas?

¿No sabe usted, monseñor, que se pretendió darle estatus oficial internacional a esta ideología antinatalista, a través de las Naciones Unidas, en las Conferencias sobre Población y Desarrollo (El Cairo 1994), sobre la Mujer (Pekín 1995) y Hábitat (Estambul 1996).

El Population Council, con su fundador John Davison Rockefeller III, ha sido una de las instituciones-madre de toda esta política criminal, propulsora del asesinato masivo de seres humanos en el vientre materno. El señor John Boongarts, empleado del Population Council ha sido uno de los principales funcionarios impulsores de esta política antinatalista global.

Contra este proyecto criminal se enfrentaron Pablo VI, san Juan Pablo II y Benedicto XVI. Con su actitud tolerante hacia esta organización criminal y hacia uno de sus más encumbrados voceros, usted le da estatus vaticano y eclesial a esta política homicida y criminal, que sólo pretende darle paz y seguridad a la oligarquía plutocrática internacional que se está robando el mundo en provecho propio.

Por un lado el papa Francisco condena al sistema económico actual impuesto en el mundo y que sólo siembra hambre y muerte para la mayor parte de la población mundial, y además llama a combatir sus efectos deshumanizadores. Pero por otro lado usted invita a los voceros de ese mismo poder económico inhumano a “dar cátedra” sobre los problemas que afronta la población mundial actual. Para ello usted convoca a uno de los principales responsables de la extinción masiva de seres humanos en las últimas décadas. Con todo respeto, monseñor, en el fondo esto resulta ser una actitud esquizofrénica de la Santa Sede: criticar por un lado las desigualdades e injusticias económicas, y por otro lado darle autoridad a los socios y responsables de esas desigualdades y del genocidio que las acompañan.

Estimado monseñor: para tratar las cuestiones referidas al narcotráfico y al consumo de estupefacientes, a usted no se le ocurrió invitar a los jefes del Cartel de Sinaloa para que dieran cátedra en el Vaticano. Pero para afrontar el problema de las amenazas a la vida natural y a la vida humana usted convoca a uno de los principales ideólogos de la política criminal implementada en las últimas décadas. ¿Cómo se entiende? Más que una pastoral de la misericordia, ¿no parece que estaríamos en presencia de una pastoral de la esquizofrenia o de una pastoral de la hipocresía? ¿Qué tiene que ver el genocidio implementado por el clan Rockefeller en estas últimas décadas con el mensaje de Jesucristo? ¿Con qué derecho el señor Bongaarts y el Population Council van a transmitir su mensaje de muerte en el seno de la Iglesia de Cristo? ¿A nombre de qué?

Los evangelios sinópticos nos muestran que Jesucristo sólo “dialogó” con el tentador para resistir sus embates. San Agustín enseña que el Señor se dejó tentar por Satanás para mostrarnos y enseñarnos cómo se le resiste. Si somos fieles seguidores de Jesucristo, no podemos pretender ser superiores a él y invitar a dialogar a aquéllos que son transmisores de un mensaje diabólico, como es el de justificar el asesinato de seres humanos por el hecho que no se desea su existencia, poniéndose en el lugar de Dios.

En última instancia, monseñor, la Iglesia de Cristo no merece que ingresen en ella los enemigos de la raza humana para transmitir su mensaje de muerte contra los seres humanos más inocentes e indefensos de todos. En última instancia, ¿no es una actitud esquizofrénica pretender una “Iglesia pobre para los pobres” y al mismo tiempo pretender que dé cátedra en ella quien representa al poder financiero internacional y su proyecto diabólico de asesinar a voluntad a millones de seres humanos?

Estimado monseñor, da toda la impresión que los esfuerzos del papa Francisco de impulsar la dignificación de los pueblos y la extirpación de las injusticias que padecen van a contramano de la política tolerante que usted impulsa, acogiendo y sentando en la cátedra de Pedro a los responsables del terrible y abominable holocausto implementado por los ricos del mundo, para gozar en paz de las riquezas que le han robado a los pueblos y naciones del mundo a lo largo de todos estos años, y que sus mismos organismos ponen a la vista de todos en los informes que hemos mencionado.

En pocas palabras: NO SE PUEDE HACER SENTAR EN LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO A LA FAMILIA ROCKEFELLER Y SUS SECUACES.

 

Lo saludo atte., y quedo a su entera disposición.

 

José Arturo Quarracino

ESQUIZOFRENIA FEMINISTA y el GENOCIDIO ROCKEFELLER

Días pasados las mujeres argentinas se expresaron condenando la ola de violencia mortal que hoy agobia al conjunto de la sociedad argentina, a través de la consigna “Ni una menos”. Pero extrañamente, en medio de esa manifestación y reclamo justos, grupos feministas y progresistas introdujeron el reclamo del “aborto legal, seguro y gratuito”, reflejando una clarísima actitud de esquizofrenia moral y política: por un lado, protestan contra la muerte de las mujeres y por otro lado exigen la aplicación de la pena de muerte contra mujeres y varones en el seno materno, contra seres humanos que son absolutamente inocentes e indefensos.

Siguiendo con su actitud esquizofrénica, estos grupos justificadores del aborto como derecho se reivindican generalmente como progresistas, latinoamericanistas e indigenistas, pero su discurso es una repetición literal en español de los argumentos antinatalistas de la feroz y cruel plutocracia angloamericana que domina el mundo, de la cual el clan Rockefeller ha sido su vocero y operador político por excelencia. Se jactan de ser “indigenistas y latinoamericanos”, pero su lengua materna es el inglés.

Suponen estas abortistas que la despenalización del aborto y su legalización –aunque se trate de un crimen- permite brindar «servicios de aborto seguro» a quienes desean eliminar a los hijos gestados y todavía presentes en el vientre materno. Dicen que la penalización del aborto hace que las mujeres de escasos recursos acudan a prácticas clandestinas e ilegales que ponen en riesgo su vida y en algunos casos termina con el fallecimiento de la mujer abortante. Según quienes “enarbolan” este argumento, la penalización del aborto no afecta a las mujeres que cuentan con recursos para pagar un aborto en clínicas privadas, donde aparentemente abortan “en forma segura”. Por eso deducen que como las mujeres pudientes violan la ley, hay que permitirles a las mujeres pobres que obren igual que las mujeres ricas, pero sólo en este caso en particular de matar a sus hijos en el vientre materno.

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Se presumen «progresistas», pero esta argumentación “progre” es una repetición textual de la que ya ha hecho en 1972 John Davison Rockefeller III, al afirmar dogmáticamente que «cuando el aborto es prohibido, las mujeres recurren a abortos ilegales para prevenir nacimientos indeseados. Abortos médicamente seguros han estado siempre a disposición de las mujeres ricas, para las que pueden afrontar los elevados costos de doctores y viajes al extranjero; pero la mujer pobre se ha visto obligada a arriesgar su vida y salud con remedios caseros y practicantes con mala fama»[1]. Además de su matriz oligarca y plutocrática, es evidente que este pensamiento adolece de un grave defecto de irracionalidad jurídica y política, en cuanto sostiene que una ley es inútil o no sirve… porque los pudientes o ricos la violan e incumplen (???). Curiosa reivindicación que hacen los progresistas no sólo del “derecho” de los ricos de violar la ley y no ser castigados por ello, sino que además le conceden a los pobres el mismo “derecho”.

Estas progresistas “latinoamericanas” no tienen problemas en coincidir en forma total y absoluta con los dueños del capitalismo internacional, genocida y depredador. Repiten sus mismos argumentos en clave “revolucionaria”: «[…] la anticoncepción es el método de elección para prevenir un nacimiento no deseado. Creemos que el aborto no debe ser considerado un sustituto para el control de la natalidad, sino más bien como un elemento en un sistema general de cuidado de la salud materno-infantil»[2]. Clarísimo: el aborto no es considerado un crimen ni asesinato, sino un “problema de salud pública”. Lo mismo repiten desde hace tiempo los y las progresistas, al igual que muchos liberales.

Esto se complementa con otros argumentos siempre citados por el progresismo izquierdoso y que se articulan con el argumento anterior: “[…] las mujeres deben tener la libertad de determinar su propia fertilidad, la cuestión del aborto debe ser dejado a la conciencia de la mujer involucrada, en consulta con su médico, […] los Estados deben ser alentados a aprobar estatutos objetivos que creen un marco claro y positivo para la práctica del aborto a petición”[3]. Es decir:

  1. a) el aborto es una decisión libre de la mujer
  2. b) el aborto es una cuestión que sólo involucra a la mujer y al médico (desaparición de los esposos y padres)
  3. c) el Estado es garante de la ejecución de ese “derecho”.

Llamativamente, esta concepción antinatalista y abortista de los imperialistas yanquis es la misma que repiten en español los “progres”: Aborto como derecho y acto libre – Involucra solamente a la mujer y a un médico – Estado garante del ejercicio de ese “derecho”.

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“Nuestras” feministas dicen que el aborto es un derecho. Creen que dicen una novedad, pero quien ha inventado este derecho no ha sido la ONU, ni tampoco ha sido consagrado en ningún tratado internacional. El que inventó que el aborto es un derecho ha sido el yanqui John Davison Rockefeller III en 1973, al afirmar que “el aborto es el derecho que tiene la mujer para determinar su fertilidad”[4]. ¿Sobre qué principio se funda este derecho? Según Rockefeller, en el principio ético básico [inventado por él] que afirma que “sólo se traen al mundo los hijos deseados”[5]. Según este siniestro personaje, existe el “derecho” de eliminar al hijo no deseado. Lo mismo piensan las progresistas antiimperialistas, porque en realidad son feministas que repiten los argumentos de un macho yanqui. Son antiimperialistas que le dan estatus democrático al ideario genocida del imperialismo angloamericano.

Paradójica o esquizofrénicamente, las feministas reclaman contra la violencia, pero al mismo tiempo hacen apología de la pena de muerte contra los nascituros, impulsada por el imperialista Rockefeller.

[1] Rockefeller Commission Report, Population and the American Future, Chapter 11: «[…] when abortion is prohibited, women resort to illegal abortions to prevent unwanted births. Medically safe abortions have always been available to the wealthy, to those who could afford the high costs of physicians and trips abroad; but the poor woman has been forced to risk her life and health with folk remedies and disreputable practitioners».

[2] Rockefeller Commission Report, Op. cit., ibidem: «[…] contraception is the method of choice for preventing an unwanted birth. We believe that abortion should not be considered a substitute for birth control, but rather as one element in a comprehensive system of maternal and infant health care. For many, the very need for abortion is evidence of a social and personal failure in the provision and use of birth control».

[3] Rockefeller Commission Report, Op. cit., ibidem: «women should be free to determine their own fertility, that the matter of abortion should be left to the conscience of the individual concerned, in consultation with her physician, and that states should be encouraged to enact affirmative statutes creating a clear and positive framework for the practice of abortion on request».

[4] John Davison Rockefeller III, The Second American Revolution. Some personal observations, Harper & Row, Publishers, New York 1973, p. 64: the abortion is «a woman’s right to determine her own fertility».

[5] Rockefeller Commission Report, Population and the American Future, Chapter 11: «only wanted children are brought into the world».

GEOPOLÍTICA DEL CONTROL DE LA NATALIDAD A NIVEL PLANETARIO

Por José Arturo Quarracino

(Entrevista efectuada por Roberto Bassetto y publicada en @rcanews)yo

 

 

1. ¿EL CONTROL DE LA NATALIDAD ES UNA POLÍTICA DE ESTADO?

En primer lugar, hay que destacar y enfatizar que el control de la natalidad a escala planetaria es un objetivo estratégico de las grandes corporaciones multinacionales, básicamente angloamericanas, que acompaña o sustenta el otro gran objetivo: la concentración de la riqueza que originariamente pertenece a los pueblos y naciones del mundo.

En segundo lugar, en relación con lo anterior, no hay que olvidar que, a partir de 1966, el objetivo antinatalista se convierte en política de Estado por impulso de John Davison Rockefeller III (miembro de la familia homónima, fiel representante de ese poder corporativo antes mencionado). En ese año, el personaje mencionado redactó un documento –Declaración sobre Población-, en el que plantea que la política del control de la natalidad  a escala universal debe ser una política a asumir por todos los Estados del mundo. Este documento fue firmado por los gobernantes de los principales países del mundo desarrollado (Estados Unidos, Inglaterra, Suecia, Francia, Japón, etc.) y del mundo subdesarrollado (Colombia, México, India, Egipto, Corea del Sur, Irán, etc.), con lo cual el inicial objetivo corporativo privado se convirtió en política de Estado para los países que tenían interés primordial para ese poder corporativo.   

 

2. ¿CUÁL ES EL ORIGEN FILOSÓFICO Y POLÍTICO DE ESTAS PROPUESTAS GLOBALES EN CONTRA DE LA NATALIDAD?

a) Respecto al origen político, tal como lo ha planteado su impulsor antes mencionado y alguno de sus voceros, como Sir Henry Kissinger, la intención original fue la de ejecutar políticas demográficas que llevaran a la humanidad al punto de lo que se denomina la “Transición demográfica” (que no aumente la población, por eso familias de 2 hijos como máximo), con la intención de lograr que al año 2074 la población mundial no supere la cantidad de 8.000 ó 9.000 millones de habitantes.

¿Por qué esta meta demográfica? Porque el grupo plutocrático que hemos mencionado (y del que el señor Rockefeller era su principal vocero), ya tenía previsto llevar a cabo el proceso de concentración económica que hoy sufre el conjunto de la humanidad (bajo el eufemismo de la “globalización”), a través del cual el 0,5% de la población mundial detenta el 39% de la riqueza, al mismo tiempo que el 57% de la población mundial tiene un ingreso diario de 1 ó 2 dólares, según datos oficiales del FMI y de las Naciones Unidas.

b) Respecto a su origen filosófico, este proyecto antinatalista ha promovido no sólo técnicas e instrumentos de control de la natalidad, sino un cambio radical en el sistema político y en las culturas, para asegurar el éxito “tecnológico”. Este cambio ha apuntado a divulgar e imponer una nueva cosmovisión del hombre, según la cual se lo considera un elemento más de la naturaleza, ya no la entidad primera que tiene la primacía sobre el conjunto de la creación. Así, como un elemento más, puede ser manipulado o eliminado en función del conjunto, de la totalidad como instancia suprema de consideración y valoración.

Uno de los “principios” fundamentales sobre el que se basa o sustenta este proyecto es el que afirma que “el derecho de cada pareja e individuo de decidir la cantidad de hijos y el espaciamiento entre ellos es un derecho humano básico”. Con esta formulación, se desplaza el derecho a la vida como derecho básico fundamental para reemplazarlo por este otro supuesto derecho básico de “decidir la cantidad de hijos”.

El otro principio fundamental es el denominado “principio ético”, definido por John Davison Rockefeller en 1972, que sostiene que “sólo deben ser traídos al mundo los hijos deseados”.

Hay que destacar que ambos principios son esencialmente dogmas que no tienen explicación ni justificación alguna, y que lejos de constituir principios son formulaciones ad hoc que sirven para legitimar.

 

3. ¿EL ABORTO ES UN DERECHO?

Éste es un derecho inventado por el mismo poder antes mencionado. Para decirlo con toda claridad: no hay ningún Tratado o Pacto internacionales que hayan sancionado el aborto como un derecho. Quien ha proclamado explícitamente que el aborto es un derecho y lo ha impuesto como tal, por encima de toda legislación, ha sido el tantas veces citado John Davison Rockefeller III, cuando afirmó en 1973, en La segunda revolución americana, que “el aborto es el derecho que tiene una mujer para determinar su fertilidad”.

A partir de ese momento es que se han hecho todos los esfuerzos inimaginables para instituir “el derecho al aborto” en distintas legislaciones y Tratados internacionales, sin nada que lo fundamente ni justifique jurídicamente.

En otras palabras: es la oligarquía financiera plutocrática internacional la que ha decidido que el aborto es un derecho, y así lo ha impulsado, por encima de legislaciones, Pactos y Tratados.

 

 4. ¿QUE CAMINOS SE FUERON DESARROLLANDO A ESCALA MUNDIAL?

Como ya dijimos antes, a partir de 1966 la familia Rockefeller impulsó su objetivo corporativo de control de la natalidad, convirtiéndolo en política de Estado, mediante la firma de 30 líderes políticos mundiales en un documento titulado Declaración sobre Población.

Luego, en sucesivos pronunciamientos se fue oficializando a nivel mundial el principio dogmático del supuesto “derecho básico” de determinar la cantidad de hijos en 1968 se introdujo en el documento de la ONU titulado Declaración de Teherán. Luego se lo impuso en el documento Población y Futuro estadounidense, que oficializó el control de la natalidad en Estados Unidos, por iniciativa del entonces presidente Richard Nixon, en 1972.  Posteriormente, se consagró este principio mencionado y la política global de control de la natalidad, “para proteger la seguridad de Estados Unidos y sus intereses de ultramar”, en el documento conocido como Memorando 200/74, elaborado por Henry Kissinger, cuando era consejero presidencial de Seguridad Nacional. Otro paso más en esta dirección antinatalista se dio en ocasión de la celebración de la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo (1994, en El Cairo [Egipto]) y de la Conferencia Mundial sobre la Mujer (1994, en Beijing [China]), dirección fuertemente impulsada por el entonces presidente estadounidense William J. Clinton.

Todos estos pronunciamientos oficiales de las Naciones Unidas fueron transmitidos e impuestos posteriormente a los lineamientos básicos de los organismos específicos que dependen de la organización madre -Organización Mundial de la Salud, Banco Mundial, etc.-, para consolidar y reforzar con sentido antinatalista las políticas ejecutadas por los mencionados organismos.

Cerrando el círculo, hay infinidad de fundaciones privadas, cuantiosamente subvencionadas y subsidiadas por los gobiernos de los países desarrollados y por las grandes compañías multinacionales, que “desde abajo”, es decir, desde la sociedad civil, impulsan la política antinatalista diseñada en los círculos más elevados del poder político y económico mundial.

 

5-¿LA FAMILIA ES UNA INSTITUCIÓN A DESTRUIR?

Sí, porque la familia es la unidad básica de la sociedad, el ámbito en el que inicia la vida humana que está sustentado y sostenido por el vínculo de amor, que no sólo mantiene unidos a sus miembros, sino que además es el ámbito en el que se forja la personalidad de los hijos y en el que se irradian los valores que, como deberes y derechos, hacen digna la vida humana. En este sentido, la familia es el ámbito en el que se forjan los valores, criterios y experiencias básicas de todo ser humano, que luego ha de irradiar al mundo social en el que se insertará.

Para que este proyecto antinatalista pueda tener éxito, la familia es el bastión que tiene que ser demolido y destruido, para que los seres humanos se deshumanicen, al no vivir en el suelo nutricio a partir del cual forjan su personalidad y su vida sobre los valores supremos que constituyen el soporte y el sentido de toda vida: el amor, la solidaridad, el trabajo, la alegría, etc.

 

6-¿VAMOS HACIA UN NUEVO MODELO DE SOCIEDAD SIN VALORES?

 El ataque a la familia y su destrucción apunta en definitiva a la configuración de una sociedad y de un mundo sin valores, porque ello permite el sometimiento y la dominación de los seres humanos en su gran mayoría, al desterrar todo sentimiento y toda convicción que lleva a un ser humano a solidarizarse y forjar amistad con todos aquéllos que lo rodean.

En esta línea, la implementación de lo que el papa Benedicto XVI ha llamado la dictadura del relativismo, según la cual no existen criterios ni valores absolutos, así como tampoco la verdad, apunta a eliminar de la vida social todo valor permanente sobre el cual se han asentado sólidamente las comunidades humanas y sobre el cual han edificado sus civilizaciones.

En otras palabras: para poder eliminar y matar seres humanos en forma masiva, la sociedad tiene que estar desprovista de todo tipo de valores y normas de validez absoluta.

 

7- ¿COMO RE-ESCRIBIRÍA UN DECALOGO PROVIDA?

Son varios los puntos que se deben tener en cuenta en esta hora en la que la vida humana está cada vez más despojada de valor y sentido y que pueden constituir este decálogo que usted menciona.

En primer lugar, es fundamental recuperar la alegría del corazón por el don de la vida que nos es regalada gratuitamente a todos los seres humanos sin excepción.

En segundo lugar, hay que aprender y saber ser agradecidos por todos los bienes que la vida nos regala diariamente: trabajo, amistades, etc.

En tercer lugar, debemos “vivir la vida” con decisión y coraje, apoyándonos y sosteniéndonos en las fuerzas superiores que son las que impulsan el corazón del hombre para realizar las grandes empresas que hacen bella la existencia.

En cuarto lugar, tenemos que recuperar la sencillez y la humildad, para abrir los oídos y el corazón y así percibir las necesidades que tienen quienes viven a nuestro lado. Entender que más vivimos y crecemos cuando vivimos al servicio de los demás. Vivir para defender la vida humana es una de las misiones más nobles a las que estamos llamados los seres humanos.

En quinto lugar, es necesario y fundamental revalorizar la familia y fortalecerla, como ámbito de contención, protección y humanización de todos los seres humanos.

En sexto lugar, no hay que olvidar jamás que a la larga el Bien siempre triunfa sobre el mal, cualquiera sea el grado de desarrollo que tenga éste último.

En séptimo lugar, tenemos que aprender nuevamente a cultivar la verdad y predicar una sana y profunda ética humanista, que sepa distinguir el bien del mal, lo verdadero de lo erróneo.

En octavo lugar, no cansarnos nunca de hacer el bien, a pesar de las circunstancias más adversas que se puedan estar enfrentando o sufriendo.

En noveno lugar, debemos vivir la vida con sentido heroico, al servicio de una Causa que dé sentido a la existencia.

En décimo lugar, ser conscientes siempre que Dios premia el esfuerzo, no el éxito. En este sentido, somos responsables de todo lo que Él pone diariamente en nuestras manos y bajo nuestra responsabilidad, para proteger, embellecer  y perfeccionar lo que Él ha creado.

 

Datos personales:

José Arturo Quarracino, egresado en Filosofía, ex profesor de Filosofía, Teología y Antropología Cristiana en la Universidad del Salvador, docente extraordinario para cursos de capacitación sindical-universitaria en la Facultad de Ciencias Económicas (Universidad Nacional de Lomas de Zamora). Expositor en encuentros pro-vida en Buenos Aires y Quilmes (año 2006 y 2007), Brasil (año 2008) y Asunción del Paraguay (año 2008). Militante pro-vida. Militancia política desde hace más de 4 décadas.

Militancia política actual en el Movimiento “Primero laPatria”

Traductor independiente de textos religioso-teológicos (obras de Romano Guardini, Gilbert Chesterton, Joseph Ratzinger, Paul Poupard, etc.).